YO DIGO

Opinan Nadia Theoduloz, Héctor "Puchi" García, María José Sarasola y Fredy Casullo

Nadia Theoduloz - Modelo 

Las jineteadas son una forma muy cruel de maltrato animal y por ende deberían prohibirse sin cuestionarse. Divertirse con el sufrimiento ajeno es inconcebible. Como defensora del bienestar animal desapruebo cualquier tradición o actividad que implique maltrato. Es lamentable que haya personas que lo disfruten, como sociedad tenemos que evolucionar y rever qué tipo de tradiciones seguimos promoviendo. Jamás la tortura y la muerte de un animal va a representarme. 

Héctor “Puchi” García - Periodista 

Las jineteadas son patrimonio de este país. No las prohibiría, solo regularía las espuelas, que podrían ser de goma para el bienestar del caballo. El movimiento alrededor de una jineteada en el Prado o en el Parque Roosevelt mueve a la ciudad alrededor de campo, de sus costumbres y por sobre todo alrededor de un caballo. Es nuestra. No la prohibiría, pero sí la regularía. 

María José Sarasola - Modelo 

Entiendo que es una actividad tradicional del país, pero me parece una práctica horrible. Hay tantas otras costumbres bellísimas para mostrar sin tener que maltratar al animal. Es un show de sufrimiento y burla. No estoy de acuerdo con el sometimiento animal de ningún tipo. ¡Vamo’ arriba! ¿Siglo XXI y todavía hay prácticas de este tipo? ¡Los caballos la pasan mal! Los lastiman, provocan y algunos terminan muriendo como ya pudieron comprobar. ¿Es realmente necesario? ¿Es más importante la diversión y tradición que la vida de un ser vivo? Por suerte la sociedad está cambiando y cada vez disfruta menos de este tipo de “espectáculos”.

Fredy Casullo - Periodista 

Las jineteadas deben continuar. Se ha hecho una gran madeja que va en contra de la tradición. ¿Qué raro que los llamados “protectores de animales” no hayan realizado una protestas frente a algún matadero de caballos? Si así lo hicieran, estarían dos segundos protestando porque los propios funcionarios se encargarían de sacarlos. Las jineteadas son una tradición, donde un jinete está 4 segundos arriba del caballo y el caballo disfruta de lo que es la libertad en el campo. Soy un defensor de los animales frente al maltrato, pero las jineteadas son otra cosa.