Publicidad

Patricio Sardelli: "Airbag es una banda que siempre va por su camino"

Compartir esta noticia
Airbag. Foto: Difusión.

ENTREVISTA

Este sábado, Airbag ofrecerá su primer recital en streaming, filmado desde el Teatro Vorterix. Antes del show, Patricio Sardelli habló con El País.

Este sábado a las 22.00, la banda argentina Airbag —formada por los hermanos Sardelli— presentará un show en streaming, que será filmado desde el Teatro Vorterix (entradas a la venta en AreaTicket.Tv).

Antes del recital, donde presentarán una nueva canción, Patricio Sardelli habló con El País.

—Mañana van a ofrecer su primer show en streaming, filmado desde el Teatro Vorterix. ¿Cómo va a ser la dinámica?

—No va a dejar de ser la banda tocando, pero es una sensación extraña porque nos va a ver mucha más gente de la que nos vería en el recinto. La productora nos dijo que ya hay gente de Alemania, Italia y otros lugares que uno no se imagina. Eso lo hace extraño, porque va a ser un momento de intimidad muy grande pero con una cantidad tremenda de gente mirando. Vamos a tocar en el medio del campo y no en el escenario, como si estuviéramos fingiendo que es un show normal. Nos va a encontrar despojados y disfrutando de los más primal, que es tocar.

—Lo bueno es que su show va a llegar a todo el mundo, pero en el tema “Über Puber” dejan en claro que la tecnología también tiene su lado negativo. Hablan de ella como “una sucia maravilla que pica carne”.

—Sí, porque la tecnología tiene dos caras. Una es la comodidad, la efectividad y la practicidad de todo, pero también está el lado oscuro, que es igual de importante. Lo mejor es que muchos fans de México o Colombia van a poder verlo, pero internet tiene cosas muy positivas y negativas. Nuestra generación nació sin la hiperconectividad y ahora la está transitando, pero hay otra generación que nació con la maquinaria andado y no conoce la vida sin internet y sin smartphone. Y eso puede ser muy negativo porque tu vida está registrada desde el día cero y queda en manos de corporaciones que no conocés ni tenés acceso. Esta generación va a tener un desafío muy grande porque cada vez estamos más al borde del abismo social. Hay una inestabilidad muy grande, y cuando la cosa se ponga más picante, hay que ver cómo repercuten los datos que tienen de nosotros.

En la letra de esa canción hablan sobre lo que comentás: “No pienses tan fuerte, pueden escucharte”.

—Sí, y es un tema del que hablamos bastante en nuestras canciones. Hay uno que se llama “Apocalipsis confort”, que dice que por comodidad cedemos muchas cosas esenciales. Ahora, Elon Musk dice que se está por desarrollar una tecnología (Neuralink) que vincula tu cerebro con un aparato externo. Eso lleva más a fondo lo que hablamos: ¿vale más la capacidad de navegar por internet con tu cerebro o la privacidad de lo que pensás? Hay que hacer foco en eso, y para redondear -porque puedo hablar cinco horas sobre esto-, habría que generar una legislación. La tenencia de armas tiene una legislación, pero la tecnología y la política de privacidad no; no puede ser que se filtren los datos de 40 millones de personas y no pase nada.

—Están grabando un disco doble. ¿Tienen pensado abordar estos temas en las canciones?

—El disco está apuntado a la nueva generación y plantea los desafíos que van a tener. Mi generación y las anteriores tenemos crisis existenciales, pero lo que va a vivir esta generación no lo vivió nadie. En el mundo que viene, no sé si los jóvenes se van a poder relacionar con personas que nacieron en los cincuenta; hay un cambio muy grande en la percepción de las cosas y eso trae un desafío completamente nuevo a resolver.

—Cambiando de tema, siempre me interesó el comienzo del grupo. Su primer disco, Airbag (2004), salió cuando tenían menos de 20 años e incluyó los éxitos “La partida de la gitana”, “Quiero estar contigo” , “Solo aquí” y “Ya no recuerdo”. Visto en retrospectiva, ¿cómo analizás esa exposición tan repentina?

—Y... fue una locura. De alguna forma estábamos preparados porque habíamos tocado en bares durante mucho tiempo, entonces teníamos el training necesario para enfrentar una gira; no es que pasamos del cuarto de un adolescente al Luna Park. Pero a veces miro para atrás y digo: “A pesar de ser re pibes, lo manejamos bien y no nos volvimos locos”. Pusimos la Ferrari a 230 km/h y no la chocamos (se ríe), y eso no es fácil. Ahora que lo veo de más grande, me da cierta ternura.

—El hecho de que los tres sean hermanos, ¿ayudó a que se mantuvieran enfocados?

—Sí, obvio. Los tres estuvimos en la misma sintonía y eso fue fundamental. Cuando alguno iba por donde no tenía que ir, los otros dos estaban enfocados y había contención. El consejo que le puedo dar a los músicos es que mantengan su banda unida. Tienen que sentirse como vikingos que están tratando de saquear Europa: vida o muerte. No hay puntos intermedios; o estás o no estás.

—Lo interesante es que, además de haber grabado varios éxitos radiales, en los discos Blanco y negro (2006) y Una hora a Tokyo (2008) mantuvieron un sonido que se diferenciaba de lo que se escuchaba en el momento.

—Sí, yo siempre digo que somos una banda extraña porque nunca tuvimos mucho que ver con lo que pasaba en el momento. Y eso es algo extraño, porque en Argentina primero estuvo de moda las bandas de rock barrial, luego los emo y después el sonido como de The Killers, pero nosotros nunca surfeamos ninguna de esas olas. Con los años nos terminó siendo un beneficio porque Airbag es una banda que siempre va por su camino. El resto puede ir y venir, pero eso no afecta la salud de la banda. En el plazo corto nos pasó de sentirnos solos porque no había una comunidad de gente que estuviera en la misma, sino que estábamos creando algo de cero. Al principio fue difícil, pero con los años empezó a tener valor. Nosotros somos de las bandas curiosas: nos vamos de lo que se espera de nosotros, y nuestro público siempre lo permite: nos quieren ver buscando y valoran que hagamos algo que no se escucha en otro lado.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad