COLUMNA FARANDULERA

FABIOLA BOUVIER

En lo que en latín se podría conocer como “criticum ergo ups” (primero critico, luego me disculpo), los famosos argentinos han dado cátedra en estos años. Primero el palo, la crítica básica, como si dejar mal parado al otro fuera la meta. Gracias a esos comentarios, siempre negativos y nunca constructivos, se ha formado un estilo para hacerse conocido en la vecina orilla.

Cinthia Fernández es un claro ejemplo de este accionar para mantenerse en boca de todos y estirar lo máximo posible, los cinco minutos de fama.

En una de sus últimas andanzas, Fernández habló del Kun Agüero. En palabras de mi amiga Irene, lo destruyó; le dijo de todo menos que era lindo y todo por el dichoso mensaje que le mandó su hijo Benjamín y que el futbolista supuestamente no leyó por ser muy largo.

Al parecer la chica, cuando criticó a Agüero, también comentó que los usuarios de Twitch (mucho gusto), eran casi que idiotas, lo que no cayó nada bien entre los usuarios de esa red social.

Mirá, me dijo Irene, no tengo idea qué será eso de Twitch, ni si son lo que dijo Fernández, pero parece que le dijeron tanta cosa a la gurisa que ahora tuvo que salir a pedir disculpas en sus distintas redes sociales.

Qué te voy a decir, le dije a Irene. Eso le pasa por primero criticar para después pedir perdón. Hubiera sido mejor que se quedara callada y no opinara ni del Kun, ni los usuarios de esa red. Pero bueno, claramente no se le pueden pedir peras al Olmo.