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Una sensación que empieza a mostrar

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Lali Espósito. Foto: Difusión

Lali Espósito amplía sus horizontes con el disco “Soy”.

Seguro hay cosas para criticarle a A bailar, un disco artificial pero impecablemente producido y pensado para los shows en vivo, las fiestas, para pasarla bien. Pero qué le va a preocupar eso a Lali Espósito, que dio recitales hasta cansarse acá, en Argentina, en Israel y en una larga lista de países, y se aseguró el éxito absoluto.

Todo lo que toca la cantante y actriz brilla de inmediato, por eso no sorprendió que cuando lanzó su segundo disco solista (hace poco más de una semana), Soy, en Uruguay se organizara un evento para recibir las copias y en Argentina el reconocimiento de Disco de Oro por las ventas llegara en apenas unas horas. Es fenomenal.

Pero más allá de eso, de que cosechó un séquito de fieles fanáticos que impulsan cada paso que da, Soy está bien y amplía bastante el espectro de una cantante que, por un repertorio acotado, tenía que rellenar presentaciones con covers en inglés que no la favorecían.

Lo que queda claro tras escucharlo por primera vez es que aquí sí aparece Lali Espósito, cien por ciento. Que el disco se llame Soy y el arte sea el rostro en primer plano de la artista, adelantaba ya esta apuesta más personal que termina por completarse cuando se escuchan las 13 canciones del set.

Espósito habla mucho de ella en "Soy" (que abre el trabajo) o "Mi religión", pero el tema central de este álbum es el amor abordado desde los lados más y menos felices. "Único" y "Ego", por ejemplo, no son composiciones directamente compatibles, pero claramente se refieren a momentos de la vida distintos de una chica —días antes de lanzar el disco se separó de Mariano Martínez, por ejemplo— que se sigue animando a escribir, ahora desde un lugar más íntimo.

Peter Akselrad, Nano Novello y Luis Burgio vuelven a acompañar a Espósito en este proyecto (los cuatro firman todas las canciones, mientras que en "Ego", "Boomerang" y "Ring Na Na" hay colaboradores) que en esencia es electropop, con pasajes muy explosivos y algunas guitarras distorsionadas que se cuelan, pero tiene algunos giros llamativos.

"Tu revolución" es el track más singular del disco, un dub en versión 3.0 en el que Espósito se arriesga con una mirada menos yoista tratando de enviarle a su joven público un mensaje reflexivo. Es un esfuerzo que se le valora, sobre todo cuando se le venía reclamando por la superficialidad de su primer bloque de canciones solistas (las de A bailar).

Después, "Amor es presente" es una balada down tempo con unos coros que emulan al gospel y unos arreglos tan clásicos del pop que hacen pensar en Bandana. Pero es una canción de amor que también se destaca entre un dance hall y un pop sexy ("Ring Na Na", el más parecido al disco anterior).

Es cierto que hay cierta esquizofrenia en Soy, que salta de un género a otro sin amortiguar demasiado las caídas. Pero Espósito da un paso más con este disco, experimenta, se muestra, y eso siempre es valioso.

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Lali Espósito. Foto: Difusión

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