El Auditorio se llenó para esta celebración a la obra de Eduardo Mateo, tanto que pasadas las 21.00 el público seguía buscando un lugar para ubicarse. La capacidad de la sala mayor se vio superada, en su mayoría por jóvenes que conocieron la obra del músico en los últimos años, cuando su connotación ya había ganado otro peso.

Ellos, los mayores y los músicos uruguayos que se mezclaron en la audiencia para ser parte de este espectáculo, viajaron a su manera a través del legado de Mateo. Lo celebraron con respeto y emoción, y se dejaron conmover con las distintas propuestas.

Más de una decena de músicos pasaron por el escenario para celebrar las canciones de una de las figuras más importantes de la cultura popular uruguaya. Y la combinación hizo que, a juzgar por todo lo que se ha escrito y contado de Mateo, el show fuera un viaje por su interior.

Su costado de percusionista lo introdujo Jorge Trasante, el de experimentación electrónica el colectivo Remezclación con Estela Magnone como invitada. Luego le tocó al grupo Mateo X 6 demostrar el don de mantra de sus canciones, sobre todo con la versión de "Kin Tin tan".

Teresa Mateo recordaría luego que su hermano escribió esa canción en casa de su suegra, que se quejaba de que no la dejaba dormir por tanto tocar la guitarra. "Todas sus canciones tienen un porqué", dijo.

Martín Buscaglia y los Bochamakers (con una exquisita interpretación de "Camiones"), Julieta Rada y Francisco Fattoruso siguieron, y cerró Urbano Moraes, quien soltó toda su imaginación y las volcó en melodías de su amigo. El broche final lo pusieron todos los músicos participantes, cantando a coro "Cuerpo y alma".

Tuvo desajustes el recital, y los espacios entre intervención e intervención, aunque rellenados con diálogos de Mateo y Horacio Buscaglia, le quitaron unidad y dinamismo. Pero el público que llenó el Auditorio disfrutó de una noche que la música uruguaya se estaba debiendo.

Lugar: Auditorio del Sodre - Fecha: Jueves 11 de febrero - Organización: Agadu.

Crítica DE MúsicaBELÉN FOURMENT