La actriz se confesó en una entrevista con la revista Vanity Fair.
Anne Hathaway charló con la revista Vanity Fair y aprovechó para sincerarse sobre una situación que le tocó vivir y no disfrutó: su paso por la alfombra roja de los Premios Oscar en 2012.
"Tuve que plantarme delante de mucha gente y obligarme a sentir algo que no estaba sintiendo. Obviamente cuando ganas un Oscar debes estar feliz por ello, pero es una felicidad complicada. Me sentía rara por estar ahí plantada con un vestido que costaba más de lo que mucha gente va a ganar en toda su vida", dijo.
"Me sentía mal por haber ganado ese premio representando un dolor que aún forma parte de nuestra experiencia colectiva como seres humanos", agregó en referencia a la historia de la película Los Miserables, que le valió ese premio. "No tuve el valor de decir: no me siento cómoda con esto. Intenté fingir que era feliz y la gente se dio cuenta. Pero me alegro de que fuera así porque aprendí un montón de esa experiencia. Además, pasado un tiempo te recuperas y sigues adelante".
"No es cuestión de eso. No culpo a los Oscars, ni al vestido ni a las joyas. Me culpaba a mí misma, pero ya no lo hago. Me culpé por no tener la elegancia de Lupita Nyong'o cuando reconoció que el hecho de que su alegría viniese del dolor de tanta gente era algo raro e incómodo. Eso es elegancia", expresó Hathaway.
SINCERA