ENTREVISTA

El trío brasileño regresa el domingo a Uruguay con canciones nuevas

El baterista João Barone, integrante del trío brasileño de rock Os Paralamas do Sucesso, aún recuerda su primera visita a Uruguay. Los Paralamas fueron invitados a participar de la primera edición del Montevideo Rock en 1986, pero el clima no estuvo de su lado y la banda tuvo que irse a Madrid sin tocar.

Treinta y un años después, Barone se alegró al oír el regreso del festival montevideano, en el que finalmente participaron en 1987. También recordó cómo entablaron en otra de sus visitas a Uruguay, una relación con el guitarrista de Queen, Brian May, quien luego colaboraría en el álbum Severino (1994) de los brasileños.

Desde aquel debut en Uruguay y el posterior encuentro con May, las visitas del trío al país aumentaron a medida que también lo hizo su exposición en el mercado musical latinoamericano.

La longevidad de la reconocida carrera de Paralamas no parece estar cerca de su fin y la prueba de ello está con su próximo recital en Uruguay, que será el domingo en el hotel Enjoy Conrad de Punta del Este. En él, la banda que también integran Herbert Vianna y Bi Ribeiro presentará canciones de su nuevo disco Sinais Do Sim (“Señales del sí”), publicado en agosto de este año.

Ante el lanzamiento de un nuevo material, el baterista del grupo -que en 2013 celebró en el Teatro de Verano sus primeros 30 años de carrera- dijo que encontraron un elemento muy sencillo para ayudarlos en el desafío de trabajar en nuevas composiciones: el tiempo.

Barone contó que junto a a Vianna y Ribeiro decidieron tomarse un descanso de la vida en la ruta y de una gira en la que primaba el festejo y la nostalgia de la trayectoria de Paralamas. Querían volver a experimentar la experiencia de grabar juntos en un estudio, contó el músico.

Para Sinais Do Sim, los Paralamas se pusieron a merced de Mario Caldato Jr., productor brasileño radicado en Estados Unidos cuyo currículum incluye colaboraciones con Beastie Boys, Bjork, Beck, Manu Chao, Seu Jorge y Jack Johnson.

Para la grabación, reveló Barone, trabajaron inicialmente y sin prisa en “bocetos” de canciones nuevas creadas por Vianna, vocalista y guitarrista de la banda. “Tratamos de respetar el ritmo de trabajo y así cuando nos dimos cuenta de que había una conexión y unas ganas de grabar juntos, empezamos”, contó el músico.

El resultado muestra a una banda experimentada en seguir trabajando en el género que les ha dado frutos: un rock optimista y sentimental. De todas formas, la experiencia también les ha quitado el miedo a experimentar. En el álbum se encuentra una versión de “Cuando pase el temblor” de Soda Stereo, simplemente por que los músicos tenían ganas de grabar y expresar su gusto por la canción y la obra de Gustavo Cerati.

Entre otras sorpresas también se encuentra una colaboración con Rodrigo Amarante, músico brasileño que ganó popularidad al componer la canción que abre la serie Narcos. Con Caldato Jr. viviendo en Los Ángeles, donde se mezcló el disco de Paralamas, Amarante se acercó a su hogar, escuchó el material nuevo del trío y terminó grabando unos “coros fantasmagóricos”, según lo describió Barone.

Al ser cuestionado por un interés de la banda en volver a tener un hit en una industria internacional más inclinada hacia géneros como el reggaeton, Barone dice que ni la banda ni el rock lo necesitan para mantenerse en pie.

“La escena del rock sigue por sí sola. El rock está bien. Mucha gente intenta imprimir la idea de que el rock está muerto y eso solo lo retroalimenta. Tiene cosas fuertes para reafirmar su estética y estilo”, dijo.

Sobre su nueva presentación en Uruguay el próximo domingo, el baterista adelantó que Paralamas hará un show extenso cercano a las dos horas en el que repasarán los éxitos de la banda y presentarán “sutilmente” su álbum más reciente.

Hasta el día de hoy, el baterista dice que no tiene ningún ritual previo al momento de salir al escenario. Señaló que la instancia previa con sus compañeros de banda suele ser muy tranquila en comparación con su música, y muchas veces se trata de conversaciones que no giran en tornos a la música ni a ellos. “Paralamas tiene una desconstrucción del ego”, aclaró Barone. “Y así seguimos”.