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"McCartney I": 50 años del disco casero que confirmó el final de The Beatles

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Paul McCartney en 1970. Foto: Apple Corps.

MÚSICA

El 17 de abril se cumplen 50 años de "McCartney", el primer disco solista de Paul McCartney; mayoritariamente grabado en su casa de Londres, el británico se encargó de todos los instrumentos

"Paul deja a The Beatles”, anunció el diario británico The Daily Mirror en su portada del 10 de abril de 1970. A medida que se expandía la noticia, se terminaba de cerrar el sueño de toda una generación de fanáticos que había crecido con las canciones de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Sin embargo, la decisión del final de The Beatles ya había sido tomada por Lennon seis meses antes, aunque no se hizo pública a pedido del resto de la banda y de Allen Klein, el nuevo manager del grupo, cuya contratación terminó de consolidar la tensión que se vivía dentro de la banda desde las sesiones de grabación del White Album (1968).

Entonces, ¿de dónde salía la noticia de la separación de The Beatles? La respuesta está en McCartney I, el primer álbum solista del bajista, que se fue editado el 17 de abril de 1970. Junto al álbum publicado por Apple -la discográfica fundada por el grupo en 1968- se incluía un breve pero contundente comunicado de prensa que despejaba todas las dudas. “¿Estás planeando un nuevo álbum o sencillo con The Beatles? No”, respondía McCartney. “¿Este álbum es una separación de The Beatles o el inicio de una carrera en solitario? El tiempo lo dirá. Que sea un álbum en solitario significa que es el inicio de una carrera en solitario y que no lo haya hecho con The Beatles quiere decir que es un descanso. Así que ambas cosas”.

Una semana antes de la publicación del álbum, The Daily Mirror consiguió una copia de ese comunicado y anunció que Paul dejaba la banda. Para terminar de dejar en claro el final de The Beatles, en otra parte de aquel mensaje, el músico anunciaba el final de la sociedad compositiva Lennon-McCartney, esa que figuraba en los créditos de todas las canciones compuestas por ambos.

Obviamente, este anuncio le agregó todavía más tensión a la interna de un grupo que estaba en crisis desde hace tiempo. Es más, la última vez que los cuatro habían estado juntos en un estudio fue en agosto de 1969, cuando estaban dándole los últimos retoques a “I Want You (She’s So Heavy)”, de Abbey Road. “Es un hecho evidente que Paul no puede salirse con la suya, así que crea el caos. Yo saqué cuatro álbumes el año pasado y no hice ningún puto comentario sobre dejar la banda”, le dijo un Lennon enfurecido a Rolling Stone tras enterarse de la noticia.

La portada de The Daily Mirror. Foto: Getty Images.
La portada de The Daily Mirror. Foto: Getty Images.

En realidad, el resto del grupo ya había lanzando discos en solitario desde hace tiempo. Harrison fue el primero, con Wonderwall Music (1968); le siguió Lennon con sus proyectos experimentales junto a Yoko Ono —entre ellos, Two Virgins, con la portada que muestra a ambos desnudos—; y el tercero fue Starr con su disco de standards Sentimental Journey, publicado semanas antes de McCartney I. Pero para Paul, ese disco y el comunicado que lo acompañaba fue la salida perfecta para una relación que ya estaba perdida. Más adelante, demandó a sus compañeros para separar a The Beatles. “Fue la peor y la más difícil decisión de mi vida”, dijo el músico en el documental Wingspan (2001). “Quiero a estos chicos pero necesito salir de esto”.

Meses antes de que se desatara toda la tensión de la separación forzada y los problemas financieros causados por el congelamiento de derechos de autor y de cuentas bancarias a causa del proceso judicial, McCartney había buscado una salida en la música. Entre diciembre de 1969 y enero de 1970, grabó la mayor parte de su primer disco solista en el living de su casa, ubicada en Londres.

Para probarse que podía ser un músico autosuficiente, se encargó de todos los instrumentos que suenan en el disco. Así, todos los bajos, baterías, guitarras, pianos y percusiones de McCartney I están a cargo de Paul, quien tuvo como única colaboradora a su esposa, Linda, quien se encargó de las armonías vocales.

El disco está vestido de un ambiente casero que se puede sentir en las canciones —abre con “The Lovely Linda”, de 44 segundos, donde se escucha el ruido la puerta de su living— y en el diseño del sobre interno del vinilo, que está lleno de fotos familiares. Los oyentes de la época, que seguramente seguirían encantados con los majestuosos arreglos de Abbey Road, se habrán sorprendido con el minimalismo de la propuesta de McCartney I. Pero es allí donde se encuentra el encanto de ese primer paso solista.

Dejando de lado los arreglos orquestales que definían a “The End” y a  “Golden Slumbers” (ambos de Abbey Road), McCartney presentó un disco mayoritariamente acústico donde se genera una sensación de calidez e intimidad propia de un disco hecho en casa. El mensaje se terminaba de confirmar con las letras, que presentaban una especie de liberación ideal para ese momento. “Hombre, estábamos solos / Y estábamos presionados para sonreír / Hombre, estábamos solos, / Pero al fin estamos bien”, canta en la simple pero hermosa “Man, We Was Lonely”.

McCartney I también incluye dos canciones que Paul había presentado en las sesiones de grabación de los últimos discos de The Beatles, pero que quedaron descartadas: “Junk” y “Teddy Boy”. Los fanáticos de los cuatro de Liverpool pueden escuchar los demos de ambas en el tercer volumen de Anthology, la serie de discos dobles con tomas descartadas y rarezas que la banda lanzó en los noventa.

La primera, que fue compuesta durante el retiro espiritual de la banda en India (1968), está cargada de aires melancólicos y acústicos que muestran el lado más poético de McCartney; mientras que la segunda -también compuesta en India y presentada en las sesiones de Let It Be- narra una pequeña historia sobre un joven que cuidaba a su madre.

El disco también tiene  espacio para varios momentos instrumentales: “Hot As Sun/Glasses”, “Singalong Junk”, “Valentine Day”, “Momma Miss America” y “Kreen-Akrore”, que muestran al músico divirtiéndose en plan de hombre orquesta. El lado más rockero llega con “Oo You”, donde le canta a Linda sobre un enérgico riff de guitarra.

La nueva etapa de McCartney está muy bien reflejada en “Every Night”, donde el exbeatle deja en claro cuál es su nueva prioridad tras el final de la banda. “Cada día me acuesto sobre mi almohada, / Estoy descansando mi mente / Cada mañana trae un nuevo día, (...) / Pero esta noche me quiero quedar contigo”, canta sobre una hermosa melodía acústica inspirada en la vida hogareña.

Pero, sin duda, la más canción más representativa de este nuevo comienzo es “Maybe I’m Amazed” (que McCartney  cantó en el Estadio Centenario en 2012), donde el músico agradece a su esposa por el apoyo emocional. “Tal vez me asombra la manera en que me ayudas a cantar mi canción, / Me das razón cuando me equivoco, / Tal vez me asombra la forma en que realmente te necesito”, canta McCartney, quien encontró en Linda y en la vida hogareña la salida ideal para el dolor que definió el final de The Beatles. 

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