COLUMNA FARANDULERA

Fabiola bouvier

Pocos momentos son tan especiales para una mujer como su embarazo. Es el único momento en el que puede comer lo que quiera, subir todos los kilos que se le antoje y pedir cualquier cosa.

Algo así es lo que le pasa a Paula Chaves, mi amiga Irene me mostró una foto suya y la panza parece que le va a explotar, y ella está radiante.

Sí, pero ya me enteré que también tuvo varios antojos, parece que le dio por comer cerezas.

Querida, esa panza no queda así comiendo cerezas. Además, los otros días me contaste que ella engordó 28 kilos en estos meses.

Sí, es imponente cómo es posible que exista una panza tan grande en un cuerpo tan chiquito. Igual, acordate que cuando tuvo a Olivia engordó 40 kilos y con Baltazar 30 kilos, así que por ahora viene bien de peso la chica.

A la pucha, yo engordo medio kilo y ya parezco un elefante, no me quiero imaginar cómo podría terminar después de un embarazo.

Sí, es cierto. Igual, me dijo mi amiga, la Paula dijo que si bien es de comer básicamente de todo, un día llegó a comerse más de un kilo y medio de cerezas porque le agarró la locura, dijo. “Engordo mucho en los embarazos, mi cuerpo pierde registro de mi genética. Yo soy de buen comer. De hecho, toda la vida me dijeron que tenía que bajar de peso si quería ser modelo”, dijo en un programa argentino la Paulita.

Mamita, por suerte la Paula tiene un buen metabolismo y después baja rápido de peso, porque con lo que me está costando bajar a mí, sería una misión imposible.