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Un río de canciones sobre crecer y madurar

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Springsteen y parte de la E Street Band durante el largo proceso de la grabación del disco.

Se reeditó lujosamente The River, de Bruce Springsteen

Fue el "Adiós juventud" de Bruce Springsteen. The River (1980), es un hito en su discografía, uno que marca la despedida al rock más espontáneo y juvenil, y el comienzo de la etapa más reflexiva del músico.

Recién cumplido el 30 aniversario de su aparición, el álbum fue reeditado con un montón de chiches agregados: una caja de cuatro discos compactos y tres DVD con abundante material inédito, un libro y, también, un documental para HBO (ver recuadro).

Contexto.

Springsteen ya había cumplido la profecía de haber sido calificado como "el futuro del rock & roll" con Born To Run, de 1975. Ahí expresaba, en una fastuosa producción a la Phil Spector, todo su entusiasmo juvenil en canciones con historias sobre escapar hacia el horizonte en un auto a toda velocidad y con el amor de la adolescencia al lado.

Cuando la década de los años setenta se despedía y los ochenta asomaban, Springsteen entraba en los 30. Él y sus compañeros seguían siendo una pandilla alocada y tumultuosa, salida de las entrañas de Nueva Jersey con ganas de conquistar el mundo. Pero algunos ya empezaban el camino hacia la vida matrimonial que, como se sabe, siempre trae mayores responsabilidades.

Además, tantos escenarios recorridos, tantos ensayos realizados empezaban a dar otros frutos que la espontaneidad y el entusiasmo. La salvaje e inocente E Street Band se había vuelto más sofisticada y estaba en mejores condiciones de cumplir con los precisos deseos de su jefe.

Pero si Springsteen sabía lo que quería de otros, no tenía tan claro sus propias metas: "Estaba buscando algo, pero no sabía qué era", dice en una parte del documental sobre el proceso creativo que desembocó en The River.

Frenético, Springsteen componía y componía, ensayaba obsesivamente y cambiaba los arreglos de las canciones. El repertorio iba creciendo y las horas en el estudio se sucedían, pero él seguía indeciso. "Escuchaba las canciones y no me parecía que tenían los colores que quería, no había suficiente funk, no había suficiente soltura...".

Dejar los vaivenes y tomar una decisión fue —como suele ocurrir— lo que lo liberó: "Cuando dijimos vamos a hacer un disco doble, fue un gran salto hacia adelante. Me dio la libertad para ir hacia los lugares que necesitaba ir".

Esos "lugares" fueron los de la juventud, revisitados por un hombre que ya empezaba a darse cuenta que el ímpetu algún día iba a amainar. Como un adiós a los años mozos, desplegaron un arsenal de canciones entusiastas e intensas sobre camaradería y diversión, sobre corazones hambrientos, vivir para el fin de semana y enamorarse.

Pero The River —álbum doble de 20 canciones y el primer Número 1 de Springsteen— no se circunscribe a la celebración de la juventud. También está todo aquello que contradice esa cosmovisión: baladas sobre asumirse como adulto e irse de la comodidad de la casa paterna, historias sobre empezar una familia y dejarse de poses infantiles. The River fue también el disco del despertar político de Springsteen: la adultez también implica involucrarse en la cosa pública, y no delegar todo en otros.

Hacial el final del documental, Springteen resume el significado de The River: "Las apuestas del disco se resumen en cosas como la vida, la muerte, el amor, el poco tiempo que tenemos (...) Creo que quería encontrar la manera de hacer de todo eso algo más que ideas estéticas para mi propia vida (...) Una historia no es la vida. Una historia es solo eso: una historia. Quería salvarme a mí mismo, salvarme de mis inclinaciones más oscuras, mudándome a una comunidad con gente luchando para responder las mismas preguntas que yo. Esa comunidad fue la que creé en The River".

Una sola voz para algo hecho entre muchos

Dirigido por Thom Zimmy —amigo de Springsteen y también realizador de los documentales sobre los discos Born To Run y Darkness On The Edge Of Town— este registro es convencional. Con una guitarra vieja, Springsteen va desgranando en cámara las anécdotas y las ideas que llevaron a The River. Apoyado en fotografías y filmaciones de ensayos y conciertos de la época, el músico es el único que habla. Para ser un artista que hace expresar tanto a sus personajes, como líder de banda solo él aporta datos y reflexiones sobre la grabación de The River. Ni Steven Van Zandt, uno de los dos productores del álbum (el otro fue Jon Landau), aparece para dar un punto de vista alternativo sobre el trabajo de la E Street Band, que en The River probablemente entrega su performance más inspirada de todas. Más allá de la palabra de Springsteen, que ilumina aspectos de la creación del disco, el mayor valor del documental está en la presencia de esa vieja guitarra, con la que Springsteen hace despojadas versiones acústicas de varias de las canciones del álbum.

Si no puede ver el video haga click aquí 

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