Entrevista

La estrella portorriqueña vuelve con toda su orquesta al Teatro de Verano este sábado

Fernán Cisnero

Es uno de los grandes nombres de Puerto Rico, una isla que está llena de música y baile. Es que Gilberto Santa Rosa a base de baladas y un contagioso ritmo salsero ha conseguido consolidar una figura respetada y popular.

Y lo mismo pasa en Uruguay, donde este sábado 14 en el Teatro de Verano actúa por cuarta vez. Lo hace con su gira mundial 40 y contando, un repaso a toda su carrera que lo tendrá ocupado hasta junio del año que viene. Las entradas están en venta en Abitab y van de 1.190 a 2.690 pesos. Antes, Santa Rosa charló con el país.

—Empecemos por lo importante. ¿Cómo está Puerto Rico?

—Está muy mal. Me encantaría decir lo opuesto pero estamos mal. Lo bueno de lo malo es que ha despertado un espíritu nacional de recuperación y rehabilitación increíble. Es lo “bonito” de esta tragedia: el vecino con el vecino, la familia unida. La infraestructura se cayó el piso y la gente sacó las tablas para lavar en el río. Estamos levantándonos poco a poco. Recibimos mucha ayuda pero nos falta más. Va a ser un período muy duro para Puerto Rico pero lo bonito ha sido ver como afloró ese espíritu nacional.

—Ojalá salga todo bien. ¿Qué pasa con Uruguay y Gilberto Santa Rosa que siempre que viene se llena de gente?

—Mucha cosa bonita. A mi encanta ir y a ustedes les gusta la música que yo hago, al menos por la respuesta que tienen los conciertos. Me emociona mucho ir. Recuerdo hace muchos años todo el mundo hablaba del crossover musical hacia el norte y yo decía que quería hacerlo para el sur. Tenía mucha ilusión de comunicarme con el Cono Sur y se me dio.

—Los uruguayos tenemos fama de poco bailarines. ¿Consigue hacernos bailar?

—Yo siempre los veo bailando y disfrutando muchísimo. Y en el Teatro de Verano el aforo es sentado pero al rato los veo tirando sus pasitos. El baile es una respuesta al estímulo de la música así que no importa cómo bailes para mi está bien.

—¿Qué tiene Puerto Rico que da tanto talento musical?

—Es la pregunta que nos hacemos todos. Bromeamos con que al Creador le quedó la isla tan pequeña que dijo “caramba agarren ese talento para defenderse”. Nuestra posición geográfica nos ayuda mucho y Puerto Rico siempre ha estado conectdo musicalmente con el mundo entero. Así que entre el talento natural que nos regalaron y la comunicación que hemos tenido con toda la música, hace que salgan tantos artistas.

—¿Cómo era la banda de sonido de su niñez en Santurce?

—-Era bien ecléctica. En mi casa había mucha música y mi padre compraba discos de diferentes estilos y ahí venía música de orquesta, la música cubana o música movida como se le decía. Había discos de bandas de marcha, o Mantovani y mi madre era muy de bolero. Había música por todas partes y me fui nutriendo de todo eso. Y un buen día, mi padre me llevó al cine a ver la película de las estrellas de Fania (el sello que popularizó la salsa en la década de 1970). Tenía mucha música a la mano y todo se convirtió en parte de mi proceso de aprendizaje.

—¿Qué siente cuando se ve y se escucha en Good Vibrations, su primer disco?

—Ese es mi segundo gran logro: el primero fue entrar al mundo profesional en 1977. El disco me da mucha nostalgia y orgullo. Y cuando lo escucho puedo comparar lo que ha sido el proceso de madurez profesional y personal.

—¿Cómo ha cambiado su sonido y cómo ha cambiado la salsa en todo este tiempo?

—Bastante. En lo personal, la madurez te va depurando la voz y en la interpretación a mi me gusta más el cantante de ahora que el de Good Vibrations, cuando estaba buscando mi estilo. Pero la música en general ha cambiado bastante en términos de su intención. Cuando empecé como solista, mi generación tuvo mucha cosa positiva: trajimos gente al género y la gente empezó a bailar y a escuchar las canciones. Hoy se está haciendo mucho experimento con lo urbano y es mucha música para divertirse. Está ok, hoy la gente está más en la fiesta y por eso la canción romántica está descansando ahora.

—¿Cómo se nutre de tanta energía para seguir cantando, saliendo de gira?

—He tenido mucha suerte. Yo le llamo cariñosamente, he tenido muchos ángeles. Es gente a la que le agradezco como a Ruben (Yizmeyian, su promotor uruguayo) que ha hecho posible que mi música llegue a tanta gente. Y a tanta gente que pasó mi música y a la que yo ni siquiera conozco.

—Pero más allá de esos ángeles, están las canciones.

—Este es un negocio de canciones. Yo no las escribo pero tengo un buen tino para elegirlas. Desarrollé muy temprano eso de saber qué puedo interpretar bien y cómo puedo comunicarme bien con la gente.

—¿Cómo es el show que lo trae de nuevo a Uruguay?

—Se llama 40 y contando porque además de que quiero seguir por mucho tiempo más, aprovecho para contar mi historia a través de las canciones que hacemos. Hay bolero, salsa, canciones que nunca las escucharon por allá. Y eso con una tremenda orquesta, buenos cantante y las cosas técnicas que adornan un show hoy.

—Y va a volver a hacer bailar a los uruguayos...

—Voy a intentarlo. No quiero ser inmodesto pero creo que una vez más lo voy a lograr.