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Los Nuevos Creyentes hablan de "Planta musical", el disco que transforma su sonido

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Los Nuevos Creyentes 2021. Foto: Palan Palan

ENTREVISTA

La banda de rock lanzó su segundo disco de estudio, el sucesor de "El sonido bendito". Zelmar Borrás y Matías Singer charlaron con El País

Entre el buen disco debut de Los Nuevos Creyentes, El sonido bendito de 2017, y este segundo álbum Planta musical que llegó el viernes a plataformas, hubo varios imprevistos que estiraron los procesos creativos. El último fue la pandemia: en marzo de 2020, la banda de rock tenía previsto ir a grabar a Buenos Aires, en cinta, para darle lugar al romance con lo analógico de los integrantes. Nunca ocurrió.

Las 11 canciones que los Creyentes habían acumulado para este nuevo material tuvieron, entonces, unos meses más de trabajo, de escucha, de atención. “Y ese tiempo extra que tuvimos se terminó notando en el aire que tiene el disco”, asegura Zelmar Borrás, guitarrista, en charla con El País.

Para el cantante Matías Singer, el mayor desafío a la hora de quedarse a grabar en Montevideo fue el de encontrar, en el estudio El Cuarto donde todo se registró, “un lindo sonido en vivo. Fuimos en esa búsqueda, y creo que se logra porque está bastante espacial”.

Como en El sonido bendito, el grupo grabó en vivo —o sea, los cinco tocaron en simultáneo en un par de días de sesiones— y no se generaron overdubs o sobregrabaciones. Con un micrófono al medio del quinteto, se capturó una frescura que marca una de las diferencias entre uno y otro disco.

El gran salto de Planta musical (para el que grabó el baterista Charly Priato, reemplazo temporal de Diego Prestes que ya está de vuelta) es que dejó ir la estridencia garagera para priorizar una limpieza en el sonido que luce más el abordaje psicodélico. Estas canciones son paisajes extraños que invitan, con sus muchos colores y texturas, a descubrir detalles.

“Nosotros usamos ese pedal, el fuzz, que es como una distorsión medio podrida, y en El sonido bendito están los cuatro fuzzes apretados al mismo tiempo. Acá, cuando uno lo usa el otro no. Seguro hay más aire, más silencios”, dice Borrás.

Singer explica que “cuando más entendés los juegos del otro, los espacios y el sonido de los otros y qué esperar, se va generando más un diálogo, como cuando hablás con las personas, que cuanto más las conocés, más sabés cómo conversar. Uno entra a entender más el tetris de los distintos componentes de la banda y no hay que estar todos en la misma, sino disfrutar del no hacer nada. Vamos a ir cada vez más hacia ahí”.

Los Nuevos Creyentes han cambiado y eso se nota.

Hay, además de esa transformación sonora, una soltura a la hora de ejecutar los instrumentos que también se refleja en una interpretación más desatada de Singer en lo vocal. “Vemos ahí”, el corte, ya era buen ejemplo.

Sobre Planta musical, que como su antecesor tendrá edición en vinilo, el tecladista Santiago Bogacz ha dicho que le encuentra más jazz a estas músicas rockeras.

Eso, dice Borrás, tiene que ver con la decisión de “buscar cada vez más la abstracción y no tanto el riffcito de rock, el clásico Chuck Berry que me encanta y lo tenemos a full en muchas cosas. Pero nos interesa ser cada vez más abstractos y no tanto esa cosa más figurativa del rock and roll”.

Alrededor de este disco orbitaron, también, las formas de los guitarristas japoneses, Pink Floyd y Spacemen 3. Incluye dos instrumentales y lo único improvisado fue el final de la canción “Medicina”.

—¿Qué impulsa a Los Nuevos Creyentes, que los mantiene en marcha?

Zelmar Borrás:

Es como un juego y hay una inercia, también. Hace 20 años que tocamos juntos (en otras formaciones), hemos tenido hijos, nos hemos casado algunos, separado, problemas con drogas... Y la música sigue ahí.

Matías Singer: Ahora las bandas chicas están desapareciendo; no hay dónde tocar y nadie te va a ver un Zoom. A nosotros nos mantiene vivos este disco; nos mantuvimos activos durante toda la pandemia, todos los días haciendo algo por él, entonces Planta musical nos ha mantenido andando en todo este momento. Veo a bandas de amigos que están todos parados, como estaríamos nosotros si no tuviéramos esto porque está complicado todo, el laburo, las relaciones. Fue difícil, la pandemia nos estiró todo pero a la vez nos mantuvo ahí. Y seguimos.

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