COLUMNA FARANDULERA

fabiola bouvier

Ah, que no se queje que yo estaría igual o peor, le dije a mi amiga Irene que me llamó para contarme que el precioso del Jaime Llorente (o sea Denver en La casa de papel), se anduvo quejando que su vecina está todo el día sacándole fotos para mandárselas a las revistas del corazón.

Señor, con el lomo que tiene no da para andarse escondiendo, menos quejándose cuando el hambre es generalizado, y la plata no es que abunde tampoco. Ni les cuento lo que es mi vida en este encierro, si al menos tuviera un Llorente cerca, qué felicidad sería, pero no es el caso.

Además, imagino que a esta altura y con la fama que tiene la serie esa, más de uno querrá saber cómo está gastando los millones que se llevaron del banco estos atracadores.

Ya se que es una serie de ficción Irene, no me pinches el globo, le dije cuando intentó bajarme a tierra. Dejame imaginarme que tengo al Llorente cerca y todo se mejora.

Además, hay que pensar que todo es para que esa pobre vecina se pueda ganar unos pesos y, vaya uno a saber las penurias que tiene que pasar. Y sabiendo que tenés de vecino a uno de los actores más guapetones de la televisión, yo hubiese hecho lo mismo. Porque además de recrear la vista te ganás unos pesos. Ni les cuento lo que podría llegar a hacer si tuviera a Mario Casas de vecino; o a Luciano Castro.

Nadie está feliz con el encierro, bueno tal vez la vecina de Llorente, y el chico tiene que entender que la fotografía es un arte que necesita ser practicado para mejorar.