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Recuerdo: se cumplen 30 años de la histórica visita de Eric Clapton al Estadio Centenario

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Eric Clapton en el Estadio Centenario. Foto: Difusión.

CRÓNICA

El 3 de octubre de 1990, el músico británico Eric Clapton llegó al Estadio Centenario para ofrecer su primer show en Montevideo. Así fue esa noche.

"El n°1 en Montevideo. La guitarra monstruo del rock, Eric Clapton. ‘Erock Clapton’. 45 músicos, técnicos, ingenieros y un grande que se presenta con el espectáculo de rock más descollante que haya pisado Montevideo. La guitarra tiene un Dios y el 3 de octubre, Montevideo será El Olimpo. Señoras y señores, con ustedes, Eric Clapton”. Era 16 de setiembre de 1990 y esta frase, publicada en un aviso de media página en El País, anunciaba la inminente llegada del guitarrista británico al Estadio Centenario. La publicidad estaba acompañada de la que tal vez sea la foto menos comercial del músico: vestía un saco negro a la moda (con unos cuantos talles extra) y su rostro transmitía una expresión bastante seria, casi amenazadora.

Esa visita, de la que hoy se cumplen 30 años, fue todo un acontecimiento para el público uruguayo. Con el show del exlíder de Cream, de a poco, Montevideo iba acumulando visitas de grandes figuras de la música internacional.En los ochenta ya habían llegado Van Halen (1983), Rod Stewart y UB40 (ambos en 1989), y los noventa comenzaban con el recital de uno de los mayores guitarristas de la historia rock. Por si fuese poco, una semana después de Clapton, Sting se presentaría en el Centenario. Pero esa ya es otra nota.

“Del apoyo del pueblo uruguayo dependerá que sigan visitando Uruguay otros famosos artistas internacionales”, le dijo en ese momento a El País Berch Rupenián. “Artistas de esta importancia no se tiene la suerte de verlos muy a menudo por estas latitudes”. El cachet era elevado: la visita costó 200 mil dólares, y en ese momento, Clapton estaba pasando por un gran momento en su carrera.

El 16 de setiembre se anunció la llegada de Eric Clapton. Foto: Rodrigo Guerra.
El 16 de setiembre se anunció la llegada de Eric Clapton. Foto: Rodrigo Guerra.

Luego de haber atravesado varios años de serios problemas con el alcohol, el británico logró rehabilitarse y lo celebró con Journeyman (1989), un buen álbum en el que las influencias de los ochenta se entrelazaban con el blues eléctrico. Además de las excelentes versiones de clásicos como “Before You Accuse Me” y “”Hound Dog”, Clapton grabó los éxitos “Bad Love” (que ganaría un Grammy), “Pretending” y “No Alibis”.

La recepción de Journeyman fue tan buena —vendió dos millones de copias solo en Estados Unidos— que el británico decidió embarcarse en lo que sería la primera gira mundial de su carrera. A lo largo de dos años y medio, se presentaría en África, Asia, Europa, Norteamérica y Sudamérica. En este marco, llegó por primera vez a Uruguay. Luego, en 2001, repetiría visita con un show en el Cilindro Municipal.

Para los verdaderos fanáticos del rock y del blues, el acontecimiento era doble. Clapton llegó a Montevideo acompañado de Mick Taylor, el exguitarrista de The Rolling Stones y de The Bluesbreakers, quien iba a telonear el show. Se vendieron 23 mil entradas y el público agotó la Tribuna Olímpica.

Antes de subir al escenario, Clapton mostró su cara más antipática, como esa que retrataba la publicidad del show. El músico llegó el mismo día del show, y en el viejo Aeropuerto Internacional de Carrasco, se escondió detrás de una planta para que no le tomaran fotografías. Luego se fue por otra salida para evitar a los periodistas y a los fanáticos. Se publicó la información de que estaba molesto por la falta de hoteles a su nivel en Montevideo, pero finalmente se alojó en el Victoria Plaza.

En la crónica del show, el periodista Daniel Isgleas mencionaba un cartel que un joven mostraba al escenario: “Eric, no tenemos un hotel cinco estrellas pero aquí hay una hermosa luna llena”.

ESTADIO CENTENARIO

Eric Clapton y un show memorable

Tras el arranque de Taylor, quien interpretó un repertorio blusero con su Gibson Les Paul, le llegó el turno a Clapton. A las 21.20 se apagaron las luces y acompañado del clima generado por el humo artificial, el británico salió al escenario con un traje blanco de Versace y una remera negra. Con su histórica Fender Stratocaster modelo E.C. de color negro y un septeto que incluía al percusionista Ray Cooper, la banda se lanzó con “Pretending”, el hit de Journeyman.

Eric Clapton en el Estadio Centenario. Foto: Archivo El País.
Eric Clapton en el Estadio Centenario. Foto: Archivo El País.

“Mr. Clapton se despachó con un recital maravilloso, fuerte, sensible, generoso”, escribió el periodista Elbio Rodríguez Barilari en las páginas de Sábado Show. En YouTube está disponible el audio de esa noche —tomado de la consola de sonido— y la filmación completa, que comprueban la enorme calidad del show. “Clapton aporrea su guitarra al final de cada tema extendiendo sus solos el tiempo necesario para calmar su sed de cuerda”, agregó Isgleas. “Bad Love” y “Running On Faith” lo comprueban y el público celebró cada solo con una enorme ovación.

Mientras el músico ofrecía una excelente versión de “I Shot the Sheriff” (de Bob Marley), afuera del estadio comenzó un disturbio entre la policía y unas 1.500 personas que se habían quedado sin entradas. Según informó El País de Madrid, quienes querían ingresar al estadio “se enfrentaron con la guardia de Coraceros en una batalla campal que acabó junto con el recital sin que la mayoría de los que estaban dentro se preocuparan por el rock duro que se tocaba fuera y que causó 20 heridos”.

Dentro del estadio pocos se enteraron de lo que sucedía. Más adelante llegó la balada “Wonderful Tonight”, donde Clapton ofreció uno de los solos más emotivos de la noche mientras se acompañaba de sus dos coristas. “La definición de fiesta se aproxima”, escribió Isgleas. “Después de la clásica presentación de la banda, Clapton, sin mediar palabra, convoca al delirio con ‘Cocaine’”.

Durante unos minutos, los asistentes corearon el estribillo a todo volumen. Apenas terminó, el público se quedó cantando y aplaudiendo. “Fue una demostración de que han quedado prendidos. Entonces, el guitarrista se sienta junto a las chicas del coro, enciende un cigarrillo y mira con su sonrisa más austera (trasuntada en una mueca) en pose de satisfacción”.

“Nadie sabe lo que se viene pero algo se intuye”, agregó. Tras una larga introducción del bajista Nathan East, Clapton se “para, tira el pucho y arranca” con el riff memorable de “Layla”. La ovación es ensordecedora. “El Centenario vuelve a recargarse de energía y estalla en 23 mil gargantas insaciables de rock del bueno”. Cuando parecía que el show había llegado a su fin, el británico volvió al escenario para demostrar su lado más blusero. De la mano de “Crossroads”, llevó a su voz y a la banda al límite.

Eric Clapton en la tapa de Sábado Show. Foto: Rodrigo Guerra.
Eric Clapton en la tapa de Sábado Show. Foto: Rodrigo Guerra.

“Es el turno de la apoteosis”, dice la crónica. Cuando parecía que “Sunshine Of Your Love” iba a llegar a su fin, Clapton le da paso al baterista Steve Ferrone, quien ofrece un largo y celebrado solo. Luego le da pie a Ray Cooper, quien toma el protagonismo. Mientras el público corea “Pelado, pelado”, el percusionista de lentes negros golpea las tumbadoras mientras grita, se mueve como si estuviese poseído, sonríe sin parar y hasta hace cantar a los asistentes. Por unos minutos es la estrella.

El show termina con la ovación del público y el abrazo de los músicos. “Clapton es veinitpico de años de blues, jazz, rock, todo junto y mezclado casi perfecto. Por ser así es que lo ha llamado Dios. Y no es una falta de respeto”, concluye la crónica. Quienes asistieron al show del Centenario pudieron comprobarlo.

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