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Soledad Pastorutti a El País: "Yo siento que la sonrisa es una revolución"

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Soledad Pastorutti. Foto: Difusión

ENTREVISTA

La cantante argentina habla de su nuevo disco, "Parte de mí", que presentará mañana en un show en streaming que se puede ver desde Uruguay

Soledad Pastorutti tenía pensado un show presencial, claro, para presentar su nuevo álbum de estudio, pero la pandemia del coronavirus alteró todos sus planes. “Es la primera vez en mi vida que duermo en mi cama y me baño en mi baño tantos días seguidos”, dice para graficar que hasta ahora, nunca había pasado tanto tiempo en un mismo lugar, que siempre había estado en movimiento por la música y el trabajo.

Pero tras lanzar Parte de mí, un disco importante en su carrera, surgió la posibilidad de ofrecer un espectáculo vía streaming desde el Movistar Arena, y eso hará mañana justo en el día de su cumpleaños número 40: tocará con su banda y hará una fiesta, de la que el público puede ser parte. Las entradas se venden en la propia web del Movistar Arena, por donde se ve el show disponible también para el público uruguayo.

“Las características son distintas, habrá que interactuar más con una cámara que con el público, pero hay sorpresas. Yo no sé mucho de lo que va a pasar, porque también hay gente que me quiere sorprender a mí”, avisa.

“Yo sé lo que voy a hacer yo: que voy a presentar este disco, que después vamos a hacer un poco de fiesta, vamos a bailar con canciones retro y ganas de cotillón, carnaval carioca. Pero después hay cosas que todos me dicen que son sorpresas, y también van a serlo para mí. Lo que sé es que voy a poner lo mejor de mí. Tengo muchas ganas de cantar”.

Sobre Parte de mí, que se presenta como su álbum más personal, dice que había “mucha expectativa contenida porque es un disco que trabajé con mucha anticipación y estaba listo ya; la duda, con la pandemia, era si era el momento o no para lanzarlo”.

El álbum, versátil en lo musical, se grabó a lo largo de tres años en estudios de Colombia, España, Brasil, Estados Unidos y Argentina, y participan Kany García, Paula Fernandes, India Martínez y Los Auténticos Decadentes. “Cuando uno se prepara tanto y hace algo con mucha conciencia y cariño”, dice Soledad, “estás tranquilo con lo que vas a ofrecer”.

-Cuándo definiste hacer el disco Parte de mí, ¿qué querías mostrar?

-El disco anterior se llamó 20 años y se grabó en Cosquín, cada canción tenía un invitado muy emblemático de estos 25 años de trayectoria, y fue un disco con música bien de acá. Entonces después de ese mojón miré para adelante y dije: ¿y ahora qué? No sabía por dónde empezar y me puse a buscar en mis propias canciones, a leer, escribir, y también hice un proceso de búsqueda interna, de qué es lo que quería expresar, de quién soy. Y me parece que lo más interesante de este disco es que es muy genuino desde ese lugar. Que es muy mío, está hecho muy de adentro hacia afuera, cada canción tiene que ver con cosas que siento y pienso. Y fue muy interesante todo el proceso, pero fue largo y en algún punto lo sufrí, porque también desde la intérprete me propuse generar cambios positivos. Empecé a pensar que para mí, como artista, lo importante era aportar y no solamente valerme de cosas ya hechas.

-¿Sufriste los riesgos?

-Tiene que ver con eso y con el no saber si iba a estar a la altura de las circunstancias. Porque uno se lanza en un viaje y tiene que manejar el vehículo, pero a veces el camino no es cuesta abajo y se hace mucho más difícil. En medio de eso, el año pasado tuve algunos problemas con mi voz, que no estaban relacionados con el cantar; me descubrieron intolerancia al gluten y eso generaba una disfonía constante, y no cantaba con la libertad que lo venía haciendo. Y me empecé a preocupar, porque justo en el momento donde me propongo crecer, no me responde. Pero todo se supera con paciencia, trabajo y sobre todo con amor.

-Justo la canción que le da nombre al disco tiene mucho de candombe. ¿Cuál es tu vínculo?

-Aunque no haya escuchado solo candombe toda mi vida, en algún lado aparece en mi sangre, está. Yo me crie escuchando artistas como Los Olimareños, Zitarrosa, a los uruguayos te diría que a la mayoría porque mi viejo escuchaba mucha música folclórica. De ahí me viene. Y cuando compongo me pasa que la clave la tengo presente sin querer, porque además acá en Santa Fe tenemos un ritmo, el rasguido doble (tararea) que tiene un parecido, si se quiere. Y la historia nos ha unido mucho a esta zona con Uruguay, y supongo que tiene que ver con eso, y con que el candombe se ha dedicado a decir en sus letras. Yo cuando escucho a un tipo como Juan Luis Guerra, por ejemplo, que es merengue, música que invita a bailar, y de repente prestás atención a la letra y está diciendo algo muy interesante, me parece que el candombe tiene también esa mezcla justa.

-Este es un disco que tuvo mucho tiempo de trabajo; sin embargo, hay referencias a la pandemia en la canción “Fiesta en el sur”.

-Para serte sincera, “Fiesta en el sur” la había grabado hace más de un año. Ese tema lo produjo Carlos Vives, lo grabé en Bogotá y habla de Argentina. Y es una foto de un momento que evidentemente se reitera. Y la frase que estaba ahí antes decía: “¿Y si Gardel no nació en Argentina?”, este folclorismo popular que tenemos con Uruguay. De hecho, “Fiesta en el sur” también tiene eso de “todo el año es carnaval”, tiene candombe; tiene Río de la Plata. En ese tema está (el coronavirus), también está en “La música de mi vida”. Después hay otras cosas que nos vienen pasando hace tiempo. A mí no me gusta ir con el dedo acusador, ponerme en juez, porque no creo estar a la altura e ignoro un montón de cosas de este mundo. Pero sí me gusta relatar lo que siento y veo, porque creo que el arte se trata de eso, de plasmar un momento.

-Y está todo el tiempo esa mirada tuya al entorno.

-Sí, uno no escapa de la subjetividad, pero siempre intento que sean amplias las canciones. En muchos momentos digo: “quisiera que la gente vuelva a reír”, es como un pedido constante en mi disco. Yo siento que la sonrisa es una revolución, que la felicidad, si bien es algo que nosotros mismos tenemos que intentar construir, es algo que no podemos perder, incluso en una circunstancia como esta, totalmente inédita. La vida continúa y tenemos que encontrar motivos para poder disfrutarla y vivirla. Por eso decidí sacar el disco, hacer el show para festejar mi cumpleaños.

-En entrevistas recientes hablaste de que te habías alejado de la niña que fuiste, que la habías dejado de lado. ¿En qué notás esa sensación?

-Viste que conforme uno va creciendo empieza a pensar demasiado las cosas y a envolverse de prejuicio, y todo lo hace con mucho temor a que alguien piense de una manera u otra. Y vamos perdiendo la naturalidad, vamos perdiendo lo más importante que es ser como somos. Yo creo que esa nena que fui no pensaba demasiado; se subía al escenario y cantaba con mucho placer, cariño y amor. En algún momento, al crecer, me quedé un poco paralizada entre los miedos, los prejuicios y el no saber qué decir. Pasa en países como el nuestro, donde los artistas todo el tiempo somos convidados a opinar, pero la realidad es que nunca nuestra palabra se toma como parte de un todo, sino que se pone como gran titular e incluso se estigmatiza. Durante mucho tiempo yo quedé como paralizada ante situaciones que ocurrían; a veces no tenía respuesta y ni siquiera se aceptaba eso. Y creo que tiene que ver con eso: con volver a confiar en mí, en mi intuición y en lo que siempre me llevó a ser artista, que es el amor por lo que tengo alrededor, mi tierra y mi familia. Y entregarme entera al público. A veces buscando la perfección se pierde lo verdadero, y no quiero que me pase.

"A veces buscando la perfección se pierde lo verdadero, y no quiero que me pase"

Soledad Pastorutti

-Sin embargo, en tu último show en el Auditorio del Sodre, me quedé con la sensación de que aunque no habías revoleado el poncho ni cantado “A Don Ata”, y que aunque la propuesta era muy diferente a la de tus orígenes, el público igual identificaba a aquella primera Soledad. La conexión va más allá.

-En eso coincido y esa parte no la he perdido. Y es como decís, no es solo la música, la propuesta musical. Yo sentí que se me exigía más allá de lo musical, y la exigencia también era mía, porque todo parte de uno. Y en un momento me pasó, en un par de propuestas discográficas, que los “no” a la difusión tenían que ver con el tipo de música a la que yo me dedicaba, la música más folclórica, y empecé a sentir que eso ya lo había vivido. Y encima cuando intento algo distinto también está el que te dice: “no, a mí me gusta La Sole del folclore”. Pero en el escenario eso que vos viste lo logro más fácil que en los discos; no sabés bien qué es, pero fluye. Y tiene que ver con que uno dice lo que siente, desde lo más profundo, y hay un montón de gente que siente como vos. Y ahí empecé a darme cuenta que todo es más simple de lo que yo creía. A veces me iba en estrategias, pero creo que me liberé. Y recién es el comienzo, pero estoy mucho más tranquila y afianzada.

-Igual Parte de mí, si bien es internacional por el proceso que tuvo, es más internacional en el sonido. ¿Hay una intención más clara de proyectarte fuera de fronteras?

-La intención estuvo siempre; a partir de mi cuarto disco que lo grabé en Miami con Emilio Estefan, siempre pensé que era posible. Porque el folclore no iba a ser una música de venta de discos y a mí me pasó, entonces partiendo de dónde arrancó mi carrera, creo que todo puede pasar. En cuanto a los sonidos internacionales sí me preocupé mucho por eso, porque es momento de mostrarme a mí que se puede crecer y que no importa dónde naciste. De hecho la propuesta de este trabajo partió de Carlos Vives, y trabajamos superlindo. Es un disco que tiene esa intención, pero lo que más me gustó de la propuesta es que me dijo: “Traete a tu acordeonista, a tu director musical, a alguien que toque percusión en Argentina”. Él tenía todos esos músicos allá, pero me gustó que quisiera tener mi sonido.

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