Publicidad

La música de la tierra dormida en un álbum perdido

Compartir esta noticia
A seis años de su muerte, Mercedes Sosa sigue siendo una voz fundamental. Foto: AFP
AFP - URUGUAY-ARGENTINA-MUSIC-MERCEDES SOSA - ACE - Argentinian singer Mercedes Sosa performs in Montevideo, where she was declared illustrious citizen, on March 12, 2008. AFP PHOTO/Pablo PORCIUNCULA URUGUAY-ARGENTINA-MUSIC-MERCEDES SOSA - Montevideo - - - URUGUAY - pp/pa
pp/pa - AFP - AFP/AFP

Este disco tiene una historia. En el año 2000 Mercedes Sosa no tenía compañía discográfica. Había terminado su contrato con Universal con La Misa Criolla. Venía afilada con su banda cantando un repertorio de nuevos temas.

La Negra quería dejar registro de ese momento en caliente. "Desesperada", recuerda su hijo Fabián Matus, entró a los estudios Ion y grabó 14 canciones con el grupo formado por Colacho Brizuela en guitarra, Popi Spatocco en piano y teclados, Carlos Genoni en bajos y coros, Rubén Lobo en batería y percusión y Beatriz Muñóz en coros.

Fueron tres días intensos de grabación en el verano de dos mil, bajo la supervisión técnica del Portugues Da Silva. Con el master del disco fresco en sus manos Mercedes Sosa salió a mostrarlo a los sellos y no consiguió que ninguno se interesara. Decepcionada, esas cintas originales quedaron cajoneadas y olvidadas en el archivo de los estudios Ion. Pasaron más de 10 años hasta que su hijo Fabián Matus finalmente las recuperó.

"Estuvieron perdidas y nadie se acordaba donde estaban No las podíamos encontrar. Las estuve buscando por mucho tiempo hasta que aparecieron. No estaban en buen estado. Estuvieron estacionadas en la misma posición durante 10 años y hubo que hacer un trabajo de recuperación de las cintas. Se trabajó reubicando todo para nivelar el líquido de emulsión que las preservaba y conseguir luego una máquina multitrack de dos pulgadas para pasarla todo a digital".

La aparición del disco Lucerito, editado por Sony, es como un milagroso reencuentro directo con la voz y la emoción de Sosa en un estado perfecto de madurez interpretativa y sin las dolencias que la aquejarían posteriormente. Es como un testimonio musical y un mensaje poético que quería dejar para el futuro.

"En ese momento no entendíamos porque quería grabarlo tan rápido. Pero ahora entiendo. Ella tenía una visión de las cosas que nosotros no teníamos", dice Spatocco, que fue parte de esa grabación y director musical de su última banda.

Seis de las canciones incluídas originalmente en este álbum, alimentaron después los repertorios del disco Corazón libre, Acústico en vivo y Cantora."Al principio, la "Máma" no quería hacer nada con este disco por como había quedado el audio, pero le gustaban esas canciones y las fue incluyendo en sus otros discos. Con el tiempo lo fue valorando", recuerda Matus.

El disco, desde el primer tema es como escuchar su mensaje renovado, como si fuera un disco grabado ayer. Escuchar a Mercedes Sosa tan fresca y tan contundente vuelve a dejar sin palabras. Su olfato natural para seleccionar canciones y dejar versiones definitivas aparece en toda su dimensión. Canciones como "Ojos de cielo" un aire de huayno que explota la vena más folklórica de Víctor Heredia; la zamba "Como flor de campo" de Raúl Carnota; o "Esa musiquita" de Teresa Parodi, se terminarían instalando no sólo dentro de su repertorio personal sino también dentro del imaginario de la canción popular.

Se despide con "Himno de mi corazón", la canción de Los Abuelos de la Nada. Sosa, la voz de la Pachamama, le da un nuevo significado. Es la despedida del disco y el reencuentro con la cantante.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
A seis años de su muerte, Mercedes Sosa sigue siendo una voz fundamental. Foto: AFP

Se editó Lucerito, un viejo disco de Mercedes Sosa

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

musica

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad