ENTREVISTA

Con una carrera de más de 20 años, la finlandesa Tarja Turunen se convirtió en una de las voces referentes de alguna variante del hevy metal, aunque su carrera la ha convertido en referente en más de un género (es, también, una cantante lírica). Actuó en 2017 en el Teatro Solís con la Orquesta Filarmónica de Montevideo y en 2019 se presentó, en versión más rockera en La Trastienda. El viernes y sábado, dará, por streaming, un concierto de Navidad. Las entradas se adquieren por el portal Worldlive.

—¿Cómo estás pasando estos meses en España?

—Trabajando desde casa y esperando que vuelvan los días para estar con la familia. Hay que acostumbrarse a esta nueva realidad. En el comienzo me pegó fuerte porque empecé a pensar hasta cuándo tengo que aguantar. Los artistas tenemos que luchar por nuestra vida, trabajo y nuestro nivel, cuando alguien dice que no podemos trabajar, y no podés luchar contra el universo. Entonces hay que mantener la mente positiva. Hay que tener fe y cuando regrese, vamos a romper todo.

—¿Hay mucha adrenalina acumulada por la pandemia?

—Sí, me pasa que extraño toda mi vida. Cuando estoy girando, siete meses al año, es mi forma de vida, y extraño mi público, mis músicos y crew. Es una pérdida gigante, pero si podemos juntarnos aunque sea de manera virtual, sirve. Estoy así desde marzo, cuando estábamos haciendo la última gira que no la pudimos terminar.

—¿Cuándo comenzó con estos conciertos de Navidad?

—En 2004 comencé. Ya pasaron muchos años y es una tradición para mí. Yo vengo de Finlandia, que es un país que tiene esta tradición de muchos conciertos de Navidad. Empiezan en noviembre y pasan todos los artistas. También las bandas y orquestas sinfónicas hacen conciertos de Navidad. Y en general en Finlandia la Navidad es una época muy oscura pero mágica. Es la hora de tranquilizarse, estar con la familia, disfrutar la paz, la soledad y eso está en esta época. Es una fiesta de Navidad tranquila y no tan comercial como en otros países. Es más importante estar con la familia. Para mí hacer estos conciertos es hacer algo íntimo, me puedo relajar con la música y ahora el público tendrá la posibilidad de ver lo que he hecho. Me van a ver en una situación diferente, sí, pero así soy. Yo soy cantante lírica, es mi base, y voy a cantar canciones así, también alguna tradicional de Finlandia.

—Comenzaste en Nightwish, luego tuviste carrera solista y has hecho de todo: rock, ópera, musicales, ¿cómo se maneja esa ductilidad para adaptarse?

—Es un desafío constante. Me encanta ponerme desafíos, es mi forma de ser. Soy una persona progresiva, no solo como artista, también como persona. Me gusta aprender cosas nuevas, meterme en problemas y esto es como una adicción pero con música en vez de alcohol. Me gusta trabajar mucho, aprendo con la gente y con quienes trabajo. He tenido buena suerte para encontrar buena gente con la que trabajar. Tengo que trabajar mucho con la voz, y es algo que nunca acaba. Cuando comencé con la banda no tenía estudios líricos, tuve que cuidarme mucho, tener la mente clara para saber dónde ir con mi voz. Eso de cuidarme siempre estaba ahí, y me salí de la banda porque si no, no sé dónde estaría.

—¿Es muy arriesgado cantar metal para la voz de soprano?

—Cuando comencé con la banda no escuchaba nada de lo que decía, no tenía auriculares como ahora para escuchar un sonido de estudio de base. Ahora hay una diferencia increíble con la tecnología que nos ayuda mucho. Al comienzo era fatal, pasé muchos años sin escucharme. Pero sí, es una forma de aprender, es la vida.