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Leiva: "En las redes sociales se multiplica mucho la necesidad de aceptación"

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Leiva. Foto: Difusión.

ENTREVISTA

Este jueves, el músico español se presenta por primera vez en Montevideo con un show en La Trastienda; antes charló con El País

Con Nuclear, Leiva se embarcó en una gira que incluyó presentaciones para más de 10 mil personas en España. Con canciones como “No te preocupes por mí”, “Lobos” y “Expertos”, el músico español llegará este jueves a La Trastienda para su primera presentación en Montevideo. Acompañado por una banda de nueve músicos, Leiva charló con El País y prometió ofrecer un show tan grande como si se tratara de un estadio.

—Entre tantos shows grandes, ¿el recital de La Trastienda podría ser un regreso a tus comienzos?

—Sí, porque realmente es allí donde pertenezco: llevo más tiempo en salas que en grandes aforos. Es un lugar donde recuperas muchas cosas: acortas distancia física con el público, que es lo más importante. Además desaparecen elementos de confort y recuperas las emociones en lugares más pequeños. Es una sensación bonita poder tocar para convencer y no para deleitar, por eso la primera vez que vas a ofrecer un concierto en un país es bonito.

—Ese encuentro directo con el público se relaciona con la música y las letras de Nuclear. ¿Cómo fuiste armando el repertorio?

—Es un disco grabado a la vieja usanza: cuatro personas tocando con un montón de micros en la sala. Lo que hay es lo que suena; solamente grabamos después unos metales, pero la espina dorsal del disco fue grabada con cuatro músicos tocando a la vez. Nuclear es un disco muy orgánico, muy desnudo y con muy poca producción. Aquí no hay nada de pirotecnia, el disco fue pensado para salir a tocar con la banda en cualquier recinto. Conforme han ido pasando los años me he ido dando cuenta de lo importante que es ir desprendiéndote de elementos para que haya más espacios para contar la narrativa.

—Esa idea se ve bien representada en la portada del disco.

—Sí, porque en estos tiempos de tecnología donde estamos compitiendo con música constantemente, la manera de consumir música es casi como comida rápida: un producto se lanza y se consume muy rápidamente. Todo es efímero y parece que estás en otra si no vas a esa velocidad. Por eso en este disco estoy tratando de reivindicar el tiempo a la hora de hacer música y por eso quería darle importancia a la tapa.

—¿Cómo te llevás con las críticas en las redes sociales?

—Bueno, nunca estoy pendiente de lo que dicen de mí porque me parece una pérdida completa de tiempo. No leo las críticas de mis discos, no leo las crónicas de mis shows y no veo los programas en los que he estado. No me interesa mirarme, ni leerme, ni me interesa lo que opine ningún experto sobre mí porque no me suma ni me resta. Me protejo bastante en lo que se refiere a no sufrir en ese aspecto. Vivo al margen de cualquier información relacionada conmigo, incluso no tengo las claves de mis redes sociales. No las tengo en mi teléfono. Igualmente, me parece que las redes son una herramienta muy interesante para la ir a la velocidad del rayo y no pasar por filtros. Es una gran libertad, pero a la vez es un arma de doble filo. En gran parte, la felicidad del ser humano depende de desprenderse del ego y creo que en las redes sociales se multiplica mucho la necesidad de aceptación.

—Produjiste el último disco de Sabina, Lo niego todo. ¿Cómo fue esa experiencia?

—Fue como un regalo. Es un privilegio que te llame un maestro como Joaquín para pedirte ayuda. Creo que la parte más emocionante fue la de hacer las canciones juntos: sentarnos frente a un folio blanco y empezar a hacer el disco. Nos juntamos con Joaquín y con Benjamín Prado, que es otro poeta que estuvo escribiendo con Joaquín, yo hice las músicas y ellos las letras. Hicimos el disco de cero y fue muy emocionante porque él me dejó mucho espacio y confió totalmente en mi mirada. Eso sí que me lo llevo a la tumba: ver cómo se mueve con el folio y con qué facilidad escribe y lo bien que se nos dio empezar a tejer música y letra.

—¿Hay alguna canción que te haya sorprendido?

—Joaquín tenía un diario de los últimos dos años donde hacía sus dibujos y canciones. Él me dejaba hojearlo y en una de las páginas descubrí unos versos que me conmovieron mucho; eran los versos de “Lágrimas de Mármol”: “Los pocos que me quieren no me dejan / Perderme solo por si disparato, / No tengo dirección para mis quejas que tocan a rebato / Acabaré como una puta vieja / hablando con mis gatos”. Me enamoré de esos versos y le pedí que esa tarde me dejara hacer la música de otra canción y que él se encerrara a hacer la canción. Se metió en su cuarto y por la noche ya tenía la letra.

—¿Qué esperás del encuentro con el público uruguayo?

—Lo que espero siempre, y que es lo único que le pido a mi oficio: emocionarme en el escenario. No me importan las dimensiones de la salsa ni el número de público que venga. Me parece que este es el lugar más óptimo para conocer a alguien, tocar y confraternizar con un país. Espero tener ese flechazo que tuve con otras ciudades.

leiva

Las letras: un mensaje directo y sin metáforas

Además de un sonido de rock crudo, Leiva grabó Nuclear con el objetivo de escribir letras claras y directas. “Para mí es importante tener un compromiso con los textos y tratar de contar cosas”, asegura el músico español a El País. “Quiero contar cosas y tratar de esconderme lo menos posible en metáforas”, continúa.

“Creo que con los años me he dado cuenta que, de mi propia música, me terminan conmoviendo las pocas frases en que verdaderamente estoy contando algo que creo”, dice. “Creo que ese disco está yendo al hueso de las cosas sin dar rodeo”. Y por ese lado van canciones como “Expertos”, “Como si fueras a morir mañana” y “El gigante de Big Fish”. Con letras bien descriptivas, el oyente se puede imaginar la escena en la que transcurre cada canción, como si se tratara de un guion cinematográfico.

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