La propia Discoteca
Un canon personal de la historia de la música. Hoy: "Vasos y besos" de Los Abuelos de la Nada
Aunque Miguel Abuelo bien podría considerarse uno de los pioneros del rock argentino en la década de 1960, fue a la vuelta de su exilio francés (donde publicó un disco que está buenísimo, Miguel abuelo y Nada de 1975), cuando encontró su verdadera, o al menos, la más popular de sus voces. Fue con Los Abuelos de la Nada que, a pesar de venir de un viejo hippie, trajo una vitalidad nuevaolera y pop de la que el rock del otro lado del río andaba escaseando.
Vasos y besos consagró ese modelo que se valía de la pinta y la sensibilidad de Abuelo, sí, pero también de algunos de los otros integrantes entre los que estaban Cachorro López y Andrés Calamaro, quienes ya demostraban su valía en la música argentina.
Calamaro, que siempre demostró una capacidad para hacerse notar en bandas ajenas (le volvería a pasar en España con Los Rodríguez), aportó “Así es el calor” y “Mil horas”, dos de los grandes éxitos de la banda. Acá hay que sumar “No se desesperen” de Abuelo y Gustavo Bazterrica, “Sintonía americana” de Abuelo y López, y “Chalamán” de Daniel Melingo, para entender que Vasos y besos encontró a todos los Abuelos en una gran zafra creativa.
Y es ese sonido, hoy tan ochentero con teclados y saxofón, lo que le da a todo un toque retro tan lindo. Reggae, rock, pop y una balada bien de Abuelo (“Yo soy tu bandera”), conforman uno de los grandes momentos del rock argentino. Y aún funcionan.