COLUMNA FARANDULERA

Fabiola Bouvier

Por ahora la fecha del estreno de la nueva edición del Bailando por un sueño, es un misterio mayor que la fórmula de la Coca Cola. Igualmente siempre logra estar en boca de todos. Ahora fue mi amiga Irene la que me llamó para contarme que, al parecer, está arreglado.

Pensé que era entendido por todos que el programa está arreglado, le dije a mi amiga. Es un juego donde todos intentan sobresalir y los que lo logran, se mantienen en el programa, salvo que bailen como Hernán Piquín, lo que garantiza continuidad en el ciclo.

Sí, ya sé eso. Pero Marcela Tauro anduvo contando detalles que hablarían de un escándalo con los llamados.

Ah, pará y contame que todavía no me enteré.

Mira, me dijo, los otros días la Tauro que ahora está como panelista en el programa de Fantino dijo que cuando ella fue eliminada contra Alberto Samid, los votos la daban a ella como ganadora, aunque terminó saliendo del programa de Tinelli.

A la pucha, eso es un verdadero escándalo.

Sí, y como dijo Fantino, si bien es un programa de televisión donde quien tiene más rating sigue en carrera, hay plata en medio y ese es el problema.

Claro, dije, porque la gente se fanatiza con algún participante y llama a esos números que no son gratis.

Exacto me dijo Irene que me agregó que el caso de Tauro no sería el único. Parece que cuando Gladys Florimonte perdió, en realidad había sacado más votos que el rival.

Sin dudas el Bailando por un sueño genera polémica, no pensé qué también la protagonizaran.