La banda Lapso se reunió y ya trabaja en su nuevo material

En aquella época tan efervescente del rock nacional (que parece estar tan lejos aunque apenas haya pasado una década), las bandas de rock florecían en Uruguay. Cada una con su estilo, cada una con alguna canción que se ganaba al público.

En esa ola surfeaba Lapso, banda integrada por Andrés Bianco, Guido Boselli, Gonzalo Bouzout y Andrés Miranda, que no llegó a tocar ni siquiera durante una década. Nació, tocó, grabó dos discos y cerró su historia. En realidad, la dejó en suspenso.

Lapso fue el primer disco, lo editó Bizarro y tenía la canción "Un lugar", que se convirtió en una especie de clásico de aquellos años. Sonaba en las radios, integraba rankings y compilados. Después, tres años después, vino Días lúcidos, y con ese álbum, el final.

Pero Lapso está de vuelta. Pasaron años de silencio, de caminos desencontrados. "En 2006 nos sentimos muy frustrados por el disco que habíamos sacado. Siento que nos deterioró musicalmente y personalmente, tanto el proceso como el resultado", cuenta a El País el cantante Gonzalo Bouzout, que en 2013 editó como solista El camino bajo.

"Pero fue vital un ensayo que tuvimos en 2014, que fue responsabilidad de Andrés", cuenta sobre Miranda, el bajista que lo acompaña en la entrevista. "Él quiso juntarse un día para ensayar, tocar temas de los dos discos, después nos fuimos a comer y nos pusimos a charlar los cuatro juntos luego de varios años", repasa. Lo que se originó casi como un reencuentro de excompañeros (el cumplimiento de esas promesas del tipo "tenemos que juntarnos"), generó algo más.

Hacer canciones nuevas apareció como algo natural, como una necesidad; sin embargo, no tienen claro cómo va a seguir esto. Seguramente graben nuevo disco, seguramente toquen en vivo, pero de lo que están seguros es de que Lapso está de vuelta.

Dejando atrás la frustración que un día cortó su camino, hoy trabajan en el nuevo material con absoluta libertad y sin preguntarse cómo serán recibidos en este regreso.

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Se podría especular con que esta vuelta de Lapso alumbre el regreso de otras bandas que supieron ser populares hace 10 años; quizás las que más se extrañan son Sordromo o Graffolitas. Sin contar, claro, a Hereford o La Trampa, bandas de convocatoria masiva que se disolvieron pero dejaron a sus integrantes en distintos proyectos.

La Trampa es la gran ausente en la escena local, porque había logrado una buena posición en el circuito y había conseguido un público fiel que disfrutaba de su particular estilo. Pero la cara más visible de aquel grupo, Alejandro Spuntone, retomó hace un tiempo la actividad artística: es frontman de la banda El Resto de Nosotros, e integra el exitoso dúo de guitarra y voz con Guzmán Mendaro.

De aquella época y de perfil popular pero no masivo, Snake, Chala Madre y Doberman, con altibajos, son las sobrevivientes. Otras quedaron por el camino por distintos motivos: Psimio, Vinilo, Bufón o Cursi, que se mantiene en un en eterno stand by.

"Pasó como una crisis de actividad musical en ese tiempo", opina el bajista de Lapso Andrés Miranda, pero considera que "ahora están viniendo cosas buenas". Reconoce, igual que Bouzout, que las nuevas herramientas (la descarga digital, la abundancia y alcance de redes sociales) de las que en su momento no disfrutaron pueden ser aliadas en esta era, aunque no tienen claro cómo Lapso las usará o las podrá disfrutar.

"¿Cuál sería el público de Lapso ahora? No sé, porque en su momento nos escuchaba gente de veintipico de años. No sé qué va a pasar", analiza Miranda, que está entusiasmado con este regreso y lo acompañará con su proceso natural. Un viejo conocido de los 2000 está de vuelta, adaptándose al nuevo tiempo.

músicaBELÉN FOURMENT