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Lenine vuelve a Uruguay: "Tengo certeza de lo que hago"

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"Carbono fue todo una experiencia, como un tsunami", dice Lenine de su último disco.
Foto: Flora Pimentel
Flora Pimentel

El brasileño presenta “Carbono” el 15 de diciembre en el Solís.

Lenine vuelve a Uruguay y para los amantes de la música brasileña, eso siempre es una buena noticia. Porque además, viene con disco nuevo y está pronto para tocarlo de punta a punta, con la banda de amigos que lo acompaña hace ya muchos años. Carbono es el trabajo que editó este año, un reencuentro con su costado más rockero y a la vez pernambucano, que incluye la presencia fuerte del folclore norteño. Es, para buena parte de los críticos brasileños, el mejor trabajo que este brillante compositor de 56 años ha hecho hasta la fecha.

El brasileño es un músico destacado, que se ha dedicado a meter la nariz en el infinito mundo de la world music (concentrándose bastante en América Latina), y a trasladar todos esos nuevos aromas a la música más típica de su país. Su propuesta no se puede encasillar ni definir y es bastante difícil de describir, aunque por ahí le han dicho "príncipe del pop norteño". Cada uno juzgará esa opinión.

Para conocerlo no hay nada mejor que escucharlo, y quienes no lo hayan hecho tendrán una buena chance en dos semanas.

Lenine se presentará el 15 de diciembre a las 21.00 en la sala mayor del Teatro Solís junto a toda su banda, y recorrerá íntegramente Carbono, en combinación con temas de toda su historia discográfica.

"Cada proyecto que hago está dentro de un contexto y así será esta vez", le dijo el brasileño a El País a fines de setiembre, en una cálida e interrumpida por la tormenta charla telefónica. Iba a tocar el 28 de octubre en el Teatro de Verano pero el show debió ser reprogramado, y eso tiene sus ventajas: el Solís, ya se sabe de veces anteriores, le queda muy bien a su música. Las entradas están en Red UTS y van de 750 a 1.900 pesos.

—La crítica ha dicho que Carbono es uno de tus mejores discos. ¿Cómo te llevás con eso?

—No suelo darle atención a las críticas. Te explico: porque la crítica es una cosa que sólo pasa a partir de la escucha de quien critica, y es una experiencia individual e intransferible. Y después de muchos años haciendo lo que hago, yo ya tengo certeza de lo que hago.

—Leí que en el último Rock in Rio presentaste Carbono como fue concebido. ¿Qué quiere decir eso?

—Carbono es un disco que grabé por diferentes sitios, como San Pablo, Recife, Río, Salvador y también en Holanda, con la orquesta de Martin Fondse. La presentación en el Rock in Rio fue una posibilidad de juntar a todos los que se involucraron con la construcción del disco en distintos momentos.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

—Pero lo grabaste en un tiempo prácticamente record.

—Sí (se ríe). Fue toda una experiencia, como un tsunami.

—Eso se refleja en las canciones, que tienen mucha intensidad.

—En todo. Es el tercero trabajo e que sigo una misma mecánica; en Labiata, Chao y ahora Carbono. Primero me imagino un paisaje sonoro; después saco un título, una palabra que sintetice el proyecto; y después de esas dos cosas compongo las canciones. Hay un intento de mi parte de perseguir un romance sonoro y no solamente una colección de cuentos, haciendo una alusión a la literatura.

—En el caso de Carbono, ¿cuál fue la primera imagen?

—Yo estudié ingeniería química, entonces esa palabra está conmigo hace mucho. No solamente por lo que representa como base de la vida, sino también por una característica del elemento químico: la alotropía, que es la posibilidad de juntarse con otros elementos, creando nuevas propiedades, nuevas moléculas. Pienso que de alguna manera eso define mi trabajo, tiene mucho que ver con ese sentido que la palabra carga.

—Hay una mezcla de muchos sonidos en este disco, pero sobre todo de folclore. ¿Fue una manera de volver a conectar con Pernambuco y las músicas de ese lugar?

—Sí, también, pero la verdad es que yo estoy hecho de antena y de raíz. Entonces hay una mezcla de cosas que son de la tradición del país pero también del mundo contemporáneo. Me gusta mucho el rock, otros tipos de expresiones musicales, y creo que Carbono transita por todas ellas.

—Venías de Chao, un disco anterior que casi no tenía percusión. ¿Cómo fue hacer el cambio a este, en el que la percusión es completamente protagonista?

—En Chao había un relevo sonoro que me permitió trabajar con la música sin la necesidad de los instrumentos de percusión. Usé los sonidos cotidianos para cumplir esas funciones rítmicas, entonces fue un proyecto surround, que sólo pudo concebirse así por sus características. Ahora volví a trabajar con el núcleo duro de mis amigos .

—¿Son los músicos que te están acompañando ahora?

—Sí. Trabajan conmigo hace muchos años y conocen profundamente mi trabajo. Su regreso es una cosa muy interesante para mí porque pude hacer el disco con sus herramientas y con estas posibilidades sonoras. Tiene también esta característica el proyecto Carbono: la reunión con mis amigos.

—Algunas canciones de Carbono hablan del medio ambiente. ¿Es una preocupación tuya? ¿Te ocupás de eso más allá del arte?

—Mucho. Mi trabajo tiene una función que se relaciona con la educación. Sobre ese aspecto las canciones de sustentabilidad, del medio ambiente y de la relación del ser humano con el planeta son muy importantes para mí.

—En las redes has hablado de la educación como única posibilidad para mejorar una sociedad.

—Sí. No hay una posibilidad de evolución que no pase por el camino de la educación. No hay.

—¿Y por qué se deterioró?

—Porque en todo el mundo se perpetúa una mecánica completamente predatoria, y no se pone el foco sobre esto. Poner el foco ahí también es una función del artista, hay que hablar de estas cosas.

—Pensaba en la canción "Simples assim". Tu música tiene que ver con la experimentación aunque nunca pierde la sencillez, pero es interesante tu visión de que la simplicidad se ha perdido.

—Pasa que la simplicidad no es un estado, es una búsqueda. Hay tres preguntas que me hago a toda hora: qué hago, por qué y para quién. Y tenemos que tener las respuestas para esas tres preguntas.

—¿Siempre las tenés?

—Siempre. Por eso es que he pasado más de 30 años haciendo música con el mismo placer, la misma intención, la misma juventud.

—Sobre eso, varios artistas uruguayos opinan que tu trabajo es el más renovador de la música brasileña en este momento.

—Really? Pasa que yo tengo mucho interés por la latinidad. Hay una culpa muy grande del tratado de Tordesillas que dividió a América en dos polos, y es una burrada tremenda que nos aisló a todos. Hace mucho que yo, amigos, cantores tanto latinos como brasileños, hemos intentado hacer una comunión a través de la música latina. No puedo entender que sea más fácil para mí hacer una gira por Europa que por los países vecinos de Brasil. ¡Es increíble! No entiendo qué pasa. Entiendo sí: es el Tratado de Tordesillas (se ríe). Me gusta mucho la música de América, principalmente de América Latina, porque tenemos el mismo ADN. Tenemos que practicar esa maravillosa promiscuidad.

—Pero la música brasileña ha mantenido distancia de la latina.

—Solamente por la lengua, que es una herramienta muy importante para la comprensión. Y tengo la impresión de que por la formación que tenemos, que es multifacética, es más fácil que los brasileños nos entendamos con los latinos que al revés. Yo no hablo español pero tú me entiendes; hay una facilidad grande porque el alma de la lengua es la misma, y es lo que importa.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

TRES DISCOS.

La obra y sus pilares.

Lenine comenzó a grabar en 1983 (tiene una decena de discos) y ha conseguido premios, tanto a nivel nacional como internacional.

Labiata - 2008, Casa 9/Universal.

En la década entre O dia m que faremos contato y Labiata, Lenine se transformó en un referente de la música brasileña. Este disco fue editado en una veintena de países, presentado en todo el mundo y premiado. La canción “Martelo Bigorna” se llevó el Grammy Latino a Mejor Canción Brasileña. Con este trabajo llegó por primera vez a Uruguay.

Carbono - 2015, casa 9/Universal.

Es su último disco y el que viene a presentar a Uruguay el 15 de diciembre. Este trabajo concentra lo mejor de sus tres décadas de carrera, tiene 11 canciones y se complementa con un show en vivo muy elaborado. Es un trabajo personal y profundo en el que continúa con la experimentación sonora, dándole un giro al folclore brasileño y sin perder la sencillez.

O Dia em que Faremos Contato - 1997, BMG.

Lenine ya venía sumando experiencia en el estudio y en 1997 lanza su primer disco en solitario (Olho do Peixe había sido a dúo con un percusionista). La mezcla se hizo en Real World Studio, el estudio de Peter Gabriel, y el resultado final obtuvo dos premios Sharp. El brasileño empezaba a ganar fama a nivel mundial con sus buenas canciones.

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"Carbono fue todo una experiencia, como un tsunami", dice Lenine de su último disco.

MúsicaBELÉN FOURMENT

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