Celebración

La banda festeja 15 años en Sala de Museo, el viernes 10

De la salida de Vos, un disco que puede entenderse como conceptual en tanto cuenta un único relato a través de sus canciones, ya pasaron tres años. Y en ese tiempo, a La Saga le tocó salir a defender esas canciones, verlas cambiar con el rodaje del vivo, pelearse con el sonido del álbum para después volver a aceptarlo, y pasar página para meterse en una nueva misión: la de festejar a lo grande.

En eso está el grupo de rock y pop hace tiempo, en la celebración de un recorrido de 15 años que empiezan y llegan hasta el mismo lugar: la crisis.

La Saga, 15 años atrás, nació de la necesidad de unos muchachos de canalizar un dolor colectivo por la crisis de 2002, a partir de las canciones. Y en ese punto, la función de la banda y de la música parece ser la misma hoy: superar el mal trago, ponerle el cuerpo a un momento que, aunque diferente al de 2003, es crítico en otros aspectos para el cantante Nicolás Bagattini, según cuenta en charla telefónica con El País.

“Y después está el recorrido emocional que necesariamente te genera mirar para atrás e identificarte más viejo, en otras épocas de tu vida, pensarte nuevamente y vivenciar de vuelta eso. Ese es un poco el ejercicio que uno evita un poco, pero es otra de las cosas que se dan en esta fecha”, afirma.

—¿Cómo viene siendo en lo personal, enfrentarte al paso del tiempo desde el lugar del festejo? ¿Qué sacás en limpio?

—Es compleja la respuesta. El valor de la música como agente curador, tanto para nosotros como para aquellos que han estado en contacto con nosotros a lo largo de este tiempo. El peligro del exitismo (piensa), y quizás la evolución del pensamiento a lo largo de nuestras edades, el desarrollo, las posturas reflexivas que uno va tomando y que van cambiando en función de la edad y las circunstancias. Entonces ya verás que no es una fecha fácil.

—¿En qué sentido hablás del peligro del exitismo?

—La Saga no está unida a ningún extremo, entonces los idealistas del arte, que niegan al arte como producto cultural vendible, son un extremo, y del otro lado ahora está de moda Luis Miguel y el arte como producto de mercado. En eso hemos oscilado, y eso tiene consecuencias en la creación, en la postura con la que se para ante el público. Y te diría que ahora estamos un poco de vuelta, yendo hacia el aspecto primario de la creación.

—¿Y eso siempre fue así? ¿Es una postura permanente la de no estar en un extremo?

—No tanto. Cuando nosotros salimos, pienso que éramos bastante rebeldes, teníamos una postura contestataria, pero constructiva. Era como una rebeldía esperanzada. También en 2003 estábamos en un momento muy difícil; no se podía hablar de otra cosa y el dolor venía desde ahí. Y tenemos la idea actual de que estamos en un momento crítico, pero por otras cosas. Entonces Vos ya pasó, y fue producto de una etapa muy linda, pero de venir otro disco va a meterse en eso.

—¿Va a venir otro disco?

—Dejemos que pase el cumpleaños. Canciones hay, también hay ganas, también hay cansancio del camino recorrido y lo que implica tener un proyecto durante 15 años en Uruguay. Creo que hay que esperar para meterse, de una forma más pausada pero mucho más honesta, en la composición.