El comediante fue eliminado por Barbie Vélez del certamen.

Antes que nada tengo que decirles que Favio Posca no fue ni cerca mi favorito de esta edición de Bailando por un sueño, porque a mí me gusta gente más noble como Angelita Torres o como Óscar Ruggeri, que me muero de la risa con él, bailando con la nena. Son escenas como muy tiernas las que hacen ellos y me encantan los dos.

Pero cuando quedó eliminado contra Barbie Vélez Posca me dio lástima, porque me parece que no se lo merecía. Primero porque él, que es un artista bastante importante (mi nieto está como loco que viene a La Trastienda con una obra y lo quiere ir a ver) se tomó muy en serio el concurso, y eso ya se ve poco. Y segundo porque está desde el principio, y que venga una recién llegada a sacarlo para afuera me da pena.

Siempre me llamó la atención lo buen bailarín que resultó este Posca, que además siempre que entró a la pista recibió un micrófono (fíjense que los demás siempre hablan con el de Tinelli) para hacer humor. A mí muchas veces no me gustó lo que hizo, porque es raro su juego: hace cosas sexuales, de droga o de problemas mentales que yo que vengo de la época de Olmedo y Telecataplum no entiendo muy bien.

Pero sé que es bueno con lo suyo y además siempre le puso buena energía al concurso, esa cosa que pasa poco y que a su participación, siempre bien puntuada menos por De Brito con el que terminó peleándose, la convirtió en una cosa triunfal que me dejó contenta. Que hace tiempo vengo viendo este certamen y me han faltado condimentos como el que puso él, un señor extrañísimo pero que ahora que se fue creo que me va a hacer falta. ¿Porque quién se parece a él? En el baile, capaz que Federico Bal, pero estoy cada vez más desencantada de ese chiquilín que sigue y sigue tirando de la piolita con su novia anterior, Barbie Vélez, que fue la culpable de la despedida de Posca. Ahora le digo chau al Hormiga, y que tenga suerte.

ANTONIA RÍOS

COLUMNA FARANDULERAANTONIA RÍOS