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Armando Manzanero, el artista que tenía el secreto de la canción de amor perfecta

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Armando Manzanero. Foto: EFE.

LUTO

Este lunes, falleció el músico mexicano Armando Manzanero a causa del COVID-19. El autor de "Somos novios", "No sé tú" y "Adoro" dejó un enorme legado.

Armando Manzanero, que falleció este lunes a los 86 años por COVID-19, era parte de ese selecto grupo de compositores que conocía el secreto de una buena canción de amor. Y por buena no me refiero a esas que se vuelven un éxito mundial por su ritmo pegadizo y una melodía que se repite durante horas en la cabeza. No. Estoy hablando de aquellas que, en poco más de tres minutos, logran sintetizar ese sentimiento de pasión, descubrimiento continuo y hasta idealización que suele representar el enamoramiento. Es esa mezcla de sensaciones que hasta el más cínico sabe experimentar al menos en algún momento de su vida.

Y ahí es donde entran esas grandes canciones de amor. Letras como “Somos novios”, “No sé tú”, “Adoro” y “Contigo aprendí” ponen en palabras lo que uno no se anima a decir en esos momentos donde reina la inocencia. “Nos enseñaste a adorar de la manera más bella”, escribió Alejandro Sanz en Twitter tras enterarse de la muerte del mexicano.

Pero lo que las hace aún más especiales es que quedan guardadas en la memoria y, con solo unos acordes de piano, nos hacen revivir todas esas sensaciones.

Don Armando Manzanero ha sido mi vida y mi infancia”, le dice, a través de un audio de WhatsApp, Diego “El Cigala” a El País. “Lo he escuchado desde chico y es algo muy personal. Soy fan de Armando como compositor, como músico y como ser humano. Éramos como hermanos y nos ha dejado como legado su humildad y sus composiciones. Letras más bonitas, imposible”.

Comentarios como el de Sanz y El Cigala llenaron las redes sociales tras la muerte del mexicano. Ya sea en la voz de artistas como Luis Miguel, José José, El Cigala y hasta Elvis Presley, una canción de Manzanero siempre estuvo ahí, musicalizando algún momento esencial de nuestras vidas. “Así como los pulmones necesitan de aire, el romance necesita de una canción”, resumía el artista en diálogo a EFE en 2016.

Y, dos años después, defendería su postura durante una entrevista para el diario peruano El Comercio. Para él, la canción romántica siempre va a estar presente en momentos memorables. “La gente se abraza cuando va a bailar. La gente la canta cuando tiene un romance. Pueden venir ritmos y hacer de todo, pero la canción romántica va a estar siempre en un sitio. La pareja siempre necesita una canción para oír”, comentó.

Y el mexicano dedicó su vida a componer este tipo de canciones. Nacido en Yucatán el 7 de diciembre de 1934 —aunque un descuido de su padre hizo que recién su nacimiento se registrara exactamente un año después—, Manzanero descubrió el piano a los 8 años, cuando su madre le cambió a una de sus amigas una máquina de coser que no usaba por un piano viejo y roto que juntaba polvo en su casa.

Tras años de estudio en la escuela de Bellas Artes, a los 15 compuso “Nunca en el mundo”, su primera canción. Desde ese balada inicial ya quedaba definido el camino sobre el que construiría el resto de su obra. “Nunca en el mundo tendré otro amor, / Que a mi ser pueda hacer sucumbir, / Porque tú eres pasión,/ Dulce imagen con quien sueño yo”, cantaba con esa voz dulce y ronca.

Luego de trabajar en una editorial de música y en el sello CBS Internacional, empezó a componer canciones para el cantante chileno de boleros Lucho Gatica, conocido como “El Rey del bolero”. Recién en 1967, a los 33 años, grabó A mi amor... con mi amor, su primer álbum solista. Allí se incluían dos de sus grandes clásicos: “Adoro” y “Esta tarde vi llover”.

A lo largo de las más de 400 canciones que grabaría en su vida, el amor se convertiría en el eje de su obra. Y por más de que el mexicano se casó cinco veces, la cara oscura de las relaciones no solía aparecer en sus letras. “No soy afecto del desamor. En cuestión de desamor me voy, me guardo y a otra cosa mariposa”, le dijo a Infobae este año.

Además de que Elvis Presley haya interpretado una versión traducida al inglés de “Somos novios” —bajo el título de “It’s Impossible"— y de que unos cuantos artistas de toda Latinoamérica grabaran sus canciones —en Uruguay, por ejemplo, Laura Canoura incluyó “Contigo aprendí”, “No sé tú”, “Te extraño” y “Adoro” en Bolero—, uno de los mayores éxitos del mexicano estuvo ligado a sus colaboraciones junto a Luis Miguel.

En el rol de productor, Manzanero estuvo detrás de los álbumes Romance (1991), Segundo romance (1994) y Romances (1997), que vendieron millones de copias en todo el continente y permitieron que letras como “Somos novios”, “No sé tú” y “Por debajo de la mesa” llegaran a una nueva generación de oyentes. Lo mismo sucedió con el gran disco de duetos que grabó en 2001 junto a Alejandro Sanz, Ricardo Montaner y otros invitados.

En octubre, el artista brindó una entrevista a EFE donde aseguraba que no dejaba de componer. “Cada vez me salen mejor las canciones a pesar de mi edad”, dijo. Si bien es posible que esas letras se puedan escuchar próximamente en las voces de otros artistas, lo que ahora importa es esa serie de clásicos que ya forman parte de la memoria colectiva. Y ese es un legado que siempre vence a la muerte.

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