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"También puedo no tocar nada"

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Leo Maslíah. Foto: Francisco Flores
Nota a Leo Masliah, compositor, pianista, cantante y escritor uruguayo, ND 20170502, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

Polémico en sus declaraciones públicas, tajante muchas veces con la prensa, pero sin duda un gran músico, que es lo que cuenta.

Mañana festeja cuatro décadas de trayectoria en el Solís, a las 21:00, acompañado por varios artistas como Carlos Morales en guitarra, Lucía Gatti en chelo y Martín Morón desde el trombón. "Tiene partes de distintos dúos, tríos, partes solistas y partes grupales, abarcando un espectro amplio de años de composición, desde 1977 a 2017", adelanta. Tickantel, $ 400 a $ 650.

Estás celebrando 40 años de carrera, ¿desde qué hecho empezaste a contar?

—No tomo mi trayectoria artística como una carrera, en el sentido de algo que tenga una meta, ni tampoco en el sentido de especialización o actividad profesional. Pero más allá de eso, lo de los 40 años es una especie de redondeo. Mi primera presentación oficial cantando canciones fue hace 39 años (en el subsuelo de la sala Pocitos de Cinemateca Uruguaya), pero en 1974 toqué un concierto de Haendel para órgano y cuerdas en el ciclo "Música en las Naves" del Sodre, en la iglesia del Juan XXIII.

De tus canciones más conocidas, ¿cuáles no pueden faltar en el show de mañana?

—Lo de "más conocidas" es muy relativo. Hay gente que cree que sólo compuse "Zanguango" y "La papafrita", otros no conocen esas canciones y me identifican con "Superman" o "El concierto". Otros vienen de Brasil para escuchar al autor de "Biromes y servilletas" que es la única canción mía que conocen. Otros solamente oyeron "Corriente alterna". Pero no hay ninguna que no pueda faltar, además mi trabajo no abarca solamente canciones sino muchas otras formas musicales, cualquiera de las cuales también puede faltar. También puedo no tocar nada y no habría ningún problema, salvo el de los espectadores que se pusieran a reclamar la devolución del importe de la entrada, cosa imposible de resolverse en el lugar porque la recaudación está administrada por Tickantel.

—¿Te interesa mucho que tus presentaciones tengan un marco escenográfico?

—No tengo un principio general, depende de cada espectáculo. En 2003 cuando se hizo mi ópera Maldoror en el Colón de Buenos Aires, yo era, además del compositor, el régisseur, y convoqué a la excelente escenógrafa Sandra Iurcovich que llevó a cabo una amplia y detallada creación plástica que daba los distintos ambientes donde se desarrollaba cada escena. En otro tipo de espectáculos prescindí de todo entorno más allá del escenario del lugar, y en algunos casos no es que haya prescindido del escenario, sino que no lo había.

En varias de tus canciones hay en las letras una mirada sarcástica al ambiente de la música culta...

—Sé que muchas de mis cosas son percibidas como sarcásticas pero yo no las siento así. Igual, desde el punto de visto de lo que puede ser considerado "crítico" en mis trabajos, no creo haber puesto la mira más en los ambientes de la "cultura" que en otros. Repartí palos de modo parejo en todas direcciones.

—¿Cómo nació, por ejemplo, la canción "Agua podrida"?

—Surgió asistiendo diariamente al espectáculo de la casi media cuadra de agua estancada que esta afincada inamoviblemente en la cuadra de la calle Salustio donde yo vivía, esquina Torriccelli, (en el barrio Las Acacias). Hace un tiempo me encontré con mi antiguo vecino Walter, que todavía vive ahí y me dijo que el agua todavía seguía ahí…

—¿Cómo es tu lugar de trabajo? ¿Sos disciplinado en tus hábitos artísticos?

—No tengo un lugar fijo, muchas cosas surgieron durante los viajes. Pero la mayor parte del trabajo que hago no tiene nada de creativo o artístico. Me refiero a que cada minuto de creación musical acarrea horas de trabajo en cuanto a grabación, edición de la grabación, partitura, elaboración o reescritura de algún arreglo si no se puede tocar del modo en que fue compuesto. Cuando sea famoso y rico voy a contratar gente para que haga esos trabajos y así poder yo dedicarme a componer, que es lo que más me gusta. Acabo de sacar un disco (esto es un decir, porque no implica que nadie lo vea en ningún lado ni lo vaya a escuchar) que tiene dos conciertos para piano y orquesta (de 1995 y 2006), cuya composición me debe haber llevado dos o tres meses, pero la grabación y la edición me llevaron un año y medio.

¿Sos de tomar apuntes de la realidad?

—No tomo apuntes de la realidad, pero sí de las cosas que se me ocurren si no tengo tiempo de desarrollarlas en el momento en que las haya pensado.

¿Cómo recordás tus clases de piano con Wilser Rossi?

—Estudié primero, desde los 6 años, varios años con Bertha Chadicov, pero los dos años que estudié con Wilser Rossi fueron maravillosos. A su profunda sabiduría pianística se sumaban su denodado interés por el progreso del alumno y la adecuación de sus clases a la situación musical en que uno estuviera.

De tus obras teatrales, Bulimia es de las que más vuelve a escena. ¿Tiene que ver con los temas que trata, vinculados al peso de la belleza física y el cuidado de la figura?

—No creo que sea por eso, puede ser quizá porque los personajes (en número y en sexos) se ajusten más que otras al personal que tengan algunos grupos o elencos… Pero creo que la obra mía que tuvo más puestas, por lejos, es Democracia en el bar, hubo varias puestas en distintas ciudades de Argentina y se hizo también en España. Claro que tiene muchos más años.

Cuando tus obras de teatro empezaron a ser representadas, ¿sentiste que la gente del ambiente teatral te recibía como un dramaturgo nacional más, o te veían como sapo de otro pozo?

—Me pasaron las dos cosas y me siguen pasando.

La comicidad surge de un choque.

Se presentó por primera vez en público en 1974, y partir de 1978 desarrolló una intensa actividad como autor e intérprete de música popular. Autor de una extensa obra musical y literaria, su costado más conocido tiene que ver con "Biromes y servilletas", "Persianas" o "Extraños en tu casa".

"El canto en falsete puede producir un efecto cómico en quienes no estén acostumbrados a ese recurso, pero es un efecto análogo al de la risa que pueda dar a alguien de algún país occidental pero lejano en relación con Gran Bretaña, la vista de un varón escocés vestido con pollera. La comicidad no surge del acto expresivo sino de su choque con las costumbres visuales o auditivas del espectador", sintetiza.

Perfil.

Nació:Montevideo, en 1954. Otros datos:Compositor, pianista, cantante y escritor, también autor de obras para niños.

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Leo Maslíah. Foto: Francisco Flores

LEO MASLÍAH

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