Las fanáticas del cantante de Márama están demasiado celosas.

Ya no me acuerdo de la última vez que estuve por aquí contándoles de mis andanzas faranduleras, pero es que con estos cambios de temperatura anduve con algunas nanas y tuve que quedarme descansando. Ya me siento bien por suerte, porque se me han pasado muchos asuntos picantes en estas semanas y ya estaba atragantada de tanto chimento que comentar.

Lo que les voy a decir ahora no es muy chimento en realidad, pero es que estuve investigando un poco en este mundo que es Instagram (¡qué maravilla!) porque en todos lados que leo una noticia dicen que en Instagram pasó esto y aquello. Me preguntaba qué tan importante sería, si sería más importante que Twitter, y no sé si será o no pero al menos me divierte más ver a los famosos en las fotos que suben.

Y lo que estuve notando es que Agustín Casanova anda medio misterioso y pone unas fotos en las que mira al horizonte o cosas así, con unas frases románticas que seguro a todas las chiquilinas se les corta la respiración. Pero no se les corta porque él sea un poeta, sino porque tienen miedo de que esas frases tengan una destinataria, una posible novia. A sus admiradoras no les gusta mucho pensar en eso y están tan celosas que el muchachito tiene que salir a aclarar a cada rato que no tiene novia.

¡Como si tuviera que hacerlo! Está en la flor de la edad pero no puede andar con nadie porque salen adolescentes de abajo de las piedras a decirle que se sienten traicionadas y que quieren llorar.

Cuando yo era chica, hace tanto tiempo que a veces se me olvida, también quería ponerme de novia con Sandro pero sabía que no me iba a dar bola nunca si nunca ni siquiera lo conocí. Pero no deseaba que fuera infeliz o se quedara solo para siempre, lo único que hacía era recortar sus fotos de las revistas porque qué Instagram ni qué ocho cuartos en aquella época. Algún postercito de Sandro todavía debo tener, lo voy a buscar ahora.

ANTONIA RÍOS

COLUMNA FARANDULERAANTONIA RÍOS