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Acorazado Potemkin presenta disco este sábado en Bluzz Live

Después de algunos toques compartidos, primero con Buceo Invisible y más acá en el tiempo con Eté & Los Problems, a los argentinos de Acorazado Potemkin les toca llegar a una sala montevideana a convocar por cuenta propia, con Flopa Lestani como aliada invitada. Este sábado desde las 22.00 y con su flamante y buenísimo disco Labios del río bajo el brazo, se presentarán en Bluzz Live (Daniel Muñoz y Defensa), para poner toda esa energía que caracteriza a este power trío crudo, y para demostrar que esta década de rodaje en el under porteño los curtió lo suficiente como para ir por más.

Labios del río se demoró más de la cuenta, pero tuvo el tiempo necesario para madurar y ser lo que es: una masa de sonido Potemkin denso y pegadizo, que golpea los pies y el estómago y da ganas de bailar pero también de emocionarse.

El poder a las cancionesBy Belen Fourment

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“Puede ser que este disco sea más representativo de cómo suena la banda en vivo, cuando estás adelante de los equipos”, dice en charla con El País el baterista Luciano “Lulo” Esaín (hermano de Mariano “Manza” Esaín, que junto a Flopa y a Ariel Minimal fueron el trío Flopa Manza Minimal) aunque piensa que el grupo no cambió demasiado desde Remolino, su anterior álbum.

“Somos tres tipos tocando su instrumento y haciendo las canciones que tenemos ganas de hacer”, dice Esaín. “Hay una línea compositiva o musical de la banda, en la que tratamos de no repetirnos y no usar esos mismos tres recursos de bata, bajo y viola; sino desparramarlos para que no sea algo monótono”. En ese intento, trabajaron Labios del río como de costumbre pero sumando nuevos sonidos a partir de los invitados, que hay varios y buenos, y tratando de usar la expectativa de público que los sigue como un estímulo a favor.

“La idea fue hacer el mejor disco que podemos hacer en este momento, tratar el tema de la mejor manera que se pueda tratar, que no nos quede ninguna idea afuera”, explica Esaín. “Por eso están los invitados, trayendo esos sonidos que le aportan más al trío, pero no hay un plan hecho de una manera que coarte el espíritu creativo. Uno toca porque es divertido, por juntarnos en la sala o tocar en un escenario. Y grabar un disco, si bien es algo que se hace en serio, no deja de ser divertido. Así que si hay un fin último, es disfrutar eso que estamos haciendo”.