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Falleció a los 81 años el conductor argentino Raúl Portal

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Raúl Portal

OBITUARIO

Estaba alejado de los medios desde hacía varios años. Fue creador y conductor del recordado Perdona nuestros pecados (PNP), que llegó a tener una versión uruguaya.

Alejado del ambiente artístico desde hace muchos años por sus problemas de salud, murió Raúl Portal, a los 81 años, según pudo confirmar LA NACION. El emblemático conductor venía con muchas dolencias, agravadas desde el año pasado por las secuelas de varios accidentes cerebro-vasculares, incluso en el último tiempo había estado internado a raíz de una neumonía bilateral.

Para algunos, Raúl Portal quedará en la historia como un bromista impenitente, un amable encantador de serpientes que con una incansable verborragia y la ingenua desfachatez de los payasos hacía todo lo posible por levantarle el ánimo a la gente desde la pantalla del televisor. Para otros, en cambio, Portal debería ser recordado como un hombre audaz que alentó en la tele un cambio de mentalidad necesario. Un innovador genuino que logró más de una vez romper moldes y rutinas de larga data e impulsar cambios que sus seguidores e imitadores nunca le reconocieron. En las dos posturas hay algo de razón. Y cualquier mirada retrospectiva que haga justicia con la trayectoria debería incluir parte de ellas. Murió alejado de las luces de las cámaras, pero llegó a ser una de las figuras más influyentes de la televisión en un tramo que arrancó a fines de los años 80 y se extendió por toda la década siguiente.

Hasta su llegada, nadie había imaginado que la trasnoche podía ser un espacio de enorme potencial televisivo. Y más tarde fue el creador sin patente de la idea de la TV reciclada. La inmensa lista de programas que vivieron desde allí de los archivos visuales y de la observación satírica de lo que hace la propia TV deberían distinguirlo como su gran mentor y pionero. Notidormi y Perdona nuestros pecados (PNP), las grandes invenciones televisivas de Portal, abrieron una huella que pocos están hoy dispuestos a aceptar. 

Hasta su llegada, nadie había imaginado que la trasnoche podía ser un espacio de enorme potencial televisivo. Y más tarde fue el creador sin patente de la idea de la TV reciclada. La inmensa lista de programas que vivieron desde allí de los archivos visuales y de la observación satírica de lo que hace la propia TV deberían distinguirlo como su gran mentor y pionero. Notidormi y Perdona nuestros pecados (PNP), las grandes invenciones televisivas de Portal, abrieron una huella que pocos están hoy dispuestos a aceptar. 

Portal hizo una versión uruguaya de Los juegos del terror, que emitió Canal 4 en 1988. 

En la tele, Portal inventó un modo risueño y original de aprovechamiento de los archivos televisivos, basado en la unión rápida y certera de segmentos breves a través de un trabajo de edición muy creativo y luego imitado hasta el cansancio. Así pedía la indulgencia del público por los "pecados" de la pantalla. Fuera de ella, mucho más serio, empleaba su verborragia sin fin para pedir perdón una y otra vez por sus propios pecados políticos. "Fui insensible, nací tomando mamaderas de odio en el antiperonismo gorila rabioso... Yo soy radical. Y he aquí otro de mis pecados... habiendo militado 17 años en el radicalismo asistí de forma absolutamente indiferente, como todos, al derrocamiento de Illia", señaló en el mismo reportaje. 

PNP recorrió todos los canales durante varios años y su vigencia se mantiene firme hasta hoy, aunque con un matiz. Portal siempre dijo que su mirada burlona sobre la tele tenía límites precisos y no avalaba ningún tipo de "cargada". Hoy, algunos de sus continuadores recurren a métodos similares con mucha más ferocidad, sensacionalismo y búsqueda de impacto. Aquella fórmula, mucho más ingenua en su origen, era además muy susceptible a la copia. En 2015, después de un largo litigio en Tribunales, logró que la Justicia reconociera que el productor Diego Gvirtz había plagiado a través del programa Televisión registrada la idea original de PNP

El éxito mantuvo mucho tiempo en el aire a PNP, pero a la larga terminó condenándolo. Encontró tantos imitadores que la fórmula empezó a agotarse inevitablemente. Sin alcanzar nunca la repercusión de antes, Portal se volcó a otras aventuras menos relevantes que lo ayudaron a mantenerse vigente. En esa etapa volcó a la TV los temas que le interesaban, entre ellas la preocupación por el cuidado de las mascotas (El portal de las mascotas) y la vocación solidaria (El portal de la vida), muchas veces unidas en el apoyo a alguna institución o campaña.

Su hijo Gastón Portal, un exitoso productor televisivo que se inició en PNP, despidió a su padre con una foto de la infancia y un sentido mensaje: "Chau, viejo Me tocó un padre único que entendió que para un hijo no hay nada mejor que tener un viejo niño. Gracias por eso y por haberme dedicado tanto tiempo de tu estrambótica vida. Andá tranquilo a seguir haciendo quilombo a ese lugar en el que no creo pero es una buena idea", escribió.

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