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La música, la lucha y los amigos uruguayos

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Milton Nascimento

entrevista

Una charla con Milton Nascimento, el artista brasileño que está el 1° de octubre en El Galpón.

Milton Nascimento vuelve a Uruguay (donde lo esperan amigos y música”, le dice a El País, para presentar su nuevo show, Semilla de la Tierra, el 1° de octubre en El Galpón (con entradas que van de 1.400 a 3.200 pesos en venta en Tickantel). Nascimento ya tiene medio siglo de carrera y se mantiene como uno de los grandes artistas de su país.

—¿Cuál ha sido su vínculo con Uruguay?

—Sin ninguna duda, mi primer contacto con Uruguay fue gracias a la amistad. Ya en la década de 1970 convivía con muchos amigos uruguayos en Brasil, principalmente en Rio de Janeiro. Es más, si no recuerdo mal, los primeros shows empezaron a ser en la década de 1980 y ahí empecé a ir regularmente a Montevideo. Tengo dos grandes amigos uruguayos, Hugo Fattoruso y Ruben Rada, y desde siempre ellos fueron mis anfitriones en todos mis viajes a Uruguay.

—¿Qué lo espera en Uruguay?

—Los amigos y la música. Que después de todo son la base de la vida.

—Ha usado su arte como un motivador social. ¿Esa función del artista está vigente para las nuevas generaciones?

—Cuando me preguntan por eso, siempre digo que cada persona debe actuar de acuerdo a su voluntad. Y eso aplica para todo el mundo, músicos, artistas, escritores. Si uno sigue haciendo lo que lo hace feliz, entonces está todo bien.

Milton Nascimento
Vea el video de "María María", uno de los clásicos de Milton aquí en versión acústica

—¿Cuénteme de Semilla de la Tierra?

—Todo comenzó en la ciudad de Campo Grande en el estado de Mato Grosso del Sur en mayo de 2010, cuando fui bautizado por los indios Guarani-Kaiowá con el nombre de Semente da Terra (Semilla de la Tierra). En cada ciudad a la que vamos con ese show, digo que conseguimos reunir muchas cosas. Es como si quisiéramos tener todo lo que hay de más importante en los días de hoy. Nuestra amistad, la unión, la fuerza de los Guarani Kaiowá, que fue la inspiración para este proyecto. Pero también está claro que vamos a recordar “Travessia”, “Clube da Esquina”, “Nos Bailes da Vida”, “Canção do Sal”, “Caxangá”, además de varias otras cosas que hemos venido tocando por ahí. Es una gira totalmente integrada por amigos. Desde la banda, el personal de producción y los técnicos: todos acá somos muy amigos. Antes de pensar en el show en sí, la gente siempre busca lo mismo: un encuentro de amistad. Todos tienen sugerencias sobre el set-list, empezando por Danilo Japa, que es el director artístico de este show, pasando por mi hijo, Augusto Nascimento, y principalmente la contribución de Wilson Lopes en la dirección musical y las cuerdas, Beto Lopes (siete cuerdas), el baterista Lincoln Cheib, además del contrabajo de Alexandre Ito, la voz de Barbara Barcellos, el piano de Kiko Continentino y los metales de Widor Santiago.

—Ha dicho que Elis Regina fue el gran amor de su vida. Cuénteme de ella como persona y su vigencia como artista.

—Desde que conocí personalmente a Elis Regina en la casa de una cantora llamada Luiza, en Rio de Janeiro, en 1964, yo nunca más pensé en otra persona a la hora de componer. Todas las música que hizo después de eso, fueron pensando en Elis. Ella fue la primera gran cantora en grabar una música mía, “Canção do Sal”, en 1966, y eso nos unió para siempre. Elis Regina fue una de las mayores artistas que el mundo tuvo el privilegio de conocer.

—Hace poco en una reseña en un medio estadounidense comparaban su disco Clube da esquina con Exile on Main Street de los Stones y Blonde on Blonde de Dylan. Usted ha vivido toda su carrera rodeado de elogios de esa clase. ¿Cómo ha manejado eso?

—Para ser sincero nunca pensé mucho en eso. Siempre hice las cosas de una forma muy natural, principalmente la música. Nunca pensé en alcanzar algo específico, nunca tuve un objetivo directo en la carrera. Todo en mi vida fue sucediendo naturalmente y eso continúa hasta hoy.

—¿Cómo recuerda la época de Clube da esquina?

—Fue una época de muchas amistades, descubrimientos, mudanzas pero también de mucho aprendizaje. La gente precisaba vivir ese tiempo. Y hoy me siento muy contento de haber vivido todas aquellas cosas. Y ese disco está ahí para contar esa historia.

—Es desde hace décadas un activista por los derechos de los oprimidos. ¿Cómo ha cambiado esa situación ?

—A pesar de toda la movilización, infelizmente la situación actual en el mundo es muy extraña, y en Brasil no se puede ni hablar. Pocas cosas cambiaron en los últimos años. Es una situación imprevisible.

—¿Cómo ve a su país?

—Está todo muy mal. Y las cosas están muy raras. Pero a pesar de todo, aún nos queda la esperanza.

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