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"La música es lo que más importa"

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Caetano Veloso. Foto: Rafael Berezinski
RafaeIBerezinski

Hacía frío y le tocó cantar al aire libre la última vez que estuvo en Uruguay, de la mano de Gilberto Gil. Ahora, Caetano Veloso se prepara para volver arropado por el calor de marzo y por el confort del Auditorio del Sodre, que lo recibirá por partida doble, y por supuesto con compañía.

Los días 7 y 8 a las 21:00 presentará el show Caetano presenta Teresa, en el que compartirá escenario con la cantante de samba Teresa Cristina, motivo por el que interrumpe sus vacaciones en Bahía para contestar las preguntas de El País.

—Estuvo hace poco tiempo en Uruguay con Gilberto Gil. ¿Qué sensación le quedó de ese show, más allá del frío? ¿Con qué se encuentra cada vez que viene al país?

—Hacía frío cuando canté con Gil, y sin embargo, la dulzura de los uruguayos estaba allí. Ahora vamos en verano. Teresa es una cantante y una mujer de gran elegancia, y sin duda mostrará la belleza del samba carioca en su forma más esencial. De mi parte, tendré la alegría de poder presentarla a la gente de Uruguay y de volver a cantar canciones mías. He estado muchísimas veces en Montevideo, y siempre es fuerte la sensación de intimidad con el público.

—¿Desde cuándo conoce a Teresa y qué lo cautivó de ella para convidarla a esta gira?

—Conozco a Teresa desde hace muchos años. Nuestro primer acercamiento importante fue cuando, hace relativamente pocos años, la invité para cantar en un show que yo hacía mientras grababa el álbum Zii e Zie. Ella había grabado una canción mía, "Gema", que me gusta mucho, y la invité para que la cantara conmigo. En el ensayo me impresionó lo mucho que ella conocía de mi obra, parecía saber cantar todas las canciones que he compuesto. Y conocía toda la tradición de música popular de Brasil y no solo de Brasil. Ahora, cuando ella hizo el show solamente con canciones de Cartola, el resultado me impactó. ¡Era una joya! Le mandé el CD en vivo al presidente del sello Nonesuch, en Nueva York. El disco le encantó y decidió hacer una edición mundial, y me pidió que hiciera un show en Nueva York con ella.

—¿Qué le gustaría que la gente conociera de Teresa?

—Ya verás.

De alguna manera, en esta gira pone su nombre al servicio de otra artista, y se pone usted en un segundo plano. ¿Es un gesto de generosidad o más bien un aporte a la música?

—La música es lo que más importa, no creo que me ponga en segundo plano. Cuando me pidieron que lo hiciera en Nueva York, fue porque yo soy conocido y ella no tanto. La gente viene por mi nombre, pero sabiendo que presento a una artista, y tiene curiosidad. El trozo del show de ella es tan bueno que mi servicio está hecho cuando llego para cantar. Mi parte es más larga que la suya, pero a veces me siento mejor representado por lo que hace ella que por mi propia voz.

Se ha caracterizado por trabajar con diferentes compañeros musicales, en estudio o en vivo. ¿Qué le aporta la colaboración constante con otros?

—Tengo mucho amigos en la música y me gusta hacer cosas con ellos. En general es un gran honor para mí: nunca creí tener mucho talento para la música, y todos esos amigos son, en ese aspecto, muy superiores a mí. Tengo suerte de que a ellos les guste lo que yo, sin tanto talento, llego a hacer con la música.

¿Cómo es hoy su vínculo con la guitarra? ¿Qué le da a sus canciones la interpretación sólo a guitarra y voz, tan intimista?

—Siempre me gustó cantar solo con mi guitarra, pero nunca me preparé para hacer algo de calidad superior. Lo que hago es muy personal, no demasiado pobre musicalmente como para irritar oyentes. Y lo hago con placer, así que vale la pena. Entro en la vejez, mi voz me parece menos controlable, pero todavía me gusta cantar.

Su disco Muito! está siendo revisitado por otros artistas. ¿Qué recuerdo tiene de aquel trabajo? ¿Qué lo hizo especial?

—Fue el primero que hice con A Outra Banda da Terra, un grupo de amigos músicos que querían hacer algo libre conmigo. La prensa en Brasil fue terriblemente negativa cuando salió, las ventas no eran mejores, los shows no llenaban ni siquiera teatros pequeños. Las radios no pasaban nada: "Terra" era como prohibida por larga; pasaban canciones americanas e inglesas que duraban más, pero es así... Después "Sampa", "Terra", "Muito" y otras del disco empezaron a ser cantadas en la playa, y hoy me alegra que nuevos jóvenes elijan ese disco.

Y Fina Estampa contribuyó a la integración de la música brasileña con la del resto de América Latina. ¿Se siguen abriendo esas fronteras culturales?

—Fue un disco muy personal. La canción de habla hispana americana tuvo fuerte presencia en Brasil por décadas, y la fuerza que la música brasileña ganó en el público brasileño a partir de la bossa nova —no digo que la bossa nova creó la fuerza comercial de la canción brasileña en Brasil, estoy demarcando un período—, combinada con la fuerza global de la canción anglo-americana, agravó la sensación de separación entre Brasil y los otros países de Latinoamérica. Es bueno que Brasil se especifique, pero me gustaría tener más y mejor diálogo con la canción de habla española. No es justo ni real que estemos todos bajo la fuerza del negocio del entretenimiento estadounidense.

Recientemente el Festival de Cine de Punta del Este fue inaugurado con una biopic de Elis Regina, que aborda el concepto de música popular brasileña. ¿Se dio cuenta entonces de que estaba formando parte de un nuevo movimiento musical?

—Entonces intentaba crear, junto a Gil, Tom Zé, Gal, Mutantes, Rogério Duprat, lo que se llamó tropicalismo; pero me acuerdo del tiempo en que se empezó a utilizar la expresión "MPB". Elis era una gran cantante; musicalmente, la mejor que llegó a ser una estrella.

Hablando de películas, "Cucurrucucú paloma" es parte de la nominada al Oscar Moonlight. ¿Cómo llegó a la película?

—"Cucurrucucú paloma" está en Happy Together, en Hable con ella y ahora en Moonlight, que no vi. Almodóvar quería ponerla en La flor de mi secreto, pero Wong Kar Wai la usó sin autorización en Happy Together y Almodóvar la dejó para utilizarla unos años después, y me llamó para que la cantara en escena. Para Moonlight pidieron autorización y todo, dicen que es una bella película.

¿Cuál ha sido el papel de la cultura en la crisis brasileña?

—Se encontró dividida, como todo lo demás; está la tradición de izquierda y una ola de derecha. Cuando la cosa fue para impeachment, los artistas se pusieron de dos lados definidos. No es muy agradable.

¿Está trabajando en algún nuevo proyecto?

—Tengo ganas de cantar con mis hijos. Estoy en Bahía, de vacaciones. Cuando vuelva a Río veré. Tengo los show de la gira. que, con Europa, no es corta.

¿De qué o quién suele rodearse cuando está componiendo? ¿Busca nuevos métodos de composición como ejercicio?

—Hice canciones mientras charlaba con amigos, otras veces solo. No hay método.

¿Qué artista nuevo lo conmueve y qué artista de trayectoria nunca lo deja de conmover?

—João Gilberto es eterno. MC Beijinho, un chico de 19 años que hizo una canción para el carnaval de Bahía llamada "Me libera, nga" me conmueve ahora mismo.

Un show con "un poco de todo eso".

"Esto no es un show de los dos, y no es un show mío con apertura de ella", aclara Caetano Veloso. "Es un poco de todo eso. Yo la presento, ella hace parte de su show con canciones de Cartola (con el magnífico guitarrista Carlinhos Sete Cordas), yo canto canciones mías y cuando volvemos para agradecer los aplausos, hacemos tres o cuatro juntos".

En cuanto al repertorio propio que abordará, el brasileño cuenta que eligió canciones que no estuvieran incluidas en la gira que realizó con Gilberto Gil, y que lo trajo al Velódromo a fines de 2015. "Elegí las que fueran igual de relevantes pero que hubiesen estado ausentes en aquel show. Hay algunas (muchas) que son muy conocidas, y otras (pocas) casi nada conocidas", dice.

Para el show del 7 y 8 en el Auditorio, hay entradas en Tickantel desde 1.600 pesos.

Teresa: "Observar a Caetano le hace bien a mi timidez, me volví valiente".

—¿Qué significa para usted realizar esta gira de la mano de Caetano?

—Significa que la vida está siendo buena comigo: estoy de gira con un artista importantísimo para la música brasileña y para mi generación. Caetano es un compositor genial, es un artista que admiro como creador y como persona. Así como me emociono desde el público viéndolo a él, también me emociono con las conversaciones, las historias, la inteligencia, con su perspectiva.

—Usted es parte de la música brasileña hace muchos años. ¿Qué le inspira de Caetano y qué cosas aprendió o heredó de él?

Su capacidad de discernimiento es inspiradora, quiero llegar a los 50 años de carrera con esa mirada fresca sobre las cosas. Estoy aprendiendo de él a procurar más libertad en el arte que produzco. Observarlo le hace bien a mi timidez; me volví más valiente.

—En el concierto se centrará en "Teresa canta Cartola". ¿Sintió la necesidad de revalorizar sus composiciones?

—Todas las canciones de él que aprendía para cantar de noche me encantaban. Y en la primera oportunidad que tuve de juntar todas esas canciones en un show, salió un espectáculo que me ganó por completo. El hecho de cantar a un poeta de otra cuna también contó; sería muy natural cantar a un poeta portelense (de la escola Portela) pero cantar a Mangueira a través de los versos de Cartola es muy desafiante, y amo eso.

—¿Qué encontró en el samba?

—El samba para mí no es solo la canción: es una forma de ser, una perspectiva de la tristeza que me envuelve completamente. Es un lenguaje, una forma de vivir que me completa. Escucho muchos géneros musicales y vibro con todos ellos, pero no vivo sin samba.

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Caetano Veloso. Foto: Rafael Berezinski

CAETANO VELOSOBELÉN FOURMENT

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