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Melodía eterna entre dos tiempos

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Hoy el Solís y el Sodre celebran al himno del tango y a su autor, Gerardo Matos Rodríguez.

Hoy ocurre lo que pocos veces. El Teatro Solís y el Auditorio Nacional Adela Reta, los dos máximos escenarios del país, presentan una programación gemela: ambos tiene como protagonista a "La Cumparsita" y la celebración de su centenario. Los festejos se multiplican por otras salas, y abarcan también las artes visuales, las visitas guiadas y otros formatos de la gestión cultural. A un siglo de su estreno, en la antigua confitería La Giralda, el himno de los tangos está cobrando un protagonismo inusual para una melodía uruguaya, moviendo a decenas y decenas de artistas, y seguramente a miles de espectadores hacia los escenarios.

Pero más allá de conciertos, discursos, palabras de emoción y exposiciones fotográficas, el aniversario invita a reflexionar sobre varios asuntos. Por ejemplo, comparar el ámbito artístico en el que nació "La Cumparsita", con el que hoy la evoca. En 1917 Montevideo vivía realmente una vida artística frondosa movida por un público importante en número y con buen poder adquisitivo. En consecuencia, el espectáculo estaba movido por poderosos empresarios privados que se manejaban prescindiendo del apoyo estatal.

En ese ambiente lleno de música, teatro y danza (el bailarín Nijinsky actuó en el Solís justamente en el año 17), se abrían otras grandes salas de teatro para hacer frente a la demanda de público y espectáculos: el Teatro Artigas abre en 1905 y cinco años después el Teatro 18 de Julio. Y desde la revista Mundo Uruguayo, nacida en 1919, un cronista musical se quejaba diciendo que la gente de este país prefería el tango a la ópera.

El centenario de esa hermosa melodía nos encuentra con los mayores teatros en manos del Estado, y un público poco dispuesto a llenar las salas al llamado del tango. Obviamente los tiempos son otros, y por lo tanto los espectáculos tangueros actualmente suelen ser de limitada producción. De hecho, los espectáculos de tango de mayor despliegue que se vieron en Montevideo muchas veces han sido extranjeros.

Hemos llegado a ver una jornada de cierre de un festival de tango, acá en Montevideo, con música grabada. Y esa es otra diferencia que nos separa de aquel 1917, cuando las orquestas abundaban, y hacían música frecuentando los más diversos géneros en los cafés, cabarets y teatros. Y de los conservatorios musicales uruguayos egresaban cientos de músicos: porque cuando se habla de la historia del tango no siempre se tiene en cuenta la cantidad de músicos de sólida formación que integraron las distintas orquestas. No todo fue improvisación y leyendas de arrabal en el desarrollo de esta música popular.

El tango, por otro lado, debe mucho a los escenarios. La propia "Cumparsita" cobró difusión gracias a la compañía teatral de Leopoldo Simari, que la incluyó en la obra Un programa de cabaret, estrenada en 1924 en el viejo Teatro Apolo, de Buenos Aires. Música bailable e ideal para ser incluida en la trama de una pieza teatral; la época de oro del tango va asociada a un circuito de escenarios, grandes y pequeños.

En ese aspecto, otro punto destacable es cómo Buenos Aires hizo popular esta seductora melodía montevideana creada por el joven Gerardo Matos Rodríguez. Y como tantos otros artistas uruguayos (desde el actor José Podestá hasta Carlos Gardel), necesitaron de Argentina para hacerse famosos. Quizá, sin la fuerza que ha tenido siempre la escena porteña, hoy "La Cumparsita" podría estar totalmente olvidada, o ser un hallazgo actual de un musicólogo.

También en el ámbito del estudio y difusión de la historia del espectáculo, Argentina le saca varias cabezas a Uruguay. La escena porteña ha sido estudiada año a año y década a década (por investigadores como Osvaldo Pellettieri o Beatriz Seibel), mientras que en este país el pasado artístico (teatral y musical) no ha sido objeto de semejante atención y análisis.

Los aniversarios pueden servir para reflexionar sobre el pasado, o para simplemente sacralizarlo. En el caso de "La Cumparsita", su historia habla de la relación entre el ambiente artístico uruguayo y el argentino, y también de la pica entre ambos.

Este año "La Cumparsita" sonará en muchos escenarios uruguayos, y se desarrollarán múltiples actividades vinculadas a ella. Todo eso puede resultar bienvenido, pero no por eso se va a lograr que el tango cobre la adhesión popular que hoy tienen otros géneros musicales. No se le puede pedir tanto a ningún aniversario.

Grandes escenarios sonando al unísono.

Esta tarde a las 19:00 en el foyer del Solís se inaugurará la exposición itinerante Matos Rodríguez y La Cumparsita, 100 años, que lleva adelante Agadu, compuesta de documentos pertenecientes al compositor.

Dos horas más tarde, a las 21:00, en el escenario mayor del Teatro Solís se presenta la Orquesta de Tango de Montevideo, dirigida por Álvaro Hagopian, para rendir homenaje a la gran melodía tanguera, con la participación de Ricardo Olivera, Valeria Lima, Olga Delgrossi, Elsa Morán, Nancy De Vita y Jorge Nasser. Con la dirección artística de Ignacio "Nacho" Suárez y la dirección general de Alexis Buenseñor, participan los bandoneonistas Néstor Vaz y Martín Pugin, los violinistas Matías Craciun y Nicolás Giordano y Jorge Pi con su contrabajo, además de un cuerpo de baile con coreografía de Federico García Núñez. Las entradas para Centenario de La Cumparsita se venden en Tickantel, desde $ 200 a $ 700.

También esta noche, desde las 20:00, será la Gala 100 años de La Cumparsita en el Auditorio Nacional Adela Reta, que dada la demanda del público agregó una segunda función para mañana jueves, también a las 20:00.

La Orquesta Sinfónica del Sodre, junto al formidable bandoneonista Raúl Jaurena, celebrará a Matos Rodríguez junto a otro centenario: el del nacimiento de Jaurés Lamarque Pons. Bajo la dirección de Martín García, la orquesta recorrerá un programa tanguero que incluye clásicos del dos por cuatro, como "A media luz", "Adiós Nonino" y, por supuesto, "La Cumparsita". Tickantel, desde $ 160 a $ 810.

También hoy a las 12:30 en la Fotogalería Parque Rodó, se inaugura la muestra Becho y un tango, que se suma al centenario de La Cumparsita, tocando además la Montevideana, Banda Sinfónica Juvenil. Entrada libre.

1 - ¿Qué lugar ocupan los dos espectáculos que se van a presentar hoy, en el Solís y en el Sodre, en el marco del aniversario de "La Cumparsita?

Esto recién está empezando. Estas son las primeras jornadas importantes del aniversario. De aquí para adelante queda un buen trecho para recorrer. Creo que se comprendió, en los distintos ámbitos que hemos participado, que esta celebración tiene que tomarse como el año de "La Cumparsita". No acotado a una semana de abril, sino todo el año. Como ocurrió en Buenos Aires con el centenario de Aníbal Troilo en el 2015.

2 - ¿Para usted qué valor musical tiene "La Cumparsita", más allá de la popularidad que ha conquistado?

A esta altura, me da la sensación de que "La Cumparsita" no necesita justificar nada. Lo digo porque hay una cierta intelectualidad del tango, en ambas márgenes del Plata, que siempre ha afirmado que "La Cumparsita" no es el mejor de todos los tangos. Y eso entra en el campo de lo relativo: para cada uno el mejor tango que hay es el que más nos gusta. Pero por algo "La Cumparsita es el tango más difundido, grabado y ejecutado en el mundo entero.

3 - ¿En Argentina no se está festejando el aniversario de "La Cumparsita"?

Yo no he visto prácticamente cosas a pesar de que es bastante nutrida la información que me llega. No he visto cosas significativas, ni anuncios de grandes espectáculos con la participación de las primeras figuras del tango en la ciudad de Buenos Aires. "La Cumparsita" fue concebida como una obra instrumental, y la letra que le ponen los argentinos, Contursi y Maroni (más el aditivo de haber sido grabada por Gardel), le dio un gran impulso.

100 AÑOS DE LA CUMPARSITACARLOS REYES

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