El próximo 1° de diciembre en el cierre del festival Primavera 0, el dúo británico The Chemical Brothers se presentará por primera vez en Uruguay. El Velódromo los recibirá y, a juzgar por el evento oficial en Facebook, son miles los que esperan con ansias esa fiesta.

Porque cuando se trata de música electrónica, el término "recital" no cabe tanto (hay quienes dicen que "tocar" tampoco corre, que eso sólo aplica a los instrumentos).

Los británicos aprovecharán esta visita a Montevideo para presentar su último trabajo discográfico, Born in the echoes, el primero que editan en cinco años. Con él demuestran por qué son referentes en el género, combinando el rol de DJ con los remixes a partir de la participación de otros artistas. Y al mismo tiempo se renuevan, experimentando con mezclas que le dan un vuelco rotundo y positivo a sus últimas producciones.

Con estas nuevas canciones, Chemical Brothers traza una línea ascendente que oscila entre la relajación y la euforia. Combina sonidos en capas para esquivar el riesgo de la repetición y la monotonía, que por momentos se siente en el antecesor Further (Virgin, 2010). Y físicamente tiene un resultado inmediato, que va mutando a medida que avanzan los minutos.

"Sometimes I feel so deserted", por ejemplo, deja la tensión latente pero no termina de explotar. Eso sí ocurre desde el arranque con "Go", con la participación del rapero Q-Tip y con un estribillo ochentero y pegadizo que obliga a bailar. Y "Under neon lights" va hacia el trance.

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De todas las colaboraciones de este álbum, la de St. Vincent es la más desaprovechada. La vocalista, una de las más destacadas de su generación, se ve superada por la música y actúa en función de eso, lo que le quita bastante originalidad y la deja como una versión deslucida de Lana Del Rey. Y St. Vincent en sus propios discos ya ha demostrado ser bastante más.

En contraposición, la intervención de Beck en "Wide open" es espléndida. Sin salir de su zona de confort, Beck pone su voz sobre una melodía sutil, casi un punto medio entre su brillante Morning phase (Capitol, 2014) y "Dreams", el single que lanzó hace un mes y que irá en su próximo disco.

El desempeño del músico y compositor inglés Ali Love en "EML Ritual" es, al menos, aceptable. Le aporta su voz oscura a una de las canciones más vertiginosas e intensas del álbum (repitiendo "No sé qué hacer/ Estoy perdiendo la cabeza"), que junto a "Ill see you there", lo más cerca que Chemical Brothers estuvo alguna vez al rock, logran un momento de éxtasis. Por último, la galesa Cate Le Bon, aporta una cuota de excentricidad en la canción más formato canción del álbum, la que justamente le da nombre.

Claro, las voces de los invitados siempre son un toque de color y al final, lo que importa es la música. Y la que trae Chemical Brothers en Born in the echoes es celebrable.

Con este disco el dúo logra reinventarse y romper con el estancamiento que vino después de su momento de máxima popularidad, en la segunda mitad de la década de 1990.

Menos dance y más climático, Born in the echoes lo puede disfrutar el menos afín al género, y significará una bocanada de aire fresco para los más aficionados. Montevideo disfrutará en diciembre de este repertorio impredecible.

Lo nuevo de un dúo que viene a UruguayBELÉN FOURMENT