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Lucas Sugo: "Lo que voy a vivir en el Antel Arena es la concreción de un sueño"

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Lucas Sugo. Foto: Darwin Borrelli.

ENTREVISTA

Antes de sus dos shows en el Antel Arena, Lucas Sugo habló con El País e hizo un balance de su año; además anunció que el 16 de abril volverá al Gran Rex

Este jueves y viernes, Lucas Sugo va a ofrecer dos shows en el Antel Arena que marcarán un hito en la historia de la charanga, un género del que se considera defensor. La primera función tiene las entradas agotadas desde octubre, y para la segunda quedan unas pocas entradas disponibles en Tickantel.

Además de estas dos fechas, Sugo está publicando el EP Sentimiento y pasión, que consiste en publicar una canción por semana hasta fin de año. La primera, "Maldito celular", acumuló 306 mil reproducciones en YouTube en 12 días; la segunda, "Ahora va en serio", 133 mil en cuatro. Por si fuera poco, antes de fin de año publicará un DVD que registra su actuación del año pasado en el teatro Gran Rex de Buenos Aires.

Antes de su llegada al Antel Arena, Lucas Sugo habló con El País sobre sus nuevos proyectos, su relación con su familia, cómo se tomó las críticas tras su actuación en un acto de Lacalle Pou e hizo un balance de su año. Por otra parte, anunció que el 16 de abril volverá a presentarse en el Gran Rex.

—La última vez que te entrevisté, me habías hablado del “julepe” de lanzarte a organizar un Antel Arena, pero ya agostaste la función e incluso anunciaste una nueva fecha. ¿Cómo te sentiste cuando te enteraste de la noticia?

—Te voy a ser sincero, y sé que son frases muy comunes, pero me emocioné mucho. Estaba frente a una concreción de llenar el Antel Arena. Tenía la interrogante de si la gente se iba a enganchar con la idea, pero al llegar la noticia de que se agotó el primer show se me piantó un lagrimón. Fue por Rivera que recibí el mensaje de la gente de Montevideo Music Group. Veníamos bien con la venta pero yo había pasado unos días sin preguntar, y de la nada me cae un mensaje. Lo que voy a vivir en el Antel Arena es la concreción de un sueño al que se le sumó la gente.

—Y eso fue dos meses antes del recital...

—Sí, era algo lindo y soñado. Ahora se incrementa la mochila de la responsabilidad: hay que hacer un show bueno o hay que hacer un show bueno; no hay otra opción. Lo estamos recontrapreparando . Ayer hicimos un ensayo general en Rivera y pasé seis horas cantando. Me quedé sin voz y parecía el Polaco Goyeneche (se ríe mientras imita su voz). No queremos que el nerviosismo le de lugar a baches musicales. Quiero que la gente se vaya del show y pueda decir: “Che, estos locos se prepararon”. No es que ya vendimos todas las entradas y ahora solo tocamos “Cinco minutos”.

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—Este año tocaste en Bolivia y Paraguay. ¿Cómo ves esa apuesta a nuevos lugares?

—A Paraguay y a Bolivia ya puedo armar shows, y a Chile estoy por ir para plantar y hacer mis primeras llegadas. En Argentina voy a ir a Calafate y el 16 de abril voy a volver a tocar en el Gran Rex. Ahora quiero tocar tres fines de semana por mes y tener uno libre, porque desde los 14 años estoy tocando sin parar. Quiero estar un poco conmigo, con mi pareja y ver más a mis hijos. Quiero poder decirles: “Vamos a hacer un asadito”. Mi problema es que yo trabajo el fin de semana y ellos estudian en la semana. A veces el impedimento es la distancia porque no puedo ir a verlos porque estoy girando o ellos están estudiando. Todo eso complica, pero no quiere decir que impida. Si querés ver a tus hijos y estar presente, siempre le buscás la vuelta.

—¿Te tomás un tiempo para ir a verlos?

—Mirá, te cuento algo muy personal que no lo subí a las redes. Con mi hijo hablamos todos los días por celular y me enteré de que iba a tener una exposición artística en el liceo. Cuando le pregunté por qué no me había dicho me responde: “Pa, yo no te quería molestar”. Justo viajaba, pasé por allá y después seguí de viaje para Argentina. Fuimos a hacer la exposición y no ensayamos. Él tocaba la batería y yo lo acompañaba en la guitarra (Muestra el video del momento). Sacó todos los piques solo. Después me preguntaron si podía tocar algo y yo les dije que no porque ese era su momento. Son esas cosas lindas que uno las vive tanto, porque yo no tuve padre... Bueno, mejor dicho, tuve sí pero no estuvo presente. ¿Te conté las experiencias la otra vez?

—Habíamos hablado sobre tus hijos pero no sobre tu relación con tu padre.

—Bueno, yo lo vi cuatro veces en mi vida. Yo nací en Tacuarembó y a los años me fui a Rivera con mamá. En las vacaciones iba a Tacuarembó a ver a mis abuelos y en una de esas vacaciones, a los cinco años, fui a la casa de mi padre. Me abrieron la puerta y me dijeron: “Ese es tu padre”. Pero yo solo le vi la nuca. Después me contaron que tenía serios problemas con el alcohol y me cayó la ficha. La segunda vez que lo vi fue cuando tenía 23 años. Yo tocaba en Sonido Profesional y habíamos ido a tocar a un baile a Paysandú. Te cuento porque fue como una película: me llaman al hotel desde un bar y me dicen: “Acá tengo a una persona que estuvo todo el día diciendo que era su padre”. Como lo quería conocer me fui hasta ahí y lo vi, pero estaba mal. Justo sonó una canción de Sonido Profesional y de repente se para a gritar: “Este es mi hijo, este es mi hijo. Nunca te quise hacer daño”. Es lo de siempre de un borracho, que lo único que hace es que te sientas caliente, “¿por qué me hacés esto?”. Después generamos un encuentro y fue a Rivera. Conoció a mi expareja y a mi hijita. Un tiempo después lo tuve que despedir porque la enfermedad fue tal que se ahorcó. En el velorio yo pensaba: “Es rarísimo llorar por algo que no conozco”, pero me di cuenta que estaba llorando por la seguridad de que nunca iba a ser así. Por eso te digo que no hay distancia que me genere impedimento para estar con los pichones.

—Estamos llegando al final del 2019. ¿Qué balance hacés del año? En la charla anterior habías comentado que sentías "ciertos tonitos grises".

—No hago un balance bueno, es recontra bueno. Estoy muy feliz. Pasaron muchas cosas que felizmente se ven y también estoy disfrutando mucho. Empecé a disfrutar de ser feliz y a darme la posibilidad de ser feliz con cosas chicas. Estoy disfrutando de muchas cosas que antes no disfrutaba porque estaba muy en la carrera. Ahora disfruto de mi casa, de mis caballos, de mis perros, de mi vida y de comer una tangerina. Las concreciones artísticas las disfruto y disfruto de mis amigos. Estoy muy feliz porque estoy en un momento de realización profesional y personal lindo de vivir. Y lo digo sin soberbia. Uno va a la meta y es feliz, pero pensando en nuevas cosas para hacer.

—En los últimos días publicaste dos nuevas canciones: "Maldito celular" y "Ahora va en serio". ¿Cómo surgió la idea?

—Tenemos el desafío de ir sacando una canción por semana hasta fin de año. Va a ser un EP llamado Sentimiento y pasión. Estos temas están direccionados casi que en su totalidad al público cautivo, que no lo quiero descuidar, y por eso hago charanga con unos toques un poco modernos. Además, a fin de año, que se me aplazó con esta locura de las giras, va a salir la edición del DVD de mi show en el Gran Rex. La canción  "Ahora va en serio" tiene 130 mil visualizaciones en tres días, y "Maldito celular" 310 mil en una semana. Y sin ninguna promoción: solo lo puse en mis redes. No nos vamos a quedar ahí y al arranque del año que viene vamos a hacer un trabajo paralelo en la música latina. No es que salga de acá para entrar a otro lado. No quiero descuidar la charanga y que la gente diga: "Este cambió". No, estoy probando cosas nuevas.

—El mes pasado se generó bastante revuelo luego de que actuaras en un acto de Luis Lacalle Pou. En las redes se te atacó mucho e incluso inventaron que se suspendían los shows del Antel Arena. ¿Cómo lo viviste?

—Estuve uno o dos días bastante mal, y no me quiero victimizar. Yo miro las redes y me duele cuando la gente dice algo feo. Una cosa es que critiquen tu trabajo y otra cosa es el insulto. Después hice el video explicando para la gente que me sigue. Me gusta el color artístico: vender arte. Me había asustado porque empezaron a inventar que se había suspendido del show y mucha gente me escribió para saber si era verdad. Después se revirtió la situación y empecé a percibir un movimiento muy lindo de gente: recibí la llamada de Luis Lacalle Pou, de Daniel Martínez y de la gente de la Ola Cultural. Estoy muy agradecido con las personas que se comunicaron conmigo.

—¿En algún momento pensaste que se podría generar tanto revuelo?

—Yo toqué para la Intendencia de Montevideo hace unos años y me saqué una foto con Daniel Martínez. Toqué para el Frente Amplio, para los blancos y para otros partidos. Nunca pasó nada porque pensé que la sociedad ya lo tenía como algo común: es como un tipo que va a ofrecer sus servicios en amplificación. Jamás pensaría en no hacerlo. Es como a vos te que te dicen que vayas a cubrir un espectáculo y la gente te dice: "ah, este es de la izquierda y de la derecha" y te empiezan a caer.

—¿Qué le recomendás al público que te va a ir a ver al Antel Arena?

—Que si puede, que agarre sus problemas, los arrolle y los tire lo más lejos posible antes de entrar al Arena. Necesito ese recipiente para recibir emociones que es lo que queremos darle a cada uno. Va a haber momentos festivos, de emoción y mucho trabajo artístico para que la gente disfrute del show. Me preocupo para preparar un espectáculo que la gente disfrute intensamente.

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