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El perfeccionismo de un director

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Este concierto constituyó principalmente un viaje por la Rusia Imperial a través de la música de Tchaikovsky, el compositor más interpretado de la noche.

La velada se inició con la Marcha eslava, pasando por el Vals del ballet La bella durmiente, siguiendo con la Polonesa de la ópera Eugenio Oneguin, y finalizando con el "Vals de las flores" del ballet Cascanueces.

Otro compositor ruso que se escuchó de este período fue Borodin con sus hermosas Danzas polovtsianas. Intercalados en el programa figuraban Johann Strauss (hijo) con su brillante Vals del emperador, el compositor finlandés Sibelius con su melancólico Vals triste, y el mexicano Arturo Márquez con el ritmo contagioso de su Conga del fuego.

Felisberto Hernández decía que "algo se transforma en poesía si lo miran ciertos ojos". Tomando la esencia de esta frase: "Cuando Naser dirige una orquesta los músicos no ejecutan: hacen música". Se nota en sus versiones la disciplina de un exigente y diestro maestro. Naser es un perfeccionista nato y pocas veces hemos escuchado una interpretación tan sublime del Vals triste de Sibelius. El clima que supo dar a esta obra nos hizo seguir perfectamente el argumento en el cual una desconsolada viuda cree que está bailando con su difunto esposo, pero en la realidad baila con la propia muerte. Naser consiguió una calidad en los pianísimos —cuando las cuerdas hacen los pizzicatos— única. Además supo dar a los calderones un rol trascendental en su versión. En la introducción del Vals del emperador marcó enérgicamente el ritmo binario que le da el carácter marcial. Pero cuando comienza el vals no buscó la rapidez como otros directores, sino que dio el tiempo preciso para que no se perdiera la expresividad que caracteriza a los valses de Strauss. Naser presentó una nueva ubicación para los instrumentos de la Filarmónica, la cual se asemeja mucho con la que había impuesto el maestro Lamberto Baldi cuando fuera nombrado director estable de la Ossodre en 1932. Esto contribuyó mucho a que la sonoridad de la orquesta se viera favorecida. Creemos que sería importante adoptar esta disposición para los futuros conciertos. Todas las obras, inclusive los tres magníficos bises, fueron dirigidos de memoria por Naser. El público lo ovacionó de pie como realmente merece. Es de esperar que antes de que abandone el Uruguay buscando oportunidades en el exterior, nuestras autoridades le brinden la posibilidad de desarrollar sus conocimientos en el país que lo vio nacer para no tener que lamentarse después.

Orquesta Filarmónica de Montevideo

Director: Diego Naser. Programa: Obras de Piotr Ilich Tchaikovski, Johann Strauss (hijo), Jean Sibelius, Aleksandr Borodín, y Arturo Márquez.

Sala: Teatro Solís. Fecha: 15 de febrero.

MÚSICA

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