La presentación de la Audem Big Band con su espectáculo "Diálogo de jazz" de mañana en la Sala Zitarrosa a las 21 horas, tendrá un atractivo extra. 

Al hecho de disfrutar de una big band compuesta por cinco saxofones, cuatro trombones, cuatro trompetas, piano, contrabajo, batería, percusión y voz (entre los que están destacadísimos músicos como Héctor "Fino" Bingert en saxo y clarinete o Pedro Linale como director), se suma también la presencia como invitado del violinista Federico Britos, múltiple ganador de varios Grammy latinos.

La vida de Britos (Montevideo, 1939) es un correlato de su recorrido musical: hace 55 años dejó de vivir en Uruguay para hacer música por varios países del continente, hasta llegar a Estados Unidos, donde está radicado desde hace 23 años. En ese trayecto geográfico, además, Britos fue violinista en proyectos muy diversos, desde música sinfónica hasta ritmos latinos. "Yo siempre digo que realmente nunca me fui del Uruguay. Por suerte vuelvo todos los años. Es una gran lección de vida, desde el punto de vista cultural, histórico y geográfico", explica Britos en diálogo con El País. "Durante toda mi carrera he tocado paralelamente música popular y música clásica. Siempre disfruté los diferentes géneros musicales. Nunca entendí mucho eso de hablar de música culta o inculta. Si la música sinfónica es culta, ¿toda la demás es inculta? No me cae bien esa definición. Hay música culta mala y buena. Hay música popular buena y mala. Para Elisa la hizo Beethoven y la conoce todo el mundo. Está hecha por un músico de la música culta. Pero ¿es impopular? No. ¿Alguien escuchó alguna vez los primeros compases de la Quinta Sinfonía de Beethoven? Eso es popular también".

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Britos empezó a estudiar violín a los cinco años por medio de su padre, también músico, y en 1955 entró en la Asociación Uruguaya de Músicos (Audem). Años después llegaría uno de los puntos clave en su vida y su carrera: Cuba. Fue contratado junto a otros músicos de la región para tocar en orquestas de La Habana; primero en la Orquesta de la Ópera y el Ballet, y más tarde en la Orquesta Sinfónica. En Cuba, además, Britos conoció a su actual esposa y formó su familia.

Amante del jazz, soñó siempre con vivir de la música en la cuna de ese género, Estados Unidos. Ese sueño se hizo realidad en marzo de 1993. "Fuimos por el ideal de estar ahí y de hacer jazz. Los primeros días no sonaba el teléfono ni nadie me llamaba para hacer ningún trabajo. Hasta que un día el director de la Orquesta Sinfónica de Miami me invitó a tocar".

Dada su enorme amplitud musical, Britos se pudo dar el gusto de tocar con leyendas absolutas. "Compartí escenario con Dizzie Gillespie y fue una maravilla. A él le gustaba tocar con músicos latinos. También toqué con Benny Goodman, otra maravilla. Con un gran contrabajista como Charlie Haden. Con Al DiMeola, Michel Camilo, Paquito DRivera", recuerda.

Su llegada a Montevideo para interpretar temas mañana en la Sala Zitarrosa coincide también con la reciente edición de su nuevo disco, Federico Britos presents Hot Club of The Americas; jazz con ritmos latinos disponible en iTunes.

Federico Britos mañana con la Audem Band en la Zitarrosa