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Este sábado, Urbano Moraes llega a Medio y Medio para celebrar su trayectoria

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Urbano Moraes se presenta en formato de septeto. Foto: Paola Ferreira.

AGENDA CULTURAL

Urbano Moraes, quien supo ser bajista de El Kinto, llegará a Medio y Medio para repasar sus más de 50 años de música

"Cuando pienso que algo no sirve, es que sirve. Cuando pienso que sí, ahí la cago”, dice, con una carcajada, Urbano Moraes. Desde el otro lado de la línea telefónica, el músico instalado en Villa Serrana desde hace años repasa el nacimiento accidental de algunas de sus canciones, que si bien no llegaron a las radios —aunque tampoco era el objetivo—, sí se ganaron la admiración de músicos de la talla de Jaime Roos, Eduardo Mateo, Ruben Rada y Hugo Fattoruso.

Y ejemplos le sobran. El más icónico es el de “Musicasión III”, la improvisación que grabó frente al piano a finales de los sesenta mientras aún seguía en El Kinto, el histórico grupo liderado por Eduardo Mateo y Ruben Rada que marcó el inicio del candombe-beat. “Mateo me hizo la cabeza cuando fuimos a grabar, pero yo no quería. Me obligó, probé y cuando termino le digo a Carlos Píriz (ingeniero de sonido y productor) que no estaba seguro de si podía hacerlo. ‘Ya está grabado’, me respondió”, relata el bajista.

Esa canción, que Moraes improvisó mientras tomaba el sonido de Ray Charles como referencia, salió en el álbum colectivo Musicasión 4 ½ (1971) y se convirtió en su tema de cabecera junto a “Yo volveré por ti”, de El Kinto.“La publicaron sin mi consentimiento mientras yo estaba en España, y cuando volví a los nueve años, había gente que me conocía por ese tema”.

La historia de “Mirémonos un poco más de frente”, otra de las más queridas por los conocedores de su obra, nació bajo una circunstancia similar. A finales de los sesenta, cuando El Kinto llegó a su final, viajó a Buenos Aires para grabar su primer disco bajo la producción de Píriz. “Estaba re emocionado, pero cuando llegué no pude cantar porque se me había estropeado la voz. Igual probé con esa canción pero como sentía que tenía la voz velada, me agarró tremendo bajón y dejé el disco tirado”.

El bajista le pidió a Píriz que borrara las grabaciones, pero el productor decidió editarla en una recopilación del sello La Planta llamada Música de acá (1973). Recién en 1991 tomaría revancha al grabarla en una bellísima reversión que le da título a uno de los escasos discos solistas de su carrera.

“Mi música es accidental”, define Moraes. “Yo nunca fabriqué temas, sino que son pedacitos de mi vida que aparecen cuando me pasa algo. Ahí llega la música, y trato de escucharla y componer en cuanto a lo que siento en ese momento. Por eso solo hice cinco discos”.

Sin embargo, Moraes —a quien no le gusta mucho el protagonismo— ha participado en grandes álbumes de la música local. Además de su trabajo con El Kinto, cuyo álbum Circa 1968 se nutrió de mayoritariamente por grabaciones para playbacks televisivos, grabó en clásicos como Cuerpo y Alma (Eduardo Mateo), Adar Nebur y La cosa se pone negra (Ruben Rada) y Botija de mi país (Mateo y Rada).

Si bien su material solista no es muy vasto, sí incluye joyas como “Llamada a la casa grande”, “Tú andarás” y “Desde todos los sueños”. Y tras un tiempo sin presentaciones, llegó el momento de retomar algunas de esas canciones. Por eso, mañana a las 21.30 se presentará en Medio y Medio en formato de septeto. El grupo  estará formado por Gustavo Montemurro y Diego Pérez en teclados, Nelson Cedréz y Martín Ibarburu en baterías, Palito Elissalde y Nicolás Ibarburu en guitarras.

El recital cae en un fecha especial porque coincide con su cumpleaños número 72. La excusa es celebrar una historia de más de medio siglo con un recital que promete bastante emoción. Es una buena oportunidad para ver en vivo a uno de los músicos que forman parte de la historia de la música uruguaya.

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