COLUMNA FARANDULERA

A veces nos olvidamos, porque la vida atrás de los filtros de Instagram o adelante de las cámaras parece una cosa, pero la verdad es que es otra y las famosas, que tan espléndidas y sonrientes vemos, también la pasan mal y tienen unos dramas de aquellos.

Días atrás les contaba de Vicky Xipolitakis, a la que hasta los ovarios le dejaron de andar por el estrés que le genera andar atrás del ex reclamando la manutención para el hijo de los dos. Y hoy les voy a hablar sobre Julieta Prandi.

Hace no mucho tiempo leí que la rubia había hablado por primera vez de toda la violencia que había sufrido durante su relación con Claudio Contardi, el padre de sus hijos. Su confesión era espantosa: el hombre no la dejaba ni manejar, a ese nivel.

Pero aunque se separó y ahora está de novia con Emanuel Ortega, y se la ve contenta y enamorada, la tristeza no se termina ahí. Desde que se divorció, este señor Claudio no le pasa un peso para los nenes pero va y se compra, dice Julieta, una camioneta que sale 100.000 dólares o una cartera para su abogada que sale otros miles de pesos. Las prioridades bien ordenadas, ¿eh?

Las cosas que le contó Julieta a los medios argentinos esta semana, porque se paseó por todos los programas a ver si alguien la escucha... Está convencida de que el caso va a terminar “del lado de los malos”, porque parece que la Justicia argentina no escarmienta para nada.

Ojalá que alguna vez ganen los buenos.