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La interpretación de la cantante fue tan extraña, que ni el público ni los jugadores pudieron evitar reírse
En los grandes eventos deportivos de Estados Unidos, el juego y el show se mezclan y las celebridades suelen tener mucho peso. Es tradición convocar a niños prodigios o cantantes famosos para hacer números artísticos, y también para interpretar el himno nacional estadounidense.
Ayer domingo, se celebró el juego de las estrellas de la NBA, conocido como el All-Star Game, y la elegida para cantar la canción del país fue Fergie, la ex-Black Eyed Peas ahora convertida en solista.
Y cuando todos esperaban una interpretación emotiva, que es lo que suele suceder en estos casos, Fergie sorprendió con una versión de alguna manera sensual. Sus juegos vocales y también la gestualidad con la que acompañó la actuación, desconcertaron al público y a los jugadores presentes, que no pudieron disimular y ni siquiera contuvieron la risa en algunos momentos. En sus casas, los usuarios de redes sociales que estaban siguiendo el juego tampoco ocultaron su malestar.
Hasta ahora, Fergie no se ha expresado al respecto, ni tampoco nadie de la organización del evento deportivo.
Este viene siendo un año particular para los himnos en eventos deportivos estadounidenses, porque a Pink, que fue la elegida para cantar en el Super Bowl, la criticaron no tanto por su versión, sino porque parecía que estaba mascando un chicle —después explicó que no—, y las cámaras registraron cuando lo tiraba al piso antes de cantar.