“Apenas estoy aprendiendo”, afirma Manuel Medrano.

La última edición de los Grammy Latino puso a sonar más fuerte el nombre de Manuel Medrano por esta región. Gracias a su primer disco de estudio (el homónimo que lanzó en 2015), el colombiano de 29 años se coló en las nominaciones del premio latinoamericano y obtuvo dos gramófonos: el de Mejor artista nuevo y el de Mejor álbum de cantautor, una reñida categoría en la que peleaba con artistas de trayectoria como Kevin Johansen o Pedro Guerra.

"Tener el privilegio de haber estado nominado al lado de ellos dos, artistas que me han influenciado tanto, y de haberme vuelto con el gramófono a Colombia es algo de no creer. Lo estoy disfrutando al máximo porque da una motivación para seguir mejorando, reinventando y seguir trabajando fuerte con la música", dice en cálida charla con El País, después de una gira de difusión que lo llevó por Argentina y Chile. Uruguay todavía no conoce pero, manifiesta, espera poder venir.

"He comido delicioso en el sur, el público es una cosa loca y maravillosa. Me la he pasado muy bien", cuenta Medrano que el año pasado vivió el mejor de una carrera corta a la que parecía estar destinado desde siempre. Empezó a vivir de la música sin pretenderlo cuando todavía era estudiante de liceo, y terminó construyendo un estilo muy personal que lo diferencia de sus colegas sudamericanos. Es un romántico perdido en sus canciones, sí, pero lo que propone no cae en lugares fáciles ni empalagosos sino que obliga a prestarle atención.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

—¿Qué significó para vos ganar dos Grammy Latino?

—Estábamos trabajando muy fuerte con mi equipo para eso, y más que esperarlo era algo que soñábamos, que anhelábamos, pero la verdad es que llegó antes de lo que pensábamos. Estoy muy contento.

—Te has dedicado a hablar de este concepto de pop fundido que toma influencias de todos lados, para no atarte a ningún género, y lo más sorprendente de tu disco es la personalidad que tiene. Es difícil compararlo con algo y eso es todo un logro para un primer disco.

—Qué bonito. Pues justamente lo que quiero decir con el pop fundido es eso, desde el principio quise presentarlo como algo completamente nuevo. Claramente empezó como una sátira a la guerra de estilos en la música; porque siempre quise ir más allá de eso, que vean el proyecto de otra manera, desde el género a la forma de cantar.

—También tenés un acento particular a la hora de cantar.

—(Se ríe) Sí, eso dicen, pero soy cien por ciento colombiano. Canto como hablo prácticamente. En realidad soy un cantante empírico y no te voy a decir que mi proyecto está totalmente dirigido a la música. Lo que me apasiona es escribir canciones, la música sigue siendo algo por diversión.

—¿Te dedicás a componer para otros artistas?

—Por el momento no. Soy un artista joven en el ámbito, porque mi primer trabajo lleva un año y anteriormente no había tenido contacto con el medio artístico. Hoy he logrado hacer un camino y ha sido muy gratificante, pero apenas estoy aprendiendo. Posiblemente a futuro lo haga, por lo pronto la idea era lanzar un disco propio.

—¿Qué querés decir con cantante empírico?

—Que siempre practiqué la música como un hobby. Nunca estudié canto, todo lo que he aprendido fue por mis propios medios. Y de chico nunca vi la música como una profesión, quise tener la oportunidad de estudiar otra cosa pero no pasó y la música siempre estuvo ahí, por más que fuera algo que hacía por diversión. Y vivo de eso.

BELÉN FOURMENT

MÚSICABELÉN FOURMENT