ENTREVISTA

Jose Damiani no olvida el momento en que confirmó que estaba lista para publicar “Desperté”, su colaboración con la rapera Clipper. La cantante estaba buscando nuevos sonidos, pero no quería renunciar al estilo que comenzó a desarrollar en 2018, cuando lanzó “No quieren hablar”, una dulce balada que mezcla pop y folclore y que marcó su debut en la escena local. “Apenas le empecé a mostrar ‘Desperté’ a mis amigas cantantes, me dijeron: ‘Esto es muy vos’. Así confirmé que estaba haciendo algo auténtico y no comercial”, relata a El País.

Su último lanzamiento, que se publicó a finales de enero y que ya acumula 15 mil visualizaciones en YouTube, marca una nueva etapa para la cantautora montevideana. Las guitarras folclóricas que atraviesan su primer álbum, Viviendo hoy (2019), vuelven a aparecer en “Desperté”, pero eso no es todo. La canción producida por Max Capote se construye sobre el ritmo pegadizo y repetitivo que define al reggaetón, incluye algunos elementos pop y se completa con el fraseo explosivo de Clipper. “Me gusta mucho fusionar”, dice sobre el sonido de la canción, que le aporta una nueva sonoridad al folclore, un género que carga con una larga tradición.

“Cuando la compuse, me pedía a gritos una rapera. Y en la primera en que pensé fue en Clipper, que tiene mucha fuerza”, relata. Contactó por Instagram a la artista detrás del EP Don Padoshon —que también está atravesado por la fusión constante— y ella aceptó la propuesta de inmediato. La letra, que aborda la decisión de dejar atrás a una relación conflictiva para enfocarse en el bienestar propio, se completa con el aporte de la rapera. “En esos momentos uno se apoya en la familia y en las amigas, y Clipper muestra que la amistad es lo mejor para superar esa etapa. La canción incentiva el amor propio”, define.

Y funcionó bastante bien. En una entrevista para Vamo arriba comentó que desde que salió “Desperté”, varias seguidoras la contactaron por redes sociales para agradecerle por el mensaje que proponía la letra. “Me sentí culpable porque me escribieron para decirme: ‘Gracias a esta canción terminé con mi ex’”, comentó con una sonrisa.

Pero, más allá de la recepción alentadora en las redes sociales, lo nuevo de Damiani se destaca porque confirma que, de a poco, está alcanzando un sonido personal. Y eso no siempre es fácil de lograr.

Sobre “Desperté” y su camino en la escena local, habló con El País.

—Cuando le mostraste “Desperté” a tus amigas, lo primero que te dijeron era que la canción era "muy vos”. ¿Cómo podrías definir tu sonido?

—Si hay algo que me identifica es que trato de ser lo más auténtica posible. Soy muy emocional y pasional, y siempre voy a ir por lo que siento. Si quiero cantar un folclore de lo más tradicional, lo voy a hacer; lo mismo con un reggaetón. No me gusta que me encasillen en un género y creo que nunca pierdo mi identidad. Soy una chica de Montevideo que le encanta conocer otras realidades y que le gusta mucho el campo, pero eso no quiere decir que me defina solo el campo o la ciudad. Es justamente la mezcla lo que me define.

—En “Frascos”, de tu primer disco, hablás de eso. “De eso se trata la vida, de vivir aventuras, / Conociendo historias diferentes a una”, cantás. ¿Cómo surge ese interés?

—Esa canción es muy personal porque me caracteriza mucho. Quiero romper prejuicios y es algo que empecé a hacer más en la adolescencia, que se me dio por llevarme bien con todo el mundo. Siempre me gustó tener amigos de todos los ambientes, porque en nuestra sociedad se van formando frascos de manera natural. Me gusta romper con eso, porque todos tenemos algo lindo para aportarle al otro.

—En tus canciones siempre hay lugar para contar historias, mientras que en la música buscás la fusión. ¿A cuál de las dos le das más importancia?

—Creo que van de la mano; una necesita de la otra. A veces en una canción, busco que la música sea pegadiza para que la parte más importante de la letra se quede grabada, porque yo quiero transmitir un mensaje con fuerza. Siempre quiero transmitir algo con mis letras; la música acompaña y es muy importante porque me ayuda a que la letra sea transmitida de la mejor forma. Un ejemplo muy claro es “Antorcha invisible”, de mi primer disco, que le escribí a la deportista uruguaya Alfonsina Maldonado. Escuché su historia en un programa de televisión y me quedé conmovida. No podía creer que no la conociera y quería tomar ese ejemplo para escribir una canción. Y en la música quise lograr ese efecto: primero parece que suena como un galope, que nos estamos ahogando, hablo del apagón y de la tragedia que a ella le tocó vivir (“Una mano y un caballo, hoy me hicieron entender que para ser buen jinete solo basta tener fe”). Después, el estribillo, es esperanzador (“Aunque el fuego hoy quemó, mañana iluminará”) y nos da un respiro. Quiero que la música nos haga bailar el corazón y no solamente el cuerpo.