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Mateo Ottonello, un baterista que busca el camino por dentro de la música

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Mateo Ottonello. Foto: Difusión

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El músico y compositor se presentará mañana en Blast junto a su banda y al grupo Piel. Antes conversó con El País

A dos años del lanzamiento de su primer disco solista 1612 y con la planificación de un segundo álbum por delante, el baterista Mateo Ottonello repite mañana en Blast el show que hizo hace un mes en la Sala Balzo, con entradas agotadas. En El camino por dentro lo acompaña su grupo y un concepto claro: el de entrar en un lugar a través de la música y de los estímulos. Esta revancha es a las 21.00 en Uruguay y Rio Branco, en fecha compartida con la banda Piel (Redtickets).

“La cuarentena me mostró cuan importante era la música en todo sentido. Me sentía desprotegido, de alguna manera”, cuenta Ottonello a El País.

Músico y compositor, además de liderar su proyecto personal es parte de la banda Meteoro, de la jam de candombe Combo Candombero y toca con Lu Ferreira. Viene de familia de bateristas (su padre, Ruben, fue el primer baterista de La Triple Nelson) y tiene formación de jazz, y todo eso confluye en una dinámica propuesta instrumental, llena de matices.

“Lo que buscamos con el grupo es que no sea una música instrumental nerd. Yo a los pibes les digo: ‘Tenemos que ser el antijazz’”, dice en referencia a los músicos de su banda, músicos que también vienen de todos lados, desde el punk a las formaciones orquestales.

“Yo escuché toda la vida rock and roll, iba a los bailes y escuchaba cumbia, soy re candombero, me gusta el trap, me gusta el rap... Yo quiero hacer la música que a mí me gusta, instrumental con lenguaje sí jazzístico, pero sin vuelta. Me gusta ese concepto de la música electrónica que, con sonidos, te llego a la fibra y te coloco. No es cantidad sino calidad. Yo quiero que los pibes toquen una nota y te metan en un mantra, y estamos buscando eso. Y está pasando”.

Esa búsqueda es la que se intenta trasladar al vivo y la que también se reflejará en un nuevo álbum, que será sin dudas bien distinto al 1612, al que Ottonello define como “la primera puerta que se abrió a una piscina”. Aquel disco surgió de forma espontánea, a causa de un show, y terminó por marcar un camino que con el tiempo se llenó de nuevas lecturas y de profundidades. Lo que queda ahora es “ser agradecido con cada tocada”, asegura, “y ver la música de la mejor manera”.

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