¿Cómo encaró el rey de la televisión argentina el papelón de las elecciones del fútbol de la vecina orilla? La columnista Antonia Ríos opina del tema.

Ya se habrán enterado si leen Ovación o si usan redes sociales, que Marcelo Tinelli quería ser presidente del fútbol argentino, se tenía mucha fe, pero las elecciones fueron un papelón y nada se terminó decidiendo.

Parece que había 75 personas para votar y hubo empate entre Tinelli y el otro candidato en 38... O sea, 76 votos. Un mamarracho de aquellos que al rey de la televisión argentina lo dejó bastante calentito. Al menos así lo demostró en su programa.

El viernes (acá lo vimos el sábado porque por la Teletón se cambió toda la programación) Marcelito aprovechó sus minutos de pantalla para despacharse sobre lo ocurrido.

¿Saben cuánto habló Tinelli del tema? Más de 20 minutos. ¡20 minutos! Cómo se nota que es el dueño de todo, el más poderoso... Le vino bien al Cabezón lo que pasó porque le dio la razón de que al fútbol argentino hay que cambiarlo. ¿Sólo al argentino? Habría que ver...

“Esto es una demostración clara de que el fútbol argentino necesita un cambio urgente. Esto me parece lo más importante. No es por cargar la tinta a uno o a otro. Creo que un escándalo cómo el que se vivió, nunca más puede ocurrir en el fútbol argentino. Realmente ha sido una vergüenza”, lamentó Tinelli. Y si, es verdaderamente vergonzoso.

La culpa de este papelón no sabemos bien quién la tuvo; tampoco es que me interese mucho indagar en las cuestiones turbias del fútbol. Nunca le encontré sentido a la pelotita y a mí el único que me gusta es Cavani por tan bueno y religioso.

“Quiero comprometerme a garantizarles la máxima libertad para que cada uno pueda expresar lo que cada uno sienta sin temor a recibir represalias”, dijo Tinelli en su discurso que casi fue de campaña. Porque tiene muchas ganas de ser presdidente de AFA (la AUF argentina), y si sigue así en unos años lo vamos a ver dirigiendo a la nación.

Guillermina sería una buena primera dama, ¿no les parece a ustedes?

opiniónANTONIA RÍOS