Latasónica

Latasónica celebra 18 años con entradas agotadas, en el Solís

Para festejar los 18 años de Latasónica hace falta “mucha alegría, goce, crecimiento personal y colectivo sin duda. Tiene que haber algo que es ajeno a la banda, pero que la banda lo genera”. Eso lo dice a El País William Araujo, que se integró al proyecto en 2013 y hoy es uno de los ocho que mueve esta máquina de ritmo, este grupo de percusión que construye instrumentos a partir de baldes, latas, latones, caños y demás.

También se necesita el pleno respaldo de la familia, un equipo técnico comprometido con la causa, y el aporte de una cantidad de invitados que le dará otro calor a la noche. Con todo eso, Latasónica llegará este domingo a la sala principal del Teatro Solís, a las 20.00, con entradas agotadas y un objetivo claro: pasarla bien.

Latasónica, que nació de unos talleres musicales de la Intendencia que dictaba Nico Arnicho, ha variado en su forma y contenido, ha atravesado generaciones y hecho espectáculos específicos para niños, ha tocado en el exterior y ha ampliado su abanico instrumental. También ha hecho un repertorio propio que se enmarca en lo que se conoce como world music, dentro de un “género” del que también son parte Mayumana, los israelíes que por estos días están en el país; la compañía de origen británico Stomp, y los argentinos de El Choque. “Y seguramente sean muchos más que no conozco”, resume Araujo.

—¿Y cuál es el género?

—No tengo idea. Si está bautizado, no lo conozco. Nosotros decimos que hacemos música de desecho, que la música está en todos lados y lo que hacemos con Latasónica es salir a buscarla. Sí somos un grupo de percusión, aunque cada vez los instrumentos armónicos se nos van acercando más.

—Tomando como referencia a los Stomp, Mayumana y Latasónica, más allá de sus diferencias y dimensiones, hay una propuesta que se sale de lo tradicional y convoca a mucha gente. ¿Qué es lo que atrae al público? ¿La curiosidad?

—No sé. No hay una cosa que determine en espectáculos de percusión, un sesgo de edad. Entonces capaz una de las cosas que hace atractivo un espectáculo como el nuestro, es que lo puede ver un niño de dos años y quedar fascinado, porque la percusión te mueve, mueve átomos de tu cuerpo. Entonces tanto un niño como un adulto mayor lo puede disfrutar. Puede ser curiosidad, un pulso natural del cuerpo; y puede ser que lo alternativo, de un tiempo a esta parte, está muy bien visto a nivel cultural, social y económico. Y el atractivo me parece que es que si te gusta sentir emociones fuertes, por llamarlo de alguna manera, te va a gustar Latasónica.