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"Lo que hago es medio de Quijote"

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Acaba de publicar una novela para la que se inspiró en Montevideo. Foto: Difusión

José Luis Perales vuelve a Montevideo para presentarse en vivo. El cantante y compositor español estará en el escenario del Sodre esta semana. Inicialmente, iba a ser solo una fecha, la del 11 de octubre. Pero luego se agregó otra, al día siguiente.

El romance del público montevideano con el autor de "¿Y cómo es él?", una canción que iba a grabar originalmente Julio Iglesias, se mantiene intacto, y él hace lo que tiene que hacer para mantener viva la llama de ese vínculo: cruzar el Atlántico una y otra vez para enfrentarse, con un agudo sentido de la responsabilidad, al público que lo sigue desde hace muchos años.

José Luis Perales atiende la llamada de El País en Salta, donde la noche anterior dio uno de los conciertos de su actual gira latinoamericana. "¿Que cuántas veces he cruzado el Atlántico para cantar en Sudamérica? La verdad que he perdido la cuenta, hace 40 años que estoy en esto, así que imagina", dice el español entre risas.

A Perales se lo oye serenamente contento. Su voz parece la de un hombre que está bastante satisfecho con lo que ha logrado en el pasado, pero también el presente lo motiva a sonreír. Su nuevo disco, Calma, no será un éxito de ventas ("Ya no se recupera la inversión que se hace en un disco. La gente se lo baja gratis", dice), pero el nuevo álbum no solo lo reafirma entre su público, sino también entre gente que antes nunca le había prestado atención, según lo que él cuenta.

Además, tras décadas como artista musical debutó como escritor. El año pasado publicó la novela La melodía del tiempo, basada un poco en su vida, un poco en las historias que escuchó de niño. Le picó el bicho, dice, y ahora lo tienen que parar para que no siga escribiendo.

Esa novela, además, tiene una génesis montevideana según lo que él cuenta por teléfono desde Argentina.

—¿Cómo fue trabajar con su hijo, quien fue el productor de Calma?

——Fácil a veces, difícil otras. Él ya había trabajado conmigo en Calle Soledad, mi disco anterior, pero acá produjo todo, hizo los arreglos, contrató músicos de Estados Unidos… Todo eso le da a Calma un sabor diferente a mis trabajos anteriores. Ni mejor ni peor, sino distinto. Es muy exigente, creo que nunca tra bajé con un productor tan exigente, pero el resultado ha sido bueno. Le consentí algunas cosas, porque es un perfeccionista increíble. Hubo algún momento en el cual me quise ir a mi casa porque era "Esto deberías hacerlo así", "Acá me parece que hay que hacer así…". Pasa que él está acostumbrado a eso, a trabajar en Estados Unidos, grabar con grandes músicos, en condiciones muy estrictas y exigentes. Normalmente, en España no es tan tan así. Pero el resultado fue muy bueno. Cuando escuchamos el disco me miró y me dijo: "Papá ¿y ahora qué? ¿Te gusta ahora?" (risas). "Bueno, podría estar mejor", le dije (ríe de nuevo).

—¿Cómo nacieron las canciones de Calma?

—Las canciones fueron escritas durante cuatro años luego de mi última gira. Normalmente, no salgo de gira si no tengo material nuevo para presentar. Son canciones diferentes, así las siento yo. Aunque el disco se llama Calma, no todas las canciones están unidas a ese título. Eso fue simplemente porque cuando terminé de hacerlo me pregunté qué palabra es urgente en este momento. Uno ve la televisión, ve la violencia, las guerras, y la verdad que inquieta mucho. Se me ocurrió que la palabra para gritar ahora es esa, "calma". Ver la vida de una forma diferente, más apacible, más de relación con los demás… No digo de conformismo, pero sí como oposición a esas tremendas aspiraciones que tiene la gente de conseguir más, de ser más que el otro. En definitiva, una vida más tranquila. Será que voy mucho al campo, eso me da mucha calma. Cuando llego a la ciudad, me estreso. Tenía como 32 canciones para elegir para este disco, se las pasé a mi hijo. Y de común acuerdo elegimos estas diez. Me quedé con ganas de poder incluir algunas que quedaron afuera, pero no caben tantas en un disco. Y menos en el momento en el que estamos.

—¿A qué se refiere?

—A que es un disco que produzco yo, que lo financio yo. Antes, cuando las compañías se encargaban de la producción, no tenían el mínimo freno para gastar. Pero este lo hice yo, porque tenía ganas de hacerlo así. Es medio Quijote hacer eso ahora, pero lo vengo haciendo desde hace unos cuatro, cinco años. Lo que pasa es que Calma fue un disco muy caro, por todo eso que decía, que fue grabado en Estados Unidos, con músicos de los mejores. Es una apuesta grande para mí, pero al mismo tiempo es un capricho. A la vejez me he ido haciendo caprichoso: a las cosas hay que hacerlas bien. No importa si cuestan, si lo puedes pagar. No es un gasto que vaya a recuperar, porque hoy la gente se baja el disco gratis, lo cual es terrible. Espero que algún día se solucione esto y haya leyes que protejan a los autores, porque este es muy momento muy feo para arriesgar algo.

—¿Entonces? ¿Por qué decidió arriesgarse?

—Porque no he querido vivir de las rentas. Es fácil hacer un concierto y cantar solo las canciones conocidas.

—Hace mucho que está en esto. ¿Le resulta más fácil componer, con tanta experiencia?

—Siempre me resultó relativamente fácil componer. Y, al mismo tiempo, relativamente difícil.

—Antes escribía más para otros. ¿Por qué ya no lo hace?

—Es cierto. Últimamente, me he dedicado a mí y me he olvidado de los artistas que me piden canciones. Quería trabajar mucho para este disco. Y hay que tener tiempo. Me llevó mucho tiempo escribir La melodía del tiempo.

—¿Cómo fue la experiencia de convertirse en un novelista?

—Aunque es una novela, tiene mucho de autobiográfico. Son historias que han pasado de generación en generación, y puede ser que algunas de las historias que cuento, que primero me las contaron a mí, no hayan sido reales. Es curioso esto, porque me estás llamando de Montevideo, y ahí nació la primera idea de escribir algo más largo, una historia más larga que una simple canción.

—¿Cómo es eso?

—Estaba en un hotel, no recuerdo cuál era ahora mismo. Estaba ahí, mirando la rambla, porque mi ventana daba hacia ahí. Era la previa a mi concierto en el Sodre. Me había levantado de la siesta, y tenía unas horas antes del concierto, y estaba muy nervioso. Iba de un lado para el otro en la suite. Hasta que me dije: "A ver, me tengo que tranquilizar". Me senté y agarré unos cuantos papeles y me pregunté "¿De qué puedo escribir?". Veía desde la ventana a la gente pasando por la rambla. De repente vi a un muchacho manejando un Fiat 600 y eso me llevó a mi juventud, cuando mi padre me compró un Fiat 600 de cuarta mano. Más tarde llegó un músico callejero, que tocaba un saxo, y se me dio por pensar que algún día él sería un gran músico y yo lo había descubierto desde la ventana de un hotel. Todo esas observaciones cotidianas me hizo descubrir lo maravilloso de escribir sin tener límites de espacio. Y ahí empecé a escribir cosas que fui subiendo a mi web. Al final, una amiga mía, periodista, se empeñó en hablarle a una editorial, y ellos me contactaron. Ahora me tienen que parar, porque le agarré el gusto a escribir.

Acaba de publicar una novela para la que se inspiró en Montevideo. Foto: Difusión
Acaba de publicar una novela para la que se inspiró en Montevideo. Foto: Difusión

Los nervios antes de salir a cantar.

Que alguien con tantos años de trayectoria diga que se pone "muy nervioso" antes de salir a cantar es curioso. Perales aclara que más que nervios, lo que lo altera es el sentido de la responsabilidad. "Creo que la gente tiene derecho a exigir de un artista más que lo que éste tal vez pueda dar. Esa responsabilidad me altera mucho. La gente paga un buen dinero para verme, a veces han hecho verdaderos sacrificios, pagando a plazos una entrada. No tengo derecho a defraudarlos. Todo eso me crea un cargo tremendo, y cuando salgo al escenario quiero darlo todo".

La opinión de los más jóvenes.

"Me parece muy curioso que grupos indie se hayan ocupado de mis canciones", dice Perales en esta entrevista. Se refiere a la versión que hizo la banda Elefantes, de su tema "Te quiero". Ahí, el grupo contó con dos otras bandas del indie español como invitadas: Love Of Lesbian y Sidonie. Elefantes es una banda catalana que ya va por su sexto álbum de estudio, y el año pasado grabaron el clásico de Perales porque, según ellos, el veterano cantante dice las cosas de una manera "llana y bella". "Nos gusta lo que Perales representa y tenemos la suerte de poder reivindicarlo".

Fragmento de la novela "La melodía del tiempo".

"Debido a su condición de sordomudo no le resultaba fácil encontrar una mujer con la que compartir su vida. Era un solterón alto y atractivo para las mujeres que acudían a su taller de relojero instalado en un pequeño cuarto de la casa en la que vivía con su madre, Baltasara Cortés, una mujer con un carácter autoritario y absorbente, árido y seco como el paisaje de El Castro, un pueblo en una España olvidada de la mano de Dios y no demasiado lejos de la capital, sediento de agua y de justicia, donde un día se instalarían llevados por su trabajo y por culpa de una mujer (...) Quizá por su carencia, fue un niño especialmente querido, y cuando tuvo la edad de ir a la escuela, decidieron ingresarlo en un colegio especial para ese tipo de niños donde aprendió a escribir, leer y pronunciar las palabras más elementales para ser entendido, así como para entender, leyendo en los labios de los que le hablaban".

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José Luis Perales. Foto: Difusión

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