Publicidad

"Trato de dejar que el corazón me lleve"

Compartir esta noticia
"El disco en general es muy abierto en géneros y eso por las canciones"
nicolás garrido

Pinocho Routin presentará su disco Corazón (MMG, 2014) el viernes a las 21:00 en la Zitarrosa, con Salandrú como invitado. Figura del Carnaval hace tres décadas, exmiembro de la banda de Jaime Roos e itinerante en el teatro, habla sobre la batalla eterna entre la cabeza y el corazón, la influencia de Martín Buscaglia en la producción del disco, los miedos y el ego.

—En Corazón se siente el peso de Martín Buscaglia. ¿Por qué lo elegiste como productor?

—A mí me gusta mucho su estética, tengo una gran admiración por él como artista y eso fue lo primero que me impulsó. Además, siento que él tiene una paleta de colores que le aporta mucho a la mía; colores fuertes que van hacia otros lugares, y me alegra si se nota.

—¿Cómo es tu relación con los productores artísticos?

—Con Martín fue con otros perfiles respecto a los que acostumbro. Siempre soy de seguir más de cerca todo, de querer llevar todo al lugar sonoro que creo que debe tener. Acá tomé una decisión inicial de soltar eso, porque confío mucho en él y me parecía que era la única forma en la que su figura como productor podía aportar cosas nuevas. Dejé que él comandara la nave y me fui acoplando a lo que proponía.

—Tu música está muy ligada a la murga, pero en este álbum hay, por ejemplo, una cumbia.

—Sí, la cumbia es media fortuita; apareció en una prueba de sonido. "Flores", que es una cumbia colombiana, en su origen es una milonga (en el disco anterior fue arreglada por Fernando Cabrera). O sea que pasó de ese lugar despoblado de guitarra y voz, con una atmósfera más melancólica, a esto. Y me gustó que ese texto que yo quiero mucho, que habla mucho de mí, estuviera rodeado de esa sinfonía de sabores. El disco en general es muy abierto en géneros; no por una decisión a priori sino porque las canciones nacieron con determinada impronta.

—¿No te esforzás por tratar de salir de la casilla de murga?

—No, nunca me propongo tratar de construir algo que se salga del carnaval, porque yo siento que soy yo cantando todas las canciones, y creo que la música en el fondo del fondo del fondo tiene ese carnaval que llevo conmigo. Sí tuve que reelaborar mi forma de cantar para adaptarme a cada género.

Si no puede ver el video haga click aquí

—Hay un choque en el disco: por un lado está el nombre, que tiene un lado oscuro e íntimo, y por otro la paleta de colores tuya y de Buscaglia más la del arte del disco.

—Todo eso junto. El título fue naciendo cuando las canciones estaban armadas. Tuve en cuenta que tenía un costado súper cursi, pero a veces una palabra que suena cursi se pone en otro sitio según el contenido. Me gustaba la idea del corazón en su batalla eterna con la cabeza, y también tiene mucha relación con mi vida hoy, que estoy en un pasaje de tratar de que algunas cosas no sean tan pensadas sino más sentidas, y de que sea más justa esa batalla. Además siento que hay mucha elaboración teórica en el mundo y falta corazón, traducido en amor. Que en un país como Uruguay haya la pobreza que hay es una cosa irracional en la que falta una mirada desde el amor. Me parece que el empuje del amor debería ser el motor de modificación de eso.

—En tu vida, más allá de lo artístico, ¿te pasa eso?

—Sí, me pasa siempre. El nivel de conciencia que tengo no me alcanza para hacer más de lo que hago. Intento hacer un aporte desde lo artístico, que está lejos de poder modificar algo.

—¿Eras más racional antes a la hora de trabajar?

—Soy una persona muy emocional, pero eso va acompañado de un pensamiento muy concreto. Trato de darle un orden a esas emociones, y es muy difícil hacerlo. Estoy tratando de abandonar el ejercicio de ponerle pensamiento permanente a lo que siento y dejar que el corazón me lleve. Y me está dando resultados.

—¿Por qué pasaron cuatro años entre un disco y otro?

—Lo primero que me planteo es para qué voy a hacer un disco, y siempre pienso que un disco mío no va a cambiar nada. Vos vas al Estadio, como fui a ver a Paul McCartney, te remueve todo y decís: ¿qué sentido tiene que yo haga un disco que se llame Corazón? Me lleva tiempo resolver eso, mostrar mis canciones me da mucho temor. Después busco ese lugarcito del ego que me fortalece y lo hago. Corazón llevó tres años de proceso, y me gusta que sean canciones del ahora, que me hacen sentir cerca de lo que estoy cantando. A veces uno deja una canción en un cajón y cuando la vuelve a hacer es el intérprete de su propia obra. Con este disco siento algo que no sentí con los anteriores. Está puesto en palabras lo que pienso y siento.

—¿Cómo te llevas con el miedo y con el ego?

—Me llevo bien, creo. El ego es el principal enemigo y a veces es el mejor aliado. Ese cachito razonable de ego que se puede tener es el que te permite pararte y seguir adelante, sobre todo cuando aparecen un montón de voces internas que te dicen ¿por qué no te dedicás a otra cosa? Dentro de uno hay una oferta increíble de otras posibilidades, más en un viaje como el artístico. Voy en este camino, lo hago con fe, con tremendo amor, y trato de mantener la constancia en lo que hago, que es el motor. Es eso de tomárselo en serio; yo no veo otra alternativa. Subir al escenario es mi mundo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
"El disco en general es muy abierto en géneros y eso por las canciones"

PABLO ROUTIN

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad