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Ópera transgresora y sumamente original

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Una ópera bien lograda en un lugar inusual. Foto: Difusión

La puesta en escena de la ópera La Flauta Mágica de Mozart si la pensamos en la forma tradicional como podría ser realizada en Viena, sería costosísima para Uruguay.

Con buen criterio el director argentino Sergio Luján presentó una puesta transgresora pero sumamente original. El espectador debe saber el argumento de la ópera pues de lo contrario se sentirá perdido, ya que es cantada en alemán y no hay un cartel con subtítulos.

El acompañamiento instrumental de Bruno González fue correcto, y notable la labor de la pianista Mariana Airaudo, la base donde los demás instrumentistas encontraron el apoyo. El coro preparado por Alice Méndez estuvo sumamente afinado, con excelente empaste y muy buena calidad sonora. El vestuario fue acorde a la puesta, de allí que las tres damas fueran vestidas de enfermeras y los esclavos usaran uniformes militares. La soprano Flavia Berardi en el papel de la Reina de la Noche y el tenor Andrés Barbery en el rol de Tamino tuvieron una actuación satisfactoria. El bajo Marcelo Sosa como Sarastro fue la revelación de la noche, ya que además de poseer un hermoso timbre, su potente voz la proyecta muy bien en el escenario. El barítono Ulrich Schrader como Papageno rindió en muy buena forma tanto en lo vocal como en lo escénico. La soprano Natalia Vega en el difícil rol de Pamina lució su hermosa voz brillando especialmente en la zona aguda, escénicamente no pudo mostrarse pues se le pidió que se moviera con los movimientos de una muñeca mecánica, lo que dificulta la expresividad. El tenor Mauricio Olivera estuvo muy convincente en el papel de Monostatos. Dentro del grupo de las tres damas sobresalió la soprano Lucía Leite por su bellísimo timbre de voz, su musicalidad y dominio escénico. La secundaron con solvencia las mezzosopranos Stefanía Maquiera y Elizabeth Benzo. Interpretaron muy bien sus roles de genios la soprano Jhasmín Ghidone, la mezzo Manuela Rovira y el contratenor Maximiliano Danta. La soprano Ada Verocay como Papagena no obstante su corta participación, tuvo una discreta actuación. Los actores de Laboratorio de Práctica Teatral demostraron soltura.

La Flauta Mágica.

De Mozart. Producción: O’Lírico. Dirección Musical: B. González. Dirección Escénica: S. Luján. Diseño de Arte: S. de los Santos. Pianista: M. Airaudo. Dirección Coral: A. Méndez. Con: F. Berardi, M. Sosa, N. Vega, A. Barbery, U. Schrader, L. Leite, S. Maquiera, E. Benzo, M. Olivera, J. Ghidone, M. Rovira, M. Danta y A. Verocay. Dónde: Sala Tractatus. Cuándo: 28 de mayo.

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Una ópera bien lograda en un lugar inusual. Foto: Difusión

CRÍTICA - CLÁSICA

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