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La reina que hizo mejor al mundo

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Aretha Franklin. Foto: Archivo

Obituario

A los 76 años murió la gran voz de la música americana

Aretha Franklin. Foto: Archivo
Aretha Franklin. Foto: Archivo

Tres momentos de su vida dan cuenta sobradamente de la trascendencia de Aretha Franklin: cantó en el memorial de Martin Luther King en 1968, en el funeral de Rosa Parks en 2005 y en la asunción de Barack Obama en 2009. Así, Aretha despidió a la primera heroína y al primer mártir y saludó al primer presidente de los negros estadounidenses. Es evidencia, además, del período del mundo que abarcó su carrera y donde caben, por ejemplo, 50 años de avances de los derechos civiles en su país.

En el funeral del reverendo King, cantó “Precious Lord”, una que aprendió de sus años de iglesia, Para Parks fue por otro standard religioso, “Amazing Grace”. A Obama le dedicó la más secular pero igual de energizante “America My Country Tis Of Thee”. Están en YouTube y son un testimonio histórico, sí, pero también de la inextinguible vitalidad de una voz que siempre resultó necesaria y reconfortante.

Aretha Franklin
Vea un fragmento de la actuación de Aretha en el funeral de Martin Luther King

Aretha - porque a las reinas se las invoca por su nombre de pila- fue la banda de sonido que aquellos eventos necesitaban. Ella, como nadie, conocía de la trascendencia y la emoción de los instantes sagrados: lo había aprendido como corista, junto a sus dos hermanas, en la parroquia de Detroit que guiaba su padre, el carismático reverendo Carl L. Franklin.

Su voz, que parecía bajada directamente del Cielo, le hizo ya a los 16 años firmar su primer contrato discográfico y tener un disco en 1960, a los 18. Igual, no fue hasta mediados de esa década, cuando, conseguiría su propia voz. Ahí se convirtió en una artista muy exitosa con su música soul de voz prodigiosa y un repertorio que parecía interpelar a sus tiempos de una manera franca.

Y así se hizo de su corona: desde entonces, los plebeyos nos referimos a ella como la Reina del Soul. Ha habido otras, pero ninguna se ha atrevido a tocarla a ella, la monarca de un reino de canciones entre las que hay que saber que están “I Say a Little Prayer for You”, “(You Make Me Feel) Like a Natural Woman)”, “Respect”, “I Never Love a Man (The Way I Love You)”. La lista solo reune sus clásicos más grandes; hay una veintena más para elegir.

Con una figura lejos de lo estilizado, una presencia intimidante y tocando al piano sus propias canciones (como Nina Simone, la otra gran negra de aquellos años), Aretha era una mujer más cantando problemas compartidos. El reclamo de“Respect” trepó a las listas de éxito y lo convirtió en un himno feminista aunque, quizás también tenga, una lectura social.

“Nunca pensé que mis canciones se volverían himnos para las mujeres”, le dijo a la revista Time el año pasado. “Las mujeres, probablemente, sintieron compasión y se identificaron con las letras. Todos podemos aprender algo del otro, así que si la gente puede sentirse inspirada por mis canciones, es grandioso”.

Su prestigio está certificado. Fue la primera mujer entrar en el misógino Rock and Roll Hall of Fame y ganó 17 Grammys, la Medalla Nacional de las Artes y la Medalla Presidencial de la Libertad que entregan el presidente de Estados Unidos y el Kennedy Center Honors. Hay una versión por ahí, si anda con tiempo, de Aretha cantando “(You Make Me Feel) Like a Natural Woman)” frente al presidente Obama que muestra a un artista en su esplendor, a 40 años de su momento de éxito.

Aretha Franklin
Vea la versión de “(You Make Me Feel) Like a Natural Woman)” para Barack Obama

Tras el pico de relevancia de aquella década de 1960, Aretha mantuvo su prestigio aunque —ley de la vida1 su éxito comenzó a menguar. Pero las leyendas siempre tienen su público y no paró de sacar discos y sobrellevar algunos escándalos.

En la última década cumplió el protocolo de toda diva de la música y grabó un disco de standards, uno de clásicos navideños y una relectura de su obra con el apoyo de una orquesta de nombre prestigioso; Aretha lo hizo con la Royal Philarmonic Orchestra londinense, se llama A Brand New Me y es su último disco.

En 2010, Franklin había sido diagnosticada con un cáncer pancreático. Su imponente aspecto físico se dejó ver deteriorado por lo que ella reconoció como efectos secundarios de las medicinas. El año pasado anunció un retiro parcial que la limitaría a grabar y a esporádicas actuaciones en vivo. Una de ellas fue su último show en noviembre en una gala para la Fundación Elton John.

Ayer falleció a los 76 años, luego de tener al público expectante tras saberse la noticia de su inminente muerte hace tres días. Eso no menguó la tristeza con la que fue recibida la mala buena. Las redes sociales se llenaron de condolencias provenientes todo el arco social: de sus fanáticos anónimos a los colegas y celebridades.Todas, aún la más humilde evocación, consiguieron transmitir el pesar por la desparición de la voz de un período así de importante de la historia de Estados Unidos, sí, pero también del mundo.

Y esa voz, era, el de una reina negra, que parecía hablarle a cada uno de sus súbditos. Y hacernos de paso, sentir un poco mejor. Vaya reinado.

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