Clásica

Ignacio García Vidal volvió a destacarse al frente de la Banda Sinfónica de Montevideo

Julio César Huertas

En cada presentación del maestro valenciano Ignacio García Vidal en nuestro país, ya sea al frente de la Orquesta Filarmónica, al frente de la Banda Sinfónica o con la Orquesta Juvenil del Sodre, sorprende con sus interesantes interpretaciones. Esta vez fue a través de un programa dedicado a la música francesa y española. Comenzó el concierto con la bellísima “Pavana para una infanta difunta” de Maurice Ravel, que fuera transcripta para banda por Melvin Lauf Junior.

García Vidal presentó una versión intimista que se caracterizó por su pulcritud y transparencia. En esta adaptación para banda, los clarinetes toman el lugar de los violines dando un color diferente a la obra, sin alterar su esencia.

Luego se escuchó el poema sinfónico “La Procesión del Rocío” de Joaquín Turina, que fuera transcripto para banda por Alfred Reed. Esta obra evoca con maestría una de las manifestaciones religiosas más típicas de Sevilla; danzas como las seguidillas y soleares intervienen en la descripción colorista de la procesión. Turina capta maravillosamente el ambiente donde se mezclan el recogimiento con la alegría popular.

García Vidal obtuvo una gran calidad expresiva, resaltando los diferentes motivos que componen la obra, y además logró una sutileza de matices extraordinaria. Para finalizar esta hermosa velada, se ejecutó la “Gran Sinfonía Fúnebre y Triunfal” de Héctor Berlioz, que fuera originalmente compuesta para banda.

En Montevideo se interpretó hace 83 años. Fue en el año 1935, en el Pabellón de la Música del Parque Rodó, siendo la Banda dirigida por el maestro Benone Calcavecchia y actuando como solista su discípulo predilecto, el trombonista Luis D’Andrea.

Esta segunda audición se realizó por primera vez en un teatro, ya que el compositor la escribió para ser ejecutada al aire libre. No obstante este importante cambio, García Vidal consiguió que la banda lograra unas sonoridades brillantes, resaltando los diferentes climax que esta grandiosa obra encierra.

Sorprendió de sobremanera la actitud del público, ya que es una obra un tanto extensa y por momentos, árida. Sin embargo, la Banda consiguió cautivar a los espectadores totalmente.

Indudablemente fue otro triunfo para García Vidal por la selecta elección del repertorio, y al mismo tiempo, fue otro récord de la Banda Sinfónica.