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“Soy de soñar muchas cosas y poder cumplir con esos sueños”

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Valeria Lynch

Entrevista a Valeria Lynch

La popular artista argentina llega al Auditorio Nacional Adela Reta con un repertorio amplio para todos los gustos

En un show que promete durar más de dos horas y recorrer muchos géneros musicales, la reconocida cantante argentina se presentará el miércoles 7 de noviembre a las 20.30 en el Auditorio Nacional Adela Reta, con Extraña dama del rock. Pero en esta entrevista, más que hablar de música, contó historias de su vida privada.

-¿Qué tipo de hombres te gustan?

-No sé, no tengo un tipo de hombre que me guste. Sí me gusta el hombre estético, pero no tengo un prototipo de hombre que me guste, que tenga que tener ojos de tal color. No, no, no. Me gusta más conocer a la persona y sentir que somos compatibles. Que tenemos una comunión en distintas cosas. Eso me atrapa mucho más: me atrapa más la cabeza que la parte física, aunque me gusta el hombre estético, obvio.

-¿Tuviste una adolescencia de muchos novios?

-Sí, sí, sí. Los adolescentes siempre están en la búsqueda. Y yo me río porque ahora mi hija está en lo mismo. Y llora, porque un chico salió con otra chica, y a ella le gustaba. Y yo digo, ‘Dios mío, la historia se repite’. Aunque pasen las épocas, aunque hoy todo sea diferente. Esas cosas son ley.

-¿Y fuiste una niña romántica?

-Soy, no niña, pero soy muy romántica. Y de niña también. Cuando uno es niño siempre es romántico, sobre todo la mujer. Y no perdí nunca ese romanticismo. En mi vida cotidiana, yo me acuerdo las fechas. Como por ejemplo, con mi marido, la fecha que nos conocimos, y hacemos un intercambio de regalos. Nada, algo chico. Me parece interesante, es como regar la plantita todos los días. Soy muy romántica desde siempre, y creo que eso no se pierde.

-Vos sos de Capricornio, ¿son tozudos los capricornianos?

-Sí, nos proponemos algo y hasta que no lo logramos no paramos. Yo soy así, de soñar muchas cosas y de poder cumplir esos sueños. Y hasta que no lo consigo, le pongo todo el empeño, aunque no aplasto cabezas. A veces no me sale, pero la mayoría confío mucho en soñar fuerte y poner todo de uno para que eso se haga realidad. 

-¿Hiciste terapia alguna vez?

-Sí, muchas. Hice todas las terapias que te puedas imaginar: individual, grupo, diván. Hasta que un día dije que no hacía más. Porque había llegado un día en que dependía más del sicólogo que de mí misma. Y me propuse empezar a solucionar yo. No solucioné mucho, igual, pero por lo menos no dependo de tener que contarle todo a otra persona. Ahora se lo cuento a una amiga. Hice mucho análisis, y no digo que no lo necesite. Soy pro sicólogo. Pero me pasó un hecho, no sé si contarlo. Salí con un sicólogo, y no era lo que yo pensaba. Y me dije, ‘no es como te la cuentan’. Fue una cosa de locos. Una relación muy loca. Y ahí decidí no ir más al sicólogo. Después te lo cuento fuera de la entrevista.

-Contame de tu guardarropas.

-Gigante no es. Yo soy muy casual para vestirme, siempre estoy con mi pelo suelto, mucho jean. Y hace muy poquito abrí mi línea de ropa, que es Extraña Dama Oficial, que es ropa bastante atrevida. Odio los dictámenes de la moda. Odio los uniformes. Hice ropa que me gusta a mí, que yo usaría, y hay mucha gente que se enganchó. Pero para el escenario, me gusta brillar, impactar. Creo que allí un porcentaje muy alto es visual. Cuando estás en vivo, en la ropa hay una parte importante de la atracción para el público.

-¿En qué sos consumista?

-No soy tan consumista. Tampoco soy amarreta. Pero no soy de tener algo en lo que me guste gastar. Prefiero gastar en mis hijos. Darles educación, bienestar. Ahí no me mido para nada. Si tengo la posibilidad de hacerlo, y ellos necesitan, estoy ahí con ellos. Me gusta ayudarlos: en Argentina está muy difícil la situación. Yo tengo la suerte de estar entre quienes trabajan muy bien. Y no soy de amarrocar para tener.

-Contame de tu casa.

-Vivo en San Isidro, zona Norte de Buenos Aires, hace muchísimo, 30 años. Vivo con mi marido y con mi hija más chica, que está terminando el Secundario, es una adolescente. Mis otros hijos ya son grandes ya viven con sus mujeres. Y tengo una casa muy linda, muy amplia, pero no aparatosa. Tengo jardín, huerta, y uso mucho alimentos de mi huerta. Me gusta comer sano y entre mi marido y yo somos muy de tener esos alimentos caseros, sin pesticida. Y tengo tres perros divinos, que adoro. 

-Supongo que recibís muchos regalos.

-Un montón, todo el tiempo. Tengo dos fans que todos los años, para mi cumpleaños, me compran un celular nuevo. Pero me han regalado de todo: Biblias, libros, zapatos, discos, budas. También quesos y salames. A mí me gustan mucho los fiambres, las nueces, y como lo saben, me regalan eso. Hay una mujer que tiene una granja y me regala huevos caseros. Hay un marinero, que es cocinero de un barco pesquero, que me trae mandíbulas de tiburón, encuadradas. Y mates, acá en Uruguay, siempre. Y yo soy matera, tomo todas las mañanas. Me regalan tantos mates que cuando llegaba a casa mi marido me decía, ‘¡otro mate!’. Mis fans son increíbles, por ejemplo, me han seguido en un viaje a Japón. Para mí los mejores regalos son las flores y los chocolates, más los chocolates que las flores.

sobre el show

“No soy una diva, o En todo caso, soy una diva de barrio”

“No soy una diva, en todo caso soy una diva de barrio. Porque yo soy bien de barrio: me crié en Villa Urquiza, un barrio de la Capital. Y creo que la esencia del barrio te persigue toda la vida, y está bueno eso”, dice con indisimulado orgullo. Desde esa actitud distendida pero llena de energía, Valeria Lynch se prepara para presentarse nada menos que en el escenario del Sodre. Tickantel, de $ 950 a $ 2450.

“Es una sala que hace mucho queríamos, y no teníamos la oportunidad, porque siempre está muy ocupada. Voy a hacer todas las baladas que la gente quiere, y vengo con Los Latinos, que estuvieron al lado de Estela Raval tantos años. Le voy a hacer un homenaje a ella, y vengo con Mariano Martínez, el cantante de Ataque 77, para presentar mi disco Extraña dama del rock, con clásicos del rock argentino. Fusionarme con otros estilos es una forma de crecer”.

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